21 de marzo de 2009

¿Cómo se formó la Biblia? (Tercera Parte)

Ya hemos reflexionado sobre los eventos y la tradición oral en las Sagradas Escrituras. Con el pasar del tiempo esos eventos y la tradición oral se comenzaron a escribir, pero el hecho de que se fueron escribiendo no significa que la tradición oral terminara aquí. En realidad continuaron codo a codo una con la otra.

El primer escrito del Nuevo Testamento no lo es el Evangelio de San Mateo (que es el primero en orden) sino la Primera carta a los Tesalonicenses. Pablo ya había evangelizado y establecido la comunidad en Tesalónica en otras palabras primero conocieron la Buena Nueva por medio de la tradición oral. Luego Pablo se había trasladado a algún otro lugar aquí surge que los tesalonicenses esperaban la segunda venida de Cristo y ya se experimentaba crisis en la comunidad. Algunos de ellos habían muerto y los demás hermanos tenían sus preguntas sobre el tema. Pablo tuvo que lidiar con estas interrogantes que antes no había tocado con los tesalonicenses. De esta forma podemos decir que los tesalonicenses experimentaron la tradición oral y la escrita al mismo tiempo.
Eventualmente varias partes de la tradición oral se fue escribiendo pero solo para servir a la audiencia contemporánea. La tradición escrita no tomo parte porque alguien lo determinara o dijera que “2000 años en el futuro la gente ha de saber sobre esto.” Mas bien, la tradición escrita al igual que la oral se fueron formando para una audiencia del tiempo en cuestión o contemporánea.
Yo sé que muchos se preguntan como la Biblia llego a ser lo que es hoy día. Esto se lo debemos a los que tomaron la tarea de editar la Palabra de Dios. Los editores tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento fueron a las legadas tradiciones orales y escritas para clasificarlas, aclararlas y ponerlas en un orden no necesariamente histórico sino teológico y pastoral.  Los primeros libros editados de la Biblia lo fueron los primeros cinco o Pentateuco. Este proceso de edición se dio después del éxodo probablemente en para el tiempo del rey David ya que este era un periodo donde la paz y la seguridad estuvo presente (1000 a.C.)
Al ir revisando ambas tradiciones heredadas, los editores encontraron narraciones que no concordaban unas con otras. Ellos no escogieron entre estas narraciones sino más bien las incluían ambas. Esta es la razón por la cual podemos encontrar más de una narración sobre un hecho o distintos puntos de vista alusivos a un hecho en particular. Esto suele darse en particular en el Antiguo Testamento aunque lo podemos ver también en el Nuevo Testamento.
Los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas son tres separados ejemplos de estas redacciones editadas de las tradiciones oral y escrita sobre la vida, muerte y resurrección de Jesús. Lucas describe todo este proceso al inicio de su evangelio; “Muchos han tratado de relatar ordenadamente los acontecimientos que se cumplieron entre nosotros, tal como nos fueron transmitidos por aquellos que han sido desde el comienzo testigos oculares y servidores de la Palabra. Por eso, después de informarme cuidadosamente de todo desde los orígenes, yo también he decidido escribir para ti, excelentísimo Teófilo, un relato ordenado, a fin de que conozcas bien la solidez de las enseñanzas que has recibido” (Lucas 1, 1 – 4). Podemos apreciar como Lucas no reclamó ser testigo ocular, más bien explicó que él era editor de una heredada tradición oral y escrita de unos eventos.
El acomodo de los libros del Antiguo y Nuevo Testamento fue el resultado de la edición. Los libros no aparecen en el orden que fueron escritos sino el orden de editación. El canon hebreo que contiene 39 libros que están divido en tres categorías; la Ley, los Profetas y otros Escritos. La Ley o el Pentateuco (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y el Deuteronomio) estos son los libros sobre el origen las naciones. Los Profetas se dividen en profetas mayores (Josué, Jueces, 1 & 2 Samuel, 1 & 2 Reyes) y profetas menores (Isaías, Jeremías, Ezequiel, Oseas, Joel, Amos, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías, Malaquías).  Estos libros proféticos es una constante llamada a vivir la fe por medio de la Alianza de Amor hecha al pueblo de Israel por parte de Dios. Los Escritos (Daniel, Job, Proverbios, Eclesiastés (Qohelet), Cantar de los Cantares, Rut, Lamentaciones, Ester,  Salmos…) Los libros de Tobías, Judit, Baruc, 1 & 2 Macabeos, Sabiduría son incluidos también en la Tradición Católica en los Escritos. Posteriormente explicaremos porque las demás tradiciones cristinas no los aceptan como parte del canon. Los Escritos son libros acerca de la reinterpretación y nuevos entendimientos que fueron necesarios en el pueblo elegido después de la experiencia del exilio babilónico. Todas las tradiciones cristianas están de acuerdo en el canon del Nuevo Testamento con sus 27 libros.
En nuestra próxima intervención reflexionaremos sobre la canonicidad en la Biblia.
Revisado: Mayo 11, 2023

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