10 de julio de 2009

Programa "Iglesia Soy"

Saludos mis hermanos en Cristo Jesús...

Les invito a escuchen el Programa: "Iglesia Soy..."

Radio Siervos Misioneros

Martes & Jueves: 10:00 AM - 12:00 Mediodía (Hora de México)

Que Dios los bendiga hoy, mañana y siempre...

Muchas gracias por su sintonía.

2 de julio de 2009

Liturgia acción (trabajo) de la Santísima Trinidad (2da parte)

La Iglesia Católica nos enseña que hay siete Sacramentos. Entendiendo que sacramento es un signo sensible y palpable (5 sentidos) eficaz de la gracia (que confiere la Gracia Santificante) instituido por Cristo (bajo la administración de la Iglesia) para la salvación del hombre. En forma análoga podemos decir que hay dos sacramentos (signos) fundamentales. “Porque Dios amó tanto al mundo,16 que entregó a su Hijo único16 para que todo el que cree en él no muera,16 sino que tenga Vida eterna” (Juan 3, 16). Jesús es el principal sacramento (signo) de ese amor que Dios Padre le tiene al género humano. Cristo obediente a la voluntad del Padre funda la Iglesia como ese segundo fundamental sacramento [signo] para continuar su presencia y su trabajo (obra, acción) salvadora y redentora para este mundo. De estos dos sacramentos fundamentales, Cristo y la Iglesia provienen nuestros sietes sacramentos que son los más privilegiados y las más poderosas acciones en la liturgia de la Iglesia.

Como hemos podido apreciar, ser bautizado es poner a un lado la noción de que nuestra relación con Dios es exclusiva, individual o un asunto privado. La Iglesia hace su trabajo en su liturgia y sacramentos de forma tal que la acción salvadora de Cristo continua para que el mundo conozca: “La misión del Espíritu Santo en la Liturgia de la Iglesia es la de preparar la Asamblea para el encuentro con Cristo; recordar y manifestar a Cristo a la fe de la asamblea de creyentes; hacer presente y actualizar la obra salvífica de Cristo por su poder transformador y hacer fructificar el don de la comunión en la Iglesia” (CIC 1112).

La liturgia y los sacramentos son grandes tesoros de la Iglesia. Sin embargo estos (liturgia y sacramentos) son tesoros que permanecen escondidos. Más aun, hay muchos dentro de la Iglesia que no sacamos provecho de ellos.

Para recapitular, hay que tener en cuenta que ser bautizado implica vivir en comunidad. Mi bautismo no me debe llevar a un individualismo sino vivir mi compromiso de cristiano como parte integrar de esa asamblea (= iglesia) o comunidad que el mismo Cristo fundó. La liturgia debe tener como meta trabajar por nuestra redención. La liturgia hace algo en nosotros y por nosotros. Tanto la liturgia como los sacramentos son respuestas humanas pero no podemos olvidar que la liturgia es la acción de Cristo.

Tenemos la liturgia por la misma razón que tenemos la Iglesia; para llevar y continuar la acción (trabajo) de manifestar la gracia de Cristo muerto y resucitado. La liturgia y los sacramentos son en primer lugar y tiempo cuando cielo (= presencia de Dios) y tierra se juntan. La Iglesia hace cosas humanas en nombre de Jesucristo.

1 de julio de 2009

Liturgia acción (trabajo) de la Santísima Trinidad (1ra parte)

En el artículo anterior (¿Qué es la liturgia?) mencionamos que la liturgia es trabajo (acción) y trabajo del pueblo de Dios. Explicamos también que la liturgia es poner en práctica lo que el pueblo de Dios cree. La liturgia es el trabajo porque demanda completa y activa participación por medio de la preparación, el compromiso y la acción. Ahora quiero enfocar lo que es la liturgia como trabajo o acción perfecta del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

Sería difícil exagerar la idea de que la liturgia es la obra de la gente. Como ya se mencionó que la liturgia es la acción de todo el pueblo de Dios según ejercitamos y compartimos el sacerdocio de Cristo. Cuando mencionamos todo esto (que es muy cierto) no podemos descuidar el otro lado de la moneda. La liturgia es la acción del pueblo de Dios, pero antes de eso es la acción del mismo Dios.


Esta dualidad o entendimiento reciproco de la liturgia como Acción de Dios y acción del pueblo - como ofrecimiento divino y respuesta humana – será ese constante elemento de discusión de la liturgia de la Iglesia y sus sacramentos. Es una realidad, una forma en la que podemos describir la liturgia y los sacramentos es indicando que ellos tienen momentos especiales cuando lo divino y lo humano se unen, cuando lo invisible toma forma y permite ser visto, experimentado, entendido y respondido (nuestra oración y suplicas a Dios).

Liturgia como la acción de Dios Padre

Las líneas introductorias de la Carta a los Efesios, San Pablo comienza su alocución bendiciendo a Dios porque él nos escogió en Cristo antes de la creación del mundo para ser santos y libres de culpa (ver Ef. 1, 4). El griego original en esta carta es aun más significante porque especifica lo que Dios hiso por nosotros en Cristo; somos hijos de Dios porque nos adoptó. Como veremos en nuestra discusión de bautismo de infantes, el concepto de adopción de hecho es espléndido.

El Padre es fuente de la liturgia. La primera persona de la Trinidad es el Padre – el proveedor, el dador – de todas las bendiciones que recibimos. “En la Liturgia de la Iglesia, la bendición divina es plenamente revelada y comunicada: el Padre es reconocido y adorado como la fuente y el fin de todas las bendiciones de la Creación y de la Salvación; en su Verbo, encarnado, muerto y resucitado por nosotros, nos colma de sus bendiciones y por él derrama en nuestros corazones el Don que contiene todos los dones: el Espíritu Santo” (CIC 1082).

La liturgia es la fuente y la cumbre de toda la actividad de la Iglesia. El Padre no es solo la fuente sino la meta. Para la liturgia y los sacramentos son antes que nada, nuestra respuesta al amor de Dios y a su acción. Por medio de la liturgia celebramos las bendiciones que recibimos de parte de Dios. Por medio de la liturgia ofrecemos a Dios nuestra gratitud, alabanza y acción de gracias (= eucaristía) – y continuamos creciendo en la gracia de Dios. Nuevamente, visualizamos una doble dimensión, la acción reciproca, siempre presente en nuestras celebraciones litúrgicas; nuestro reconocimiento de lo que se nos ha dado y nuestra respuesta a esos dones.

¿Qué es la liturgia?


Para poder saber lo que es la liturgia debemos antes poder contestar tres preguntas fundamentales. ¿Por qué es importante para la Iglesia tener una liturgia? ¿Cuál es el propósito de la liturgia? ¿Quién está envuelto en la liturgia de la Iglesia? Estas tres preguntas son imprescindibles para poder comprender y vivir lo que en realidad debe ser la liturgia. Espero que según vayamos reflexionado lo que es la liturgia podamos ir contestando estas tres preguntas. No solo contestarlas sino que podamos corroborarlas de forma tal fluya naturalmente en nuestra reflexión y meditación sobre la liturgia.

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