Hechos
10,34a.37-43: Hemos comido y bebido con él después
de su resurrección…
Salmo
Responsorial 117: Éste es el día del triunfo del
Señor. Aleluya.
Colosenses
3,1-4: Busquen los bienes del cielo, donde
está Cristo…
Juan
20,1-9: Él había de resucitar de entre los
muertos…
Hoy celebramos el acontecimiento más grande e importante
de la fe cristiana, la Resurrección de Jesucristo. Todo los Evangelios y el Nuevo Testamento
fueron predicados, narrados, escritos y editados desde una concepción
post-resurrección. Veamos cómo nos dice
el final del evangelio de hoy “hasta
entonces no habían entendido las Escrituras” (Jn. 20, 9). Si leemos en todos los evangelios nos
fijaremos como Jesús iba preparando a los discípulos para su pasión, muerte y
resurrección.
Hay que entender la mentalidad cultural, política y
religiosa del pueblo judío en tiempos de Jesús.
La visión mesiánica profética durante los siglos previos (hasta el siglo
V a.C.) a el Señor y la visión (mentalidad) mesiánica desde antes y durante la
vida de Jesús eran muy distintas. En
tiempo de Jesús se esperaba a un mesías tipo caudillo y jefe militar que
pudiera que liberarlos de la opresión política que el pueblo estaba
pasando. Con Jesús, con sus enseñanzas,
con sus hechos, sus signos o milagros los discípulos fueron descubriendo otro
tipo de mesías y mesianismo.
Fueron descubriendo a un Mesías donde la comprensión y
la tolerancia estaban por encima al odio y la guerra. Fueron descubriendo a un Mesías donde la
fraternidad o hermandad es posible porque todos tenemos a un Padre en común que
está en el Cielo. Fueron descubriendo a
un Mesías que tenía un cuidado y atención especial con los pobre, los enfermos
(incluyendo leprosos) y los menos afortunados cuando todos los demás los despreciaban
y los olvidaban. Fueron descubriendo a
un Mesías cuya ley principal y fundamental era el amor y la caridad (amor hecho
acción) en especial con los más necesitados.
Esta primera lectura sucede en Cesárea Marítima en la casa
de Cornelio quien era capitán del
batallón Itálico (leer Hechos Cap. 10).
Este nuevo discurso de Pedro sigue el modelo de la predicación de
Pentecostés. Comienza narrando el
suplicio y sufrimiento de Jesús y les muestra como Dios transformó el mal en
bien. Al final de esta lectura
neotestamentaria Pedro indica como Jesús es designado por Dios Padre como Juez
de vivos y muertos.
Esta última postura de Cristo Juez muchas veces nos
incomoda y hasta no nos gusta. Pero es
una realidad que Dios nos pedirá cuantas de nuestras acciones al momento de
pasar de esta vida a la vida eterna.
Dios respeta nuestra libertad es algo muy cierto. Pero hay que tener en cuenta que la libertad
siempre debe obrar para el bien. Porque
de lo contrario ya deja de ser libertad y se convierte en libertinaje. Libertinaje es el abuso de la libertad que
Dios nos da.
La segunda lectura San Pablo nos invita a buscar las
cosas de arriba o del cielo. Pensemos y
reflexionemos que significa e implica esto.
Para poder entender todo el contexto de esta lectura a los Colosenses leamos
esta lectura en nuestras biblias incluyendo los versículos del 5 al 7.
Este es un texto bautismal sin duda o sea que nació para
la liturgia bautismal. La noche pascual
es la noche o momento bautismal por excelencia.
Todos los bautizados debemos creer y aceptar el misterio (o sea lo que
Dios nos revela pero que no entendemos del todo) pascual. Es decir pasar de la muerte a la vida, pasar
(y sobrepasar) de las cosas que nos apegan a este mundo a las cosas que nos
encauzan allá arriba (o sea al Cielo o sea la Presencia Infinita y Beatifica de
Dios). Por el bautismo, nos incorporamos
a la vida de Cristo y nos orientamos a las huellas de su futuro celestial.
Podríamos decir que después de María la Madre de Jesús, María Magdalena es la mujer más privilegiada dentro del Cristianismo. María Magdalena es la primera comunicadora de la Resurrección del Señor. Como en la primera lectura para poder entenderla apropiadamente conviene seguir leyendo todo el capítulo 20 del Evangelio del San Juan. Así nos daremos cuenta y como mencione anteriormente María Magdalena la primera en anunciar la Resurrección del Señor (ver Jn. 20, 16–18).
Podríamos decir que después de María la Madre de Jesús, María Magdalena es la mujer más privilegiada dentro del Cristianismo. María Magdalena es la primera comunicadora de la Resurrección del Señor. Como en la primera lectura para poder entenderla apropiadamente conviene seguir leyendo todo el capítulo 20 del Evangelio del San Juan. Así nos daremos cuenta y como mencione anteriormente María Magdalena la primera en anunciar la Resurrección del Señor (ver Jn. 20, 16–18).
La fe en la Resurrección del Señor es la base religiosa
(religión = trato con Dios) para todo el Cristianismo. Como nos dice San Pablo: “Y si Cristo no resucitó, es vana nuestra predicación y vana también la
fe de ustedes” (1Cor. 15, 14). Por
eso nuestra resurrección futura (que profesamos en el Credo) teniendo como base
y fundamento la Resurrección de Cristo se convierte en la esperanza más grande
que puede y debe tener un cristiano.
El Señor ha resucitado. ¡Aleluya! ¡Aleluya!
El Señor ha resucitado. ¡Aleluya! ¡Aleluya!
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