Ya hemos hablado sobre cómo las
Sagradas Escrituras se fueron desarrollando con el paso del tiempo por medio de
la tradición oral y la tradición escrita. Además vimos cómo en base a estas dos
se fue editando esta Palabra de Dios Escrita o Sagradas Escrituras. Ahora una vez explicado lo que es la inspiración y la revelación divina entráremos en el último paso que es la canonicidad.
Ahora nos toca contestar la
siguiente pregunta ¿Cómo y porque los libros en la Biblia comenzaron a ser
canónicos? Antes de contestarla sería muy conveniente aclarar términos no solo
para crear un vocabulario sino para ir comprendiendo cómo se fue dando toda
esta cuestión de la canonicidad bíblica.
Primero hay establecer bien
claro que no todos los “escritos” o manuscritos frutos de la tradición oral y escrita
están en el contenido de la Biblia como la tenemos hoy en día. Aquellos que
fueron incluidos se les llaman canónicos y aquellos que no fueron incluido por
alguna u otra razón se les llama apócrifos.
La palabra canon significa regla (o
ley). Por lo tanto, aquellos libros que fueron aceptados por generaciones de
las creencias que la comunidad fue pasando fielmente sobre sus experiencias y
doctrinas y que les nutrían espiritualmente fueron considerados como canónicos.
En otras palabras, estos son los libros en que la fe y las creencias de la
comunidad son medidas o valoradas.
El canon fue establecido no por
orden en su jerarquía sino por el movimiento del Espíritu en toda la comunidad.
Para explicar esto déjeme usar un ejemplo del Nuevo Testamento. Durante el
segundo siglo de nuestra era cristiana otros evangelios circulaban además de
los cuatro que témenos hoy. Estos evangelios no fueron condenados y quemados.
Estos evangelios (ej. Evangelio de Tomas o el Evangelio de Judas) han estado
siempre disponibles para leerlos.
Sin embargo, la comunidad de creyentes ha
preferido los cuatro evangelios (Mateo, Marcos, Lucas & Juan) en
comparación a otros. Según los primeros cristianos fueron comparando notas
acerca de lo que comenzaba a ser aceptado y creído en las demás comunidades los
cuatro evangelios comenzaron a ser más y más discutidos y los demás cayeron en
desuso. Para en final del siglo II todo el canon del Nuevo Testamento ya estaba
establecido.
Aunque tanto el canon del
Antiguo y Nuevo Testamento fueron establecidos por sus respectivas comunidad de
creyentes ambos fueron pronunciadas “cerrados” por sus respectivas autoridades.
El canon del Antiguo Testamento, o sea el Canon Hebreo fue completado (sellado) en el Concilio de
Jamnia por los líderes judíos en el primer siglo. Su decisión fue una reacción
a la creciente literatura que ya se daba sobre Jesucristo. Muchos judíos que
creían en Cristo estaban a favor de que los nuevos escritos sobre Jesús se
incluyeran en él canon Hebreo. Aquellos que no creían en Él, obviamente estaban
en contra.
No todos los judíos en la época
tenían el mismo canon. Después de la diáspora (emigración judía a otros países
este fenómeno comenzó con el destierro de Babilonia pero seguía en tiempos de
Jesús) y después de la helenización (influencia greco-latina [Grecia y Roma] que adquirían las demás naciones) de la cultura el Antiguo Testamento
había sido traducido al griego. Esta traducción griega llamada Septuagésima (de
los Setentas) en los siglos anteriores a Cristo algunos libros traducidos al
griego no fueron incluidos a la versión original del Antiguo Testamento.
Estos
no fueron incluidos simplemente porque el canon hebreo fue cerrado en Concilio
de Jamnia. Estos permanecieron en la Septuagésima qué fue la versión que San
Jerónimo usó para traducir la Biblia al latín conocida como la Biblia Vulgata.
Esta traducción a latín de este monje y Padre de la Iglesia se ha mantenido a
través de la historia de la Iglesia como el recurso oficial para las demás
traducciones bíblicas católicas.
El canon del Nuevo Testamento
fue declarado cerrado o completado en el Concilio de Trento (1545–1563). Esta acción fue una defensiva ya habían
movimientos que querían eliminar algunos libros que habían sido aceptados a
través de los siglos. El Concilio de Trento declaró autoritariamente que él
canon se mantendría tal como siempre había estado.
En nuestra próxima intervención
reflexionaremos sobre lo que es la inspiración divina y la revelación divina.
Revisado: Mayo 20, 2023
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