Durante todo el trayecto de
esta disertación en el cual trato de explicar unos puntos fundamentales para poder
entender lo que es la Biblia. Estos puntos o pasos ya explicados en las intervenciones
anteriores son los eventos, tradición oral, tradición escrita, edición. Antes de explicar el último paso que es la canonicidad es muy conveniente en reflexionar que es la inspiración y la revelación divina.
Todos estos pasos están íntimamente ligados porque han marcado la ruta para determinar lo que es la Biblia tal como la tenemos en la actualidad. En esta última intervención de este artículo “¿Cómo se formó la Biblia?” explicaremos los que es la inspiración y la revelación divina.
Todos estos pasos están íntimamente ligados porque han marcado la ruta para determinar lo que es la Biblia tal como la tenemos en la actualidad. En esta última intervención de este artículo “¿Cómo se formó la Biblia?” explicaremos los que es la inspiración y la revelación divina.
Es muy común escuchar decir que
Dios es el autor de la Biblia. Claro está, que esto no significa que Dios haya
tomado la pluma y escrito directamente sobre el papiro. Cuando se usa la palabra
inspiración tampoco significa que le haya dictado letra por letra al hagiógrafo
o autor humano. Por el contrario la inspiración se refiere a un contexto mucho
más amplio como referirse sólo al autor humano.
La inspiración (ayuda que Dios en percibir y en entender) es reclamada que ocurre en cada uno de los procesos (los eventos, tradición oral, tradición escrita, edición y la canonicidad) que llevaron a su plenitud lo que es la Biblia.
En primer lugar, las
generaciones originales que experimentaron los eventos viviendo su vida
cotidiana pero con una presencia de Dios poderosa y presente. Mediante estos eventos Dios se fue revelando
así mismo a la comunidad. Luego, aquellos en la comunidad que estaban
disponibles a interpretar los eventos religiosamente y pasaban estos a la
tradición oral se consideraban inspirados.
Los narradores de cada generación
que nutrían la fe de sus contemporáneos por medio de la tradición oral eran
inspirados. Aquellos que comenzaron a escribir las narraciones eran también inspirados.
Aquellos que editaron las tradiciones (oral & escrita) heredadas
también eran inspirados.
En resumen, todos aquellos de cada generación quién
encontró a sí mismo anhelo para oír de su Dios, y que encontró ese anhelo
satisfecho en las narraciones inspiradas de sus antepasados y sus
contemporáneos, fue inspirado. Estas son las personas quienes recibieron la
Palabra y que fueron instrumento para que esta llegue a ser canónica.
Últimamente puede que pensemos
en nosotros mismos como inspirados. Es solamente bajo la efusión del Espíritu
Santo y la guía de la Iglesia (Magisterio del Iglesia) que después de
escrudiñar (estudio profundo) las Sagradas Escrituras que podemos entender la
revelación que estas contienen.
Ahora bien, ¿Qué es la
revelación? Es la forma en que Dios se le fue manifestando a pueblo de Israel
por medio de los eventos (hechos). Para los cristianos Jesucristo es la
culminación y eje central de toda la revelación. La Iglesia nos enseña que dos
son las fuentes de la revelación divina; la Biblia y la tradición apostólica.
Estas componen las Sagrada Escrituras en todo su contexto.
Contrario a los que
dicen y creen muchos protestantes que solo la Biblia contiene la revelación de
Dios veamos lo que nos dice San Juan en su Evangelio; “Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus
discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro. Estos han sido
escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y
creyendo, tengan Vida en su Nombre” (Juan 20, 30 – 31) Todas esas otras
cosa que realizo Jesús y que no están escritas la Iglesia las ha mantenido viva
desde los mismos apóstoles.
Espero que estas reflexiones
nos ayuden a crecer en conocimientos y nos sirvan como instrumento en el
conocimiento de nuestra fe. Cualquier duda o pregunta siéntanse en plena
confianza de consultar a este su servidor en Cristo Jesús.
Revisado: Mayo 20, 2023...
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