22 de febrero de 2009

El reto de ser católico en los Estados Unidos

Somos muchos los católicos hispanos que llegamos a los Estados Unidos para poder logar el “sueño americano.” Una realidad con la que no contamos al momento de querer emigrar es que el catolicismo acá en USA es muy distinto a lo que estamos acostumbrados a vivir en nuestros países hispano parlantes. Esto se debe a la cultura y tradiciones que con afecto cultivamos en nuestros países. Más aun, no temamos en cuenta que la Iglesia Católica en este país del continente norteamericano es una minoría. Una minoría que pasa por persecuciones y muchos ataques ya sea de los medios comunicativos y/o de otras iglesias protestantes.

El catolicismo acá en esta nación sufre la gran epidemia de la indiferencia religiosa. Esto es algo con lo que el clero y laicos comprometidos en nuestra Iglesia Católica tenemos que batallar día a día con mucha dedicación y esmero. Por otro lado, no se puede olvidar que por cada parroquia católica que haya en cada pueblo o cuidad de cada estado en esta nación hay de 20 a 30 iglesias protestantes que “sin querer queriendo” crean una merma que de muchas formas afectan a nuestras comunidades católicas. Sin dejar de mencionar que los “católicos” disidentes o cismáticos aquí en los EEUU crean una confusión muy alarmadora.

El teólogo laico George Weigel quien es profesor en el “Ethics and Public Policy Center” de Washington, DC quien publicó su libro “El coraje de ser católico: Crisis, reforma y futuro de la Iglesia” (2002) indica que la “cultura de la disensión” es la principal responsable de la actual crisis en los Estados Unidos. Los medios de comunicación han sido y son uno de los principales promotores para crear esta “cultura de la disensión” que Weigel detalla en su libro. La política en este país lamentablemente no ha sabido crear una atmósfera justa que llegue ni tan siquiera a términos medios en esta situación. Nuestra cultura esta tan saturada de sexo o de implicaciones sexuales desordenadas que aun dentro de la Iglesia se ha visto manchada la santidad que presupone toda función ministerial dentro del Iglesia. Esta es una situación que por la cual nos debemos unir todos en oración para que el Espíritu Santo vaya dando sanación y consolación espiritual.

Como cristianos no nos podemos quedar estancado en las crisis, sea cual sea la crisis. Nuestro compromiso bautismal tiene que resonar como una campana nueva en todo momento. La palabra “crisis” en la Biblia tiene un doble significado; catástrofe y oportunidad. La actual catástrofe por medio de la transformación del Amor de Dios nos debe llevar a la oportunidad de retomar el verdadero sentido del Vaticano II. El Papa Juan Pablo II supo interpretar infaliblemente lo que nos propone el Vaticano II. La Iglesia hoy mas que nunca necesita hombres y mujeres de integridad y valentía que sepan afrontar los problemas que nos atañen. Quiero hacerme eco de estas palabras de Pío XI; “Demos gracias a Dios por hacernos vivir entre los problemas actuales; a nadie se le puede permitir ya ser un mediocre.” Que el Espíritu Santo infunda ese calor y luz para que sepamos responder a nuestro compromiso cristiano renovados en fe, esperanza y caridad.

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