28 de noviembre de 2018

Consultas y Respuestas: Lucas 9, 10-17…


Consulta:
En el capítulo noveno del Evangelio de San Lucas (Lc. 9, 10-17) ¿Cuáles son las tres acciones que realiza Jesús antes de darle de comer a la multitud?
M S desde Colombia…
Respuesta:
Hermanita M S
Saludos fraternales en Cristo Jesús y María Siempre Virgen Madre de Dios y de la Iglesia.  Espero en Dios que usted y todos sus seres queridos estén muy bien gozando de los dones del Señor.

Las acciones que puedo detectar que hace el Señor antes de la Multiplicación de los Panes a simple vista son las siguientes. 
Primero se retira con sus primeros discípulos y apóstoles.  El texto no nos dice cuanto tiempo estuvieran antes que la gente llegara a donde estaban ellos en Betsaida (v. 10).  Pero podríamos presuponer que fue suficientes para orar y para alguna enseñanza en particular que Jesús quisiera darles a ellos.  Podemos deducir también que esto fue algo similar (seguramente con más frutos) a los solemos hacer hoy en día en los distintos formas y estilos de retiros.
En segundo lugar, nos dice que Jesús les hablaba del Reino de Dios y sanaba a los enfermos.   Esto podríamos decir que es la introducción a lo que viene a continuación.
La tercera acción que el Señor realiza es que una vez numero de los presente en ese lugar aumenta los discípulos (los Doce) le dicen al Señor “no hay cama para tanta gente” (broma, no fue eso) o sea hay muchas bocas y poquísimo de comer.  Aquí viene la acción de parte de Jesús, este les dice a ellos “denle de comer ustedes” (v. 13).  En otras palabras, el Señor estaba probando la fe de ellos.  Quizás (y aquí estoy especulando) pudiera que fuera que El le estuviera diciendo “bueno, ahora vamos a ver si aprendieron algo de lo que les enseñe previamente”.
Pero hay dos acciones (una cuarta y una quinta) más que son más importantes que todas las anteriores.  Una vez que estos (los Doce) le dicen que lo único que hay de comer son cinco (5) panes y dos (2) peces. 
Les dice primero que se agrupen en grupos de cincuenta (50) personas.  Aquí vemos la organización que aunque muchas veces no lo parezca esta es una cualidad indispensable de la Iglesia.  Por eso la Iglesia continua con la tradición desde el mismo tiempo de los apóstoles con el sucesor de Pedro (el papa) y los sucesores de los apóstoles (los obispos).  Además cada Iglesia Particular (Diócesis) tiene su propio organigrama usando cómo basé la tradición que previamente mencioné.  
Luego Jesús en oración pronuncio la bendición y sé le repartió a la gente para que comieran.  En esto tanto el Magisterio de la Iglesia cómo los exegetas (expertos en la Biblia) ven la prefiguración de la Eucaristía.  Hasta muchos teólogos protestante suelen reconocer esto aunque no reconozcan la Presencia Real (Cuerpo, Sangre, Alma, y Divinidad)  del Señor en la Eucaristía.  Hay que tener en cuenta que negar esto (presencia real) es básicamente negar la Resurrección del Señor.
Veamos ahora la acción que sucede después de comer.  Hay que recalcar el texto evangélico dice: “Comieron hasta saciarse” (v. 17). 
Después de esto nos dice que lo que sobro lo recogieron en doce canastos (v. 17).  Aquí hay una similitud con algo que sucede en la Santa Misa y que muchas veces no le tomamos importancia.  Una vez que toda la comunidad eclesial termina de comulgar ¿Qué sucede? Las hostias consagradas que no se han consumado o que sobrar… aunque en realidad nunca sobran sino que están ahí primero para adorar a Jesús Sacramentado y segundo para cuando se necesite llevarlos a los enfermos.  Aquí sin duda alguna podemos apreciar el paralelismo.
La Biblia Didajé de la Conferencia Episcopal de España la cuál es una biblia de estudio en el comentario sobre este texto neotestamentario nos dice lo siguiente: “La multiplicación de los panes y los peces recuerda la prodigiosa alimentación de los Israelitas con el maná en el desierto, y la prefiguración de la Eucaristía en la Ultima Cena.  Ambos acontecimientos, a su vez, prefiguran la vida eterna en el Banquete Celestial que tendrá lugar en la vida futura.  El mensaje más claro es que solo el pan que Cristo nos da ofrece vida eterna.  Esto se refleja en las palabras de la oración del Señor ‘danos hoy nuestro pan de cada día’ (Mt. 6, 11; Jn. 6, 35).
Algo que hace de esta biblia antes mencionada es que en sus comentarios nos ofrece los numerales del Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) que están relacionado de una forma u otra al texto bíblico en cuestión.  Los numerales del CIC que nos ofrece la Biblia Didajé son los siguientes #335 y #2837.
“En su liturgia, la Iglesia se une a los ángeles para adorar al Dios tres veces santo (cf. Misal Romano, “Sanctus"); invoca su asistencia (así en el «Supplices te rogamus...» [«Te pedimos humildemente...»] del Canon romano o el «In Paradisum deducant te angeli...» [«Al Paraíso te lleven los ángeles...»] de la liturgia de difuntos, o también en el "himno querúbico" de la liturgia bizantina) y celebra más particularmente la memoria de ciertos ángeles (san Miguel, san Gabriel, san Rafael, los ángeles custodios)” (CIC # 335).
“'De cada día'. La palabra griega, ‘epiousion’, no tiene otro sentido en el Nuevo Testamento. Tomada en un sentido temporal, es una repetición pedagógica de “hoy” (cf. Ex 16, 19-21) para confirmarnos en una confianza “sin reserva”. Tomada en un sentido cualitativo, significa lo necesario a la vida, y más ampliamente cualquier bien suficiente para la subsistencia (cf. 1 Tm 6, 8). Tomada al pie de la letra (‘epiousion’: “lo más esencial”), designa directamente el Pan de Vida, el Cuerpo de Cristo, “remedio de inmortalidad” (San Ignacio de Antioquía, Epistula ad Ephesios, 20, 2) sin el cual no tenemos la Vida en nosotros (cf. Jn 6, 53-56) Finalmente, ligado a lo que precede, el sentido celestial es claro: este “día” es el del Señor, el del Festín del Reino, anticipado en la Eucaristía, en que pregustamos el Reino venidero. Por eso conviene que la liturgia eucarística se celebre “cada día”.
«La Eucaristía es nuestro pan cotidiano [...] La virtud propia de este divino alimento es una fuerza de unión: nos une al Cuerpo del Salvador y hace de nosotros sus miembros para que vengamos a ser lo que recibimos [...] Este pan cotidiano se encuentra, además, en las lecturas que oís cada día en la Iglesia, en los himnos que se cantan y que vosotros cantáis. Todo eso es necesario en nuestra peregrinación» (San Agustín, Sermo 57, 7, 7).
El Padre del cielo nos exhorta a pedir como hijos del cielo el Pan del cielo (cf. Jn 6, 51). Cristo “mismo es el pan que, sembrado en la Virgen, florecido en la Carne, amasado en la Pasión, cocido en el Horno del sepulcro, reservado en la iglesia, llevado a los altares, suministra cada día a los fieles un alimento celestial” (San Pedro Crisólogo, Sermo 67, 7) (CIC # 2837).
Espero que esta información te sea de gran utilidad.  Si tienes alguna duda o pregunta siéntete en la plena confianza de consultarme.
¡Dios… Bendiga… Amén!

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