Oración:
Jesús Transfigurado
Señor Jesús… “Tú te transfiguraste
en la montaña, y tus discípulos, en la medida en que eran capaces, contemplaron
tu Gloria, oh Cristo Dios, a fin de que, cuando te vieran crucificado,
comprendieran que tu Pasión era voluntaria, y anunciaran al mundo que Tú eres
verdaderamente la irradiación del Padre.” (Liturgia Bizantina)
PRECES
DE LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR
Acudamos a nuestro Salvador,
maravillosamente transfigurado ante sus discípulos en el monte santo, y
digámosle con fe: Ilumina, Señor,
nuestras tinieblas.
Oh Cristo, que, antes de
entregarte a la pasión, quisiste manifestar en tu cuerpo transfigurado la
gloria de la resurrección futura, te pedimos por la Iglesia que sufre: que, en
medio de las dificultades del mundo, viva transfigurada por la esperanza de tu
victoria.
Cristo, Señor nuestro, que
tomando a Pedro, Santiago y Juan los llevaste contigo a un monte alto, te
pedimos por el papa Benedicto XVI y por los obispos: que, llenos de aquella paz
y alegría que son fruto de la esperanza en la resurrección, sirvan fielmente a
tu pueblo.
Cristo Jesús, que desde el monte
santo hiciste brillar tu rostro sobre Moisés y Elías, te pedimos por Israel, el
pueblo que hiciste tuyo desde tiempos antiguos: concédele que alcance la
plenitud de la redención.
Cristo, esperanza nuestra, que
iluminaste al mundo entero cuando sobre ti amaneció la gloria del Creador, te
pedimos por todos los hombres de buena voluntad: haz que caminen siempre siguiendo
el resplandor de tu luz.
Cristo, Salvador nuestro, que
transformarás nuestro frágil cuerpo en cuerpo glorioso como el tuyo, te pedimos
por nuestros hermanos difuntos: transfórmalos a imagen tuya y admítelos ya en
tu gloria.
Llenos de esperanza, oremos al
Padre como Cristo nos enseñó: Padre nuestro...
Señor Dios, que en la gloriosa
transfiguración de Jesucristo confirmaste los misterios de la fe con el
testimonio de Moisés y de Elías, y nos hiciste entrever en la gloria de tu Hijo
la grandeza de nuestra definitiva adopción filial, haz que escuchemos siempre la
voz de tu Hijo amado y lleguemos a ser un día sus coherederos en la gloria. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
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