Si damos una hojeada a las distintas culturas y
civilizaciones en la historia humana podemos apreciar cómo el ser humano ha
buscado incesantemente y con una gran inquietud al Ser Supremo. Dios en su infinita bondad ha querido
manifestársele al hombre como prueba de su amor por él.
La Revelación es la manifestación que Dios ha hecho a
los hombres de Sí Mismo y de aquellas otras verdades necesarias y convenientes
para la salvación eterna. La Revelación también llamada Doctrina Cristiana o
Deposito de la Fe se encuentra en la Sagrada Escritura y en la Tradición de la
Iglesia recibida de los Apóstoles y los Santos Padres.
Jesucristo confió la Revelación a la Iglesia que El fundó la Iglesia
Católica, por medio de los Apóstoles y sus sucesores los Obispos (Magisterio),
por lo tanto la Iglesia tiene la obligación de custodiarla, enseñarla e
interpretarla sin error (ver y leer Jn. 21, 15 – 17; Mt. 28, 18 – 20).
El Evangelio de San Juan nos dice que; “muchas otras señales hizo Jesús en
presencia de sus discípulos que no están escrita en este libro. Estas han sido
escritas para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios. Crean y
tendrán vida en su nombre”. Todas esas cosas que no están escritas en la
Sagrada Escrituras la Iglesia le llama Tradición Apostólica.
La Tradición es la Palabra de Dios no contenida en la Biblia, sino
transmitida por Jesús a los Apóstoles y por estos a la Iglesia en espacial a
sus sucesores los obispos que componen el Magisterio de la Iglesia. Las enseñanzas de la Tradición están
contenidas en los Símbolos o Profesiones de Fe, (ej. Credo de los Apóstoles) en
los documentos de los Concilios, en los escritos de los Santos Padres de la
Iglesia y en los Ritos de la Sagrada Liturgia.
La palabra Biblia proviene del griego ‘biblío’ qué significa colección de
libros. En otras palabras la Biblia es una biblioteca Divina. Esta colección de
libros por la cual Dios manifiesta su revelación. La Biblia nos muestra la
Revelación Divina de una forma esquemática.
Esta se compone del Antiguo Testamento [46 libros] y el Nuevo Testamento
[27 libros]. Tanto los libros del AT
como del NT se dividen en libros históricos, didácticos y proféticos.
La plenitud de la revelación la encontramos en Jesucristo. San Pablo en la
Carta a los Romanos nos dice; “Al sobrevenir la Ley, el pecado tuvo más auge,
pero donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia. Y del mismo modo que él
pecado estableció su reinado de muerte, así también debía reinar la gracia y
después de restablecernos en la amistad con Dios, nos llevará a la vida eterna
por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor” (Rm. 5, 20 – 21). Jesucristo es el Nuevo Adán como nos dice San
Pablo y por él y su gracia divina estamos destinos a la salvación si de verdad
creemos en él y seguimos sus mandatos.
El Autor principal de la Biblia es Dios. El autor secundario o instrumental
de la Biblia es el escritor sagrado o hagiógrafo. La inspiración bíblica es una
gracia específica que concede el Espíritu Santo, por la cual el escritor sagrado
es movido a poner por escrito las cosas que Dios quiere comunicar a los demás
hombres.
Los libros del AT fueron escritos entre el siglo XV y el siglo II antes de
Cristo. Los libros del NT fueron escritos en la segunda mitad del siglo I a
finales del primer siglo. Los Libros Sagrados fueron escritos al principio en
papiros y mas tarde en pergaminos.
El papiro es una planta que abunda en Egipto, el pergamino es obtenido de
la piel de cabrito y se puede escribir por ambos lados. Originalmente la Biblia
estaba en rollos, es decir, largas fajas de papiros o de piel unidas en los
extremos a dos bastones en torno a uno de los cuales giraba.
Entre las propiedades que encontramos en la Biblia están la unidad, la
inerrancia y la santidad. La unidad entre el Antiguo y Nuevo Testamento, y
entre las partes de todos los libros. La inerrancia porque no contiene errores
en lo que atañe a la salvación y sobretodo contiene veracidad sobre lo que
enseña sobre la salvación. Pero sobretodo la Biblia contiene santidad porque proviene
de Dios y nos enseña una doctrina sagrada y nos conduce a la santidad.
Los idiomas originales de la Santa Biblia son el hebreo, arameo y el
griego.
