En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: “Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad
delante de los hombres para que los vean. De lo contrario, no tendrán
recompensa con su Padre celestial.
Por lo tanto, cuando des
limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las
sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que
ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando des limosna, que no sepa tu
mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y
tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes hagan
oración, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las
sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Yo les
aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar,
entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo
secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará. ¡Palabra del Señor! ¡Gloria a ti, Señor Jesús!
Reflexión:
En el tiempo de Jesús los
fariseos y otros grupos religiosos de Judea se distinguían por llevar no solo
un fanatismo religioso sino también por querer que todos de una forma u otra
vieran y los alabaran por sus actos de piedad.
Sin duda alguna como nos dice Jesús “ya recibieron su recompensa”
(ver Mt. 6, 2 o Mt. 6, 5). Hoy el evangelio (Mt 6, 1-6. 16-18) no sigue
exhortando a que seamos generosos no solo con los hombres sino también con
Dios.
Es una gran tentación el
querer asumir estas “posturas exhibicionistas” de los fariseos y otros
grupos religiosos de Judea. Tan es así
que Jesús los llama hipócritas ya que esa palabra por fuerte que suene ahora es
la que mejor describe esta forma de piedad y caridad fraterna.
Ahora Jesús nos muestra también
lo que debemos de hacer para no caer en esas “posturas exhibicionistas”. Nos dice no anunciar las cosas que hacemos con
trompetas. Aquí claro esta no se habla
del instrumento musical de la trompeta como la conocemos hoy en día sino más
bien era más larga y con una campana más grande. Esta se podía escuchar a millas y millas del
templo de Jerusalén.
Aquí como podemos
visualizar se nos presenta al silencio, el secreto y el apartarnos como virtudes
que nos llevan a la recompensa que podrimos recibir de parte de Dios Padre si
seguimos lo que Jesús nos indica.
Quisiera presentas varias
de las indicaciones de Jesús que me gustaría abundar un poco. “Tengan cuidado de no practicar sus obras
de piedad delante de los hombres para que los vean”. “Tú en cambio, cuando des limosna, que no
sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en
secreto”. “Tú, en cambio, cuando
vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que
está allí, en lo secreto”. “Tú,
en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no
sepa la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu
Padre, que ve lo secreto, te recompensará”.
Primero podemos apreciar
que para llegar a Dios por medio de las obras de piedad debemos apartarnos un
poco de los hombres. Un ejemplo que yo
suelo practicar yo suelo hacer la liturgias de la horas, los más comúnmente a
diario. Para esto tengo dos opciones;
primero me levanto más temprano para rezar las laudes (oración de la mañana) o
segundo cuando todos se van a trabajar y/o escuela yo suelo tomarme el tiempo
para orar.
La palabra en hebreo que
se usa para traducir la palabra santidad es Kiddushin. Anteriormente he dicho que el segundo significado
aplicación de esta palabra hebrea es el de esponsales o compromiso matrimonial. La primera traducción literal de Kiddushin es
“sacar aparte”. Nos sacamos
aparte o nos apartamos para orar y hacer nuestras obras de piedad.
“Tú en cambio, cuando des
limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu
limosna quede en secreto”. Esta es quizás la que más me mueve pero a la
vez la que más me preocupa. Me mueve por que siempre me recuerda que la
caridad (o sea el amor hecho acción) debe brotar desde lo más profundo y
escondido del corazón. Me preocupa por que
es una gran tentación hacer estas cosas con la mayor posibilidad de testigos
para que nos reconozcan. Por eso si solo
buscamos la recompensa de Dios el secreto será nuestro aliado para obtener la recompensa
que Dios nos promete.
“Tú, en cambio, cuando vayas
a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está
allí, en lo secreto”. Esto es algo que lo podemos hacer
literalmente en nuestro cuarto y en silencio para que los demás no sepan que
estamos orando. Pero además lo podemos
hacer en el templo, y hasta en la oficina del doctor. Ayer yo estaba en el doctor y me lleve mi
iPad donde tengo la Biblia y la Liturgia de las Horas. Como llegue temprano a mi cita me puse a
rezar el Oficio de Lectura y me inmergí de tal forma que yo no me di cuenta
quien llegaba o salía de la oficina del doctor. Sin duda alguna que tú y yo {mi muy querido(a)
y apreciado(a) hermano(a)} buscamos al orar la recompensa de Dios. Pues tengamos presente que el silencio y el
apartarnos serán nuestros aliados para llegar a la intimidad con Dios y obtener
la recompensa del mismo Dios.
“Tú, en cambio, cuando
ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la gente que
estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo
secreto, te recompensará”. Los directores espirituales los místicos que
el ayunar en una de las formas más directas crecer espiritualmente y por ende
luego llegar a la contemplación o sea a llegar a experimentar el Cielo aquí en
este mundo como le sucede a mucho de los santos de la Iglesia. Entendamos por experimentar el Cielo como
llegar a esa presencia tan intensa e intimísima de Dios como si se estuviera ya
en el Cielo. Se puede hacer ayuno por
muchas razones (aquí no hablo del “ayuno que se suele hacer para bajar de
peso” pero les confieso que me hace mucha falta) sino más bien por muchas
razones para crecer espiritualmente.
Este es un evangelio en donde
nuestra reflexión no solo podría sacar tres páginas sino muchísimas más. Pero sinceramente espero que estas palabras
llenen tu corazón y fortalezcan tu espíritu.
¡Que así nos ayude Dios por y en su eterno amor! ¡María Santísima Ruega e Intercede por
nosotros!
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