20 de diciembre de 2009

Ser Cristino una moda que nunca pasa de moda

El encuentro con Cristo es (y ha sido) desde hace mas de dos mil años un encuentro del fenómeno humano con Ser Humano en compañía de otros seres humanos mediante el cual la pasión de descubrir el propio perfil de una realidad entrañable que no es producto de pensamientos o filosofías particulares. Aquella Presencia introdujo inmediatamente una exigencia urgente de cambio, de perfeccionamiento de la propia humanidad tan potente que hizo que la historia cambiara su causa de acción. La santidad entro al mundo con una experiencia nunca antes imaginada. La conciencia inevitable del acontecimiento cristiano fue (y es) efectivamente la inauguración de un nuevo tipo de moralidad.

Un hombre dijo sobre sí mismo que era Dios. De esta forma emprendió este acontecimiento que pertenece de modo específico a la práctica religiosa. Como expresaría Romano Guardini; "en la experiencia de un gran amor todo los que sucede se convierte en acontecimiento que transcurre dentro de su ámbito." La presencia de Cristo y el hecho de ser seguidores y sus amigos introduce a la vida una capacidad especial (gracia) que tiende a hacernos mirar y tratar a los demás con la misma atención y amor (caridad) con Jesús trato a quienes le rodeaban. Juan Pablo II en su primera encíclica Redemptor Hominis nos recuerda; "el hombre permanece siendo para sí mismo un ser incomprensible, su vida carece de sentido unitario si no encuentra a Jesucristo. Por eso es Cristo Redentor quien revela plenamente el hombre al hombre mismo." Jesús nos revela que El es el Camino, no porque se imponga como tal, sino porque se comunica por medio de una dinámica que es connatural y respetuosa al mismo ser humano.

Juan Pablo I realizo una gran declaración cuando dijo; "el verdadero drama de esa Iglesia a la que le gusta llamarse moderna es el intento de corregir con reglas el asombro por el acontecimiento de Cristo." T.S. Eliot en su obra Coros de la Piedra hace una gran interrogante que es muy conveniente meditar y reflexionar; "¿es la Iglesia la que ha abandonado a la humanidad, o es la humanidad la que ha abandonado a la Iglesia?" El Espíritu o sea esa energía con la que Dios actúa, siempre llama a hombres y mujeres que se identifican y se adentran al misterio y acontecimiento cristiano. De la misma forma que en el "pasado" Cristo llamo a Pedro y a Pablo hoy en nuestros tiempos llamo también a Karol Józef Wojtyła (Juan Pablo II) y a Agnes Gonxha Bojaxhiu (Madre Teresa de Calcuta). Hoy día también el Cuerpo de Cristo se ve hambriento de laicos como lo fue el Beato Carlos Manuel Rodríguez.


Tu y yo podríamos dar y proclamar al mundo la Buena Noticia que el mismo Jesús nos dejo como misión. Esa Buena Noticia que Jesús proclamo es sus tiempo histórico sigue hoy de moda. Nos toca a cada bautizado ser parte de esta extraordinaria moda. De nosotros depende que nunca pase de moda.



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