En Hebreo se escribió:
- la mayor parte del AT
En Arameo se escribió:
- Tobías
- Judit
- Fragmentos de Edras, Daniel, Jeremías y del Génesis
- El original de San Mateo (aunque no sé conservan original en hebreo)
En Griego de escribió:
- Libro de la Sabiduría
- I y II de Macabeos
- Eclesiástico
- Partes de los libros de Ester y Daniel
- Nuevo Testamento (excepto el original de San Mateo)
→ Antiguo Testamento [46]
• Pentateuco [5] Génesis, Éxodo, Levítico, Números; Deuteronomio – Autor
(secundario/instrumental) Moisés
• Históricos [16] Josué, Jueces, Rut, I y II Samuel, I y II Reyes, I y II
Crónicas (Paralipómenos), Esdras, Nehemías, Tobías, Judit, Ester, I y II
Macabeos.
• Poéticos o Sapienciales (Didácticos) [7] Job, Salmos, Proverbios,
Eclesiastés, El Cantar de los Cantares, sabiduría, Eclesiástico.
• Profetas Mayores [6] Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Baruc, Ezequiel y
Daniel.
• Profetas Menores [12] Óseas, Joel, Amos, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm,
Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías.
→ Nuevo Testamento [27]
• Evangelios (Buena Nueva o Buena Noticia): [4] Mateo, Marcos (1ro que se
escribió) Lucas y Juan
Los Evangelios aunque contienen hechos históricos fueron escritos con
motivos pastorales. Se escribieron de acuerdo con las necesidades pastorales de
las respectivas comunidades cristianas.
• Cartas de San Pablo [13] (Didácticas)
o Romanos
o I y II Corintios
o Gálatas
o Efesios
o Filipenses
o Colosenses
o I y II Tesalonicenses
o I y II Timoteo (Pastorales)
o Tito (Pastoral)
o Filemón
• Carta a los Hebreos (Didáctica) [1] Autor: Desconocido
• Cartas Católicas [7] (Universales) (Didácticas)
o Santiago
o I y II Pedro
o I, II y III Juan
o Judas
• Apocalipsis [1] (Profético) Autor – San Juan
El Canon Bíblico es el catalogo de los setenta y tres (73) libros del AT y
NT que forman la Biblia y que la Iglesia ha declarado como divinamente
inspirados. La palabra canon proviene del griego “kanon” y significa ‘regla’, o
norma.
El Canon garantiza cuales son los Libros Sagrados y cuales son apócrifos o
dudosos. Es la Iglesia (no los libros) quién da la regla para saber cuáles son
incluidos.
La Iglesia (Magisterio) es por tanto la autoridad que nos da la Biblia y la
discierne por la gracia que otorga el Espíritu Santo. El canon de la Iglesia
Católica establece 46 libros del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento.
En el año 1534 Martín Lutero tradujo la Biblia al alemán y agrupo los siete
libros deuterocanónicos bajo el título de ‘apócrifo’, señalando: “Estos libros
que no se tienen por iguales en las Sagradas Escrituras y sin embargo son
útiles y buenos para leer”.
Es así como los protestantes llegaron a considerar a los deuterocanónicos
como libros no aceptados en el canon, o sea como libros apócrifos. Tobías,
Judit, Ester (protocanónico con partes deuterocanónicas), Daniel (protocanónico
con partes deuterocanónicas), I Macabeos, II Macabeos, Sabiduría, Eclesiástico
(también llamado Sirácida) y Baruc fueron los libros del AT considerado por
Lutero y los protestantes como apócrifos.
La pregunta queda en el tintero, ¿Cómo interpretamos los católicos la
Palabra de Dios? El Magisterio es la autoridad de la Iglesia, investida a los
obispos como sucesores de los Apóstoles, para enseñar la fe bajo la autoridad
del Sumo Pontífice, sucesor de Pedro, Vicario de Cristo y cabeza visible de la
Iglesia Católica. El magisterio incluye la enseñanza de la Doctrina, la moral y
las costumbres.
Los católicos obedecemos al magisterio porque es la autentica
interpretación de la Palabra de Dios encomendada por Jesucristo al Papa y a los
Obispos en comunión con él. Jesús dijo: “El que a ustedes escucha a mí me
escucha” (Lc. 10, 16). Todas las
enseñanzas del magisterio son importantes y dignas de ser recibidas con
obediencia.
La Infalibilidad es el carisma por el que la Sede de San Pedro (el Papa)
siempre permanece libre de error alguno, según la promesa de nuestro Divino
Salvador hecha a Pedro. “Yo he rogado por ti para que tu fe no falle; y cuando
hayas regresado fortalece a tus hermanos” (Lc. 22, 32).
