4 de mayo de 2014

¡Juan Pablo II y Juan XXIII desde Roma y para el Mundo!

Angelo Giuseppe Roncalli y Karol Józef Wojtyła son dos nombres que quizás no sean tan llamativos a nuestra memoria.  Pero si nos hablan de Juan XXIII y Juan Pablo II sin duda quedarán grabados en nuestras mentes. 

Este pasado domingo (Abril 27, 2014), día en la Iglesia Católica estuvo celebrando el Domingo de la Divina Misericordia el mundo entero se vistió de gala con la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II.  
Lo que distingue a una persona considerada santa son sus virtudes cristianas pero sobretodo el amor y fraternidad cristiana que mostraron a los demás.   Estos dos papas sin duda alguna vivieron estos aspectos de la santidad; las virtudes, el amor y la fraternidad cristiana.
Tengo que confesar que aunque llegue junto con mi esposa aquí a la Ciudad Eterna (Roma) desde el 21 de este mes, me fue imposible llegar a la Plaza de San Pedro.  Esto le sucedió a millares de personas de todas las naciones. 
Les diré que esta experiencia de estar con cientos de personas y hablando cada cual su idioma me hizo recordar el acontecimiento bíblico de la Torre de Babel.  Esta es una ocasión donde uno desearía que todos los seres humanos hablemos el mismo idioma (podríamos llamarlo el idioma del amor y la fraternidad). 
Yo estoy casi seguro que muchos saben que hoy en día hablar de canonización es sinónimo de santos (o santidad).  Lo que sí estoy seguro es que muy pocos sabemos lo que implica (incluyendo a los católicos).
Primero veamos algunos términos como lo son canonización (canon) y santidad.  Canonizar significa literalmente legalizar ya que la palabra canon significa ley o norma.  Ahora bien, la palabra santidad proviene del hebreo "Kiddushin" que literalmente significa "sacar aparte".  Este término del hebreo también es usado para expresar los esponsales o compromiso matrimoniales.
El Libro del Apocalipsis nos habla de las Bodas del Cordero (ver Apocalipsis 19, 6-9).  Con esto el autor bíblico nos está diciendo que nuestra relación con Dios debe ser una de completo amor tal como implica el amor en el matrimonio.  Por medio de nuestro Bautismo hemos sido separados del mundo y en el mundo para vivir como Cristo Jesús. Eso en resumida cuenta es la santidad.
La santidad no requiere "absoluta perfección".  La santidad requiere que viendo y reconociendo la grandeza de Dios aceptemos  nuestra pequeñez, debilidad y fragilidad.  Después de esto (en fe y confianza) pedirle a Dios que sea nuestra fortaleza y nuestro sostén.   Las virtudes son hábitos operativos (que realizamos y actuamos) que juntó a la acción de la Iglesia (oración {personal y comunitaria), sacramentos y caridad [= amor hecho acción]) y la gracia de Dios nos llevan a la santidad.
El Proceso de Canonización dentro de la Iglesia Católica ha ido tomando su forma desde el siglo XII, siglo en el cual la Santa Sede comenzó dicho proceso.  Antes de eso en la historia de la Iglesia eran aclamados por las comunidades dentro de las diócesis.  Claro está con esto algunos santos eran más famosos o aclamados en ciertas áreas que en otras.  Eran muy pocos los santos que tenían mayor fama en toda la Iglesia.
Actualmente el Proceso de Canonización contiene cuatro pasos.  Estos son: Siervo de Dios, Venerable, Beato o Bienaventurado y Santo.  El segundo y tercer paso son los de mayor estudio e investigación tanto en las diócesis como en la Santa Sede.  Para la beatificación y canonización (santo) se requiere la aprobación de la intersección ante Dios por medio de milagros.  Para esto la Santa Sede delega a comisiones (incluyendo profesionales en la medicina) para estudiar dichos milagros. 
Se requieren unos cinco años después de la muerte de la persona para iniciar el proceso de canonización.  El Papa Benedicto XVI le concedió una dispensa para comenzar este proceso antes de los cinco años tanto a Juan Pablo II como a la Beata Madre Teresa de Calcuta.
Una pregunta que salió a relucir en una de las cadenas televisivas fue la siguiente: ¿Porque canonizar a estos dos papas juntos? Fueron varias las respuestas las que dieron.  Algunas de índole "político-administrativo" dentro del Vaticano.  En mi opinión muy personal algunas de estas respuestas sonaban más a críticas hacia el Papa Francisco (y hasta quizás hacia su persona y forma de ser) y su papado. 
Otra respuesta a la pregunta antes mencionada lo muestra la historia de la Iglesia en nuestros tiempos modernos.  Cuando Juan XXIII inició el Concilio Vaticano II (1963) conoció al recién nombrado Obispo Auxiliar de Cracovia (Karol Józef Wojtyła).   En ese entonces el Obispo Auxiliar Wojtyła trabajo muy de lleno en las comisiones preparativas del concilio.  Muchas de las renovaciones dentro de la Iglesia fueron sugeridas por Wojtyła. 
Como podemos ver estos dos grandes papas estuvieron de una forma u otros muy relacionados.  Juan XXIII fue beatificado en año 2000 por JPII.   Los escritos (oficiales y no oficiales de la Iglesia) de JPII  los podríamos visualizar fácilmente como una continuidad de los escritos del Papa Roncalli.  Claro está, que ambos escribieron con su propio estilo pero eso no quita que sus ideales y visión de la Iglesia fueran muy similares.
La Iglesia sin duda alguna necesita santidad dentro de sus distintas esferas (incluyendo los papas).   La Iglesia nació y fue fundada por Cristo para vivir en santidad.  Nuestro tiempo necesita santos y grandes santos que sean los espejos cristalinos que reflejen a Cristo en esta sociedad tan alejada e indiferente de Dios. 
JPII y Juan XXIII supieron ser eso espejos que le reflejaron a Cristo a todas las naciones.   Prueba de eso fueron los millares y millares de personas que se dieron citas en Roma.

Santos Angelo Giuseppe Roncalli y Karol Józef Wojtyła rueguen e intercedan ante Dios por nosotros. 

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