20 de abril de 2014

“¡Hasta entonces no habían entendido las Escrituras!” Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor – Ciclo A

Hechos 10,34a.37-43: Hemos comido y bebido con él después de su resurrección…
Salmo Responsorial 117: Éste es el día del triunfo del Señor. Aleluya.
Colosenses 3,1-4: Busquen los bienes del cielo, donde está Cristo…
Juan 20,1-9: Él había de resucitar de entre los muertos…


Hoy celebramos el acontecimiento más grande e importante de la fe cristiana, la Resurrección de Jesucristo.  Todo los Evangelios y el Nuevo Testamento fueron predicados, narrados, escritos y editados desde una concepción post-resurrección.  Veamos cómo nos dice el final del evangelio de hoy “hasta entonces no habían entendido las Escrituras” (Jn. 20, 9).  Si leemos en todos los evangelios nos fijaremos como Jesús iba preparando a los discípulos para su pasión, muerte y resurrección.

Hay que entender la mentalidad cultural, política y religiosa del pueblo judío en tiempos de Jesús.  La visión mesiánica profética durante los siglos previos (hasta el siglo V a.C.) a el Señor y la visión (mentalidad) mesiánica desde antes y durante la vida de Jesús eran muy distintas.  En tiempo de Jesús se esperaba a un mesías tipo caudillo y jefe militar que pudiera que liberarlos de la opresión política que el pueblo estaba pasando.  Con Jesús, con sus enseñanzas, con sus hechos, sus signos o milagros los discípulos fueron descubriendo otro tipo de mesías y mesianismo.
Fueron descubriendo a un Mesías donde la comprensión y la tolerancia estaban por encima al odio y la guerra.   Fueron descubriendo a un Mesías donde la fraternidad o hermandad es posible porque todos tenemos a un Padre en común que está en el Cielo.  Fueron descubriendo a un Mesías que tenía un cuidado y atención especial con los pobre, los enfermos (incluyendo leprosos) y los menos afortunados cuando todos los demás los despreciaban y los olvidaban.  Fueron descubriendo a un Mesías cuya ley principal y fundamental era el amor y la caridad (amor hecho acción) en especial con los más necesitados.
Esta primera lectura sucede en Cesárea Marítima en la casa de Cornelio quien era  capitán del batallón Itálico (leer Hechos Cap. 10).  Este nuevo discurso de Pedro sigue el modelo de la predicación de Pentecostés.   Comienza narrando el suplicio y sufrimiento de Jesús y les muestra como Dios transformó el mal en bien.  Al final de esta lectura neotestamentaria Pedro indica como Jesús es designado por Dios Padre como Juez de vivos y muertos.
Esta última postura de Cristo Juez muchas veces nos incomoda y hasta no nos gusta.  Pero es una realidad que Dios nos pedirá cuantas de nuestras acciones al momento de pasar de esta vida a la vida eterna.  Dios respeta nuestra libertad es algo muy cierto.  Pero hay que tener en cuenta que la libertad siempre debe obrar para el bien.  Porque de lo contrario ya deja de ser libertad y se convierte en libertinaje.  Libertinaje es el abuso de la libertad que Dios nos da.
La segunda lectura San Pablo nos invita a buscar las cosas de arriba o del cielo.  Pensemos y reflexionemos que significa e implica esto.  Para poder entender todo el contexto de esta lectura a los Colosenses leamos esta lectura en nuestras biblias incluyendo los versículos del 5 al 7.
Este es un texto bautismal sin duda o sea que nació para la liturgia bautismal.  La noche pascual es la noche o momento bautismal por excelencia.  Todos los bautizados debemos creer y aceptar el misterio (o sea lo que Dios nos revela pero que no entendemos del todo) pascual.  Es decir pasar de la muerte a la vida, pasar (y sobrepasar) de las cosas que nos apegan a este mundo a las cosas que nos encauzan allá arriba (o sea al Cielo o sea la Presencia Infinita y Beatifica de Dios).  Por el bautismo, nos incorporamos a la vida de Cristo y nos orientamos a las huellas de su futuro celestial.
Podríamos decir que después de María la Madre de Jesús, María Magdalena es la mujer más privilegiada dentro del Cristianismo.  María Magdalena es la primera comunicadora de la Resurrección del Señor.  Como en la primera lectura para poder entenderla apropiadamente conviene seguir leyendo todo el capítulo 20 del Evangelio del San Juan.  Así nos daremos cuenta  y como mencione anteriormente María Magdalena la primera en anunciar la Resurrección del Señor (ver Jn. 20, 16–18).
La fe en la Resurrección del Señor es la base religiosa (religión = trato con Dios) para todo el Cristianismo.  Como nos dice San Pablo: “Y si Cristo no resucitó, es vana nuestra predicación y vana también la fe de ustedes” (1Cor. 15, 14).  Por eso nuestra resurrección futura (que profesamos en el Credo) teniendo como base y fundamento la Resurrección de Cristo se convierte en la esperanza más grande que puede y debe tener un cristiano.
El Señor ha resucitado. ¡Aleluya! ¡Aleluya!

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