Las Verdades que la Iglesia enseña como de Fe son aquellas sobre las que se
tienen certeza de que son infalibles (sin posibilidad de error) porque están
amparadas por la promesa de Cristo: “Quien los escucha a ustedes, me escucha a
mí; y quien les rechaza a ustedes me rechaza a mí, y el que me rechaza a mí,
rechaza a quien me ha enviado” (Lc. 10, 16).
La promesa de Cristo no puede
fallar. Estas verdades requieren de los católicos el asentimiento de la fe. Es
decir, la virtud sobrenatural de la fe, porque tenemos fe en Cristo y su
promesa de enseñar por medio de la Iglesia. Estas verdades obligan a los
católicos bajo pena de romper nuestra comunión con la fe verdadera.
¿Cómo podemos saber si una enseñanza es de fe? Para esto tiene que tener
los tres niveles del Magisterio.
- Una definición infalible del Papa. "El Romano Pontífice, Cabeza del
Colegio Episcopal, goza de esta infalibilidad en virtud de su ministerio
cuando, como Pastor y Maestro supremo de todos los fieles que confirma en la fe
a sus hermanos, proclaman por un acto definitivo la doctrina en cuestiones de
fe y moral” (CIC # 891).
Retomemos algunos puntos; “Como Pastor y Maestro supremo de todos los fieles
que confirma en la fe a sus hermanos…” Cuando el Papa habla en calidad de
persona privada, o se dirige solo a un grupo y no habla a la Iglesia Universal,
no goza de infalibilidad. "Proclama por un acto definitivo la
doctrina…" Cuando el Papa claramente expresa que la doctrina es
definitiva, no puede cambiar y es infalible
Al ejercicio especial y explícito de infalibilidad Papal se le llama un
pronunciamiento ex-cathedra. Cuando él Sumo Pontífice habla desde su silla
(cathedra) de autoridad, como cabeza visible de todos los cristianos, sus
enseñanzas no dependen del consentimiento de la Iglesia y son irreformables.
- La enseñanza del Magisterio Episcopal en comunión con el Papa. Esto
ocurre cuando los Obispos enseñan verdades definitivas de la fe y la moral en
comunión con el Papa. Esto se da de manera especial, cuando se reúnen en
concilio.
“La infalibilidad prometida a la Iglesia reside también en el cuerpo
episcopal cuando ejerce el magisterio supremo con el sucesor de Pedro, sobre
todo en un concilio ecuménico. Cuando la Iglesia propone por medio del
Magisterio supremo que algo se debe aceptar como revelado por Dios para ser
creído y como enseñanza de Cristo, hay que aceptar sus definiciones con la
obediencia de fe. Esta infalibilidad abarca todo el depósito de la Revelación
Divina” (CIC # 891).
- El magisterio ordinario del Papa, cuando este expresamente ejerce un
juicio definitivo en materia de fe o moral que antes era debatida.
En casos como este, lo que el Papa enseña está amparado por las promesas de
Cristo en Lucas 10, 16 y por lo tanto es infalible porque su promesa no puede
fallar. Estos juicios definitivos pueden darse en una encíclica u otro
documento pontificio.
- Pronunciamientos que no son infalibles, no requieren el asentamiento de
fe pero si una sumisión religiosa de la voluntad y del entendimiento. (Cf.
Canon 752 Nuevo Decreto del Derecho Canónico) “Esta religiosa sumisión de la
voluntad y del entendimiento, de modo particular se debe al magisterio
auténtico del Romano Pontífice, aun cuando no hable ex-cathedra; de tal manera
que se reconozca con reverencia su magisterio supremo y con sinceridad se
adhiera al parecer expresado por él según la mente y voluntad que haya
manifestado el mismo y que se descubre principalmente, ya sea por la índole del
documento, ya sea por la insistencia con que se repite una misma doctrina, ya
sea también por fórmulas empleadas.” (Lumen Gentium 25; Cf. Decreto de Derecho
Canónico # 752).
La Hermenéutica Bíblica es la ciencia que estudia o trata las normas para
interpretar rectamente los Libros Sagrados. La Iglesia Católica es la única
capacitada para interpretar auténticamente (con pleno derecho y sin posibilidad
de equivocarse) las Sagradas Escrituras porque Dios le confió solamente a ella
la misión de guardar, enseñar y aclarar a los fieles su Palabra.
Es común escuchar la expresión de que todas las biblias son iguales. La
verdad es que esta expresión no es cierta. No es recomendable leer cualquier
Biblia ya que hay versiones que contienen errores doctrinales o de índole
moral. Para evitar esos errores un católico sólo debe leer Biblia con notas y
explicaciones aprobadas por la Iglesia Católica, es decir que digan “Nihil
Obstant” e “Imprimatur”. El Nihil Obstant es la firma del censor eclesiástico
(por lo regular es un sacerdote), él mismo verifica que no hayan errores en
materia de fe en lo que se haya escrito. El Imprimatur es la firma de un obispo
que verifica y certifica en forma definitiva que no hay ningún error en materia
de fe en lo que se ha escrito.
