27 de marzo de 2009

¿Cómo se formó la Biblia? (Quinta Parte)


Ya hemos hablado sobre cómo las Sagradas Escrituras se fueron desarrollando con el paso del tiempo por medio de la tradición oral y la tradición escrita. Además vimos cómo en base a estas dos se fue editando esta Palabra de Dios Escrita o Sagradas Escrituras.   Ahora una vez explicado lo que es la inspiración y la revelación divina entráremos en el último paso que es la canonicidad.

Ahora nos toca contestar la siguiente pregunta ¿Cómo y porque los libros en la Biblia comenzaron a ser canónicos? Antes de contestarla sería muy conveniente aclarar términos no solo para crear un vocabulario sino para ir comprendiendo cómo se fue dando toda esta cuestión de la canonicidad bíblica.

Primero hay establecer bien claro que no todos los “escritos” o manuscritos frutos de la tradición oral y escrita están en el contenido de la Biblia como la tenemos hoy en día. Aquellos que fueron incluidos se les llaman canónicos y aquellos que no fueron incluido por alguna u otra razón se les llama apócrifos. 


La palabra canon significa regla (o ley). Por lo tanto, aquellos libros que fueron aceptados por generaciones de las creencias que la comunidad fue pasando fielmente sobre sus experiencias y doctrinas y que les nutrían espiritualmente fueron considerados como canónicos. En otras palabras, estos son los libros en que la fe y las creencias de la comunidad son medidas o valoradas.

El canon fue establecido no por orden en su jerarquía sino por el movimiento del Espíritu en toda la comunidad. Para explicar esto déjeme usar un ejemplo del Nuevo Testamento. Durante el segundo siglo de nuestra era cristiana otros evangelios circulaban además de los cuatro que témenos hoy. Estos evangelios no fueron condenados y quemados. Estos evangelios (ej. Evangelio de Tomas o el Evangelio de Judas) han estado siempre disponibles para leerlos. 


Sin embargo, la comunidad de creyentes ha preferido los cuatro evangelios (Mateo, Marcos, Lucas & Juan) en comparación a otros. Según los primeros cristianos fueron comparando notas acerca de lo que comenzaba a ser aceptado y creído en las demás comunidades los cuatro evangelios comenzaron a ser más y más discutidos y los demás cayeron en desuso. Para en final del siglo II todo el canon del Nuevo Testamento ya estaba establecido.

Aunque tanto el canon del Antiguo y Nuevo Testamento fueron establecidos por sus respectivas comunidad de creyentes ambos fueron pronunciadas “cerrados” por sus respectivas autoridades. El canon del Antiguo Testamento, o sea el Canon Hebreo fue completado (sellado) en el Concilio de Jamnia por los líderes judíos en el primer siglo. Su decisión fue una reacción a la creciente literatura que ya se daba sobre Jesucristo. Muchos judíos que creían en Cristo estaban a favor de que los nuevos escritos sobre Jesús se incluyeran en él canon Hebreo. Aquellos que no creían en Él, obviamente estaban en contra.

No todos los judíos en la época tenían el mismo canon. Después de la diáspora (emigración judía a otros países este fenómeno comenzó con el destierro de Babilonia pero seguía en tiempos de Jesús) y después de la helenización (influencia greco-latina [Grecia y Roma] que adquirían las demás naciones) de la cultura el Antiguo Testamento había sido traducido al griego. Esta traducción griega llamada Septuagésima (de los Setentas) en los siglos anteriores a Cristo algunos libros traducidos al griego no fueron incluidos a la versión original del Antiguo Testamento. 

Estos no fueron incluidos simplemente porque el canon hebreo fue cerrado en Concilio de Jamnia. Estos permanecieron en la Septuagésima qué fue la versión que San Jerónimo usó para traducir la Biblia al latín conocida como la Biblia Vulgata. Esta traducción a latín de este monje y Padre de la Iglesia se ha mantenido a través de la historia de la Iglesia como el recurso oficial para las demás traducciones bíblicas católicas.


El canon del Nuevo Testamento fue declarado cerrado o completado en el Concilio de Trento (1545–1563).  Esta acción fue una defensiva ya habían movimientos que querían eliminar algunos libros que habían sido aceptados a través de los siglos. El Concilio de Trento declaró autoritariamente que él canon se mantendría tal como siempre había estado.

En nuestra próxima intervención reflexionaremos sobre lo que es la inspiración divina y la revelación divina.

Revisado: Mayo 20, 2023

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