• Reina-Valera: primeras versiones fueron en el 1569 y 1602 y se conocían
como Biblia Clásica del protestantismo español y latinoamericano.
• Dios habla hoy: Sociedades Bíblicas Unidas con dos versiones una sin los
deuterocanónicos y otra con los deuterocanónicos. Esta última tuvo el visto
bueno del CELAM (Conferencia del Episcopado Latinoamericano).
• Biblia Anotada de Scofield: con el texto de Reina-Valera pero con
introducciones y comentarios traducidos de una Biblia inglesa preparada en 1909
por C. I. Scofield. Es una edición adaptada por las Iglesias Evangélicas, con
mentalidad liberalista y típicamente anticatólica. Asimismo titulada “La Biblia
al día” (paráfrasis), sin los deuterocanónicos y algunas paráfrasis inexactas y
anticatólicas (por ejemplo Mateo 6, 5 – 7 y Romanos 9, 5).
Algunas de las ediciones de Biblias Católicas más conocidas son:
• Biblia de Jerusalén: Se llama así sencillamente por haber sido preparada
por un numeroso equipo de internacional de biblistas, bajo la dirección de la
famosa Escuela Bíblica de Jerusalén. Apareció primeramente en francés en el año
1956, de la que se sacó la primera edición española en el 1967 y en el 1975 la
segunda, revisada, mejorada y aumentada.
• Biblia Latinoamericana: Se le conoce con este nombre, ya muy
popularizado, a la edición de la Biblia preparada por un equipo latinoamericano
de pastoral bajo la dirección de Ramón Ricciardi y Bernardo Hurault. Ya han
salido más de 76 ediciones de esta Biblia.
• Biblia Nácar-Colunga: Primera traducción católica de la Biblia completa
hecha de las lenguas originales, marcando así una nueva etapa. Se le considera
de gran limpieza, claridad y pureza de estilo. Editada en la Biblioteca de
Autores Cristianos en 1944 continúa disponible hoy en día en prácticamente
todas las librerías católicas. Las notas se han ido reduciendo y no son
particularmente fáciles de manejar en las últimas ediciones debido a que se han
colocado hasta el final del libro. Ha tenido una gran difusión esta versión.
• Biblia del Peregrino: Publicada en el año 1993. Dirigida por Luís Alonso
Schöekel, presenta la revisión de la traducción de la Nueva Biblia Española.
Aunque reconoce la primacía de importancia a la traducción, contiene comentarios
y paralelos. En un cuaderno aparte se ofrecen las explicaciones o notas
exegéticas.
La Iglesia recomienda la lectura de la Santa Biblia porque es alimento
constante para la vida del alma, produce frutos de santidad, es fuente de
oración, es gran ayuda para la enseñanza de la doctrina cristiana y es un
excelente recurso para la predicación. El Concilio Vaticano II “exhorta a todos
los fieles con insistencia a que por la frecuente lectura de las Escrituras,
aprendan la ciencia eminente de Cristo” (Constitución Dei Verbum # 25).
Las disposiciones que hay que tener para leer y estudiar la Biblia son:
- Fe y amor a la Palabra de Dios
- Intención recta
Es recomendable leer los Evangelios diariamente durante unos cuantos minutos.
San Jerónimo decía: “Lee con mucha frecuencia las Divinas Escrituras, es mas,
nunca abandones la lectura sagrada”. A la luz de las enseñanzas de la Iglesia,
la Biblia nos permite conocer el modo de salvarnos y reconciliarnos, y eso sólo
puede lograrse conociendo, amando y encarnando la vida de Jesucristo.
¡Divino Espíritu Amor entre el Padre y el Hijo haznos entender con tu Sabiduría
tu Santa y Divina Palabra!
¡María Santísima Madre del Verbo Dios encarnado ruega e intercede por todos
los bautizados!
Revisado y Editado: Marzo 13, 2019 ‘MCA’
2 comentarios:
Me han pedido en el Colegio de mis hijos la "Biblia Didáctica", (Ed. PPC - SM). ¿Que les parece?. ¿Es más o menos adecuada que otras para los chavales?. Muchas gracias.
José María.
josemariamt67@gmail.com
excelente informacion hermano,ha sido de mucha ayuda para mi ya que participo en la catequesis de adultos en mi parroquia.
Que Dios nuestro señor lo colme de bendiciones.
su hermano en Cristo Hipolito
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