9 de julio de 2015

Evangelio & Reflexión del día: ¡Vayan y proclamen, que el Reino de los Cielos está cerca!

Todo el capítulo 10 del Evangelio de San Mateo no presenta como Jesús escogió a sus doce Apóstoles y les va explicando y preparando para su misión que tendrán que realizar después que Él se vaya al Cielo a la derecha de Dios Padre. 

Hoy en día, es muy fácil caer en la tentación de pensar que a los apóstoles todo les fue “color de rosa” durante su vida y tiempo de evangelización.  La misma historia y la tradición de la Iglesia nos dejan muy claro que eso no fue así.  Menos Juan el Evangelista todos los demás apóstoles murieron por las manos de los verdugos del martirio.
De niño me acuerdo acompañar a mi abuelo a las misiones que el solía ir a predicar (mi abuelo fue predicador laico antes del Concilio Vaticano II, cosa que era muy rara en Puerto Rico).  Este solo se llevaba solamente ropa para un día o dos cuando más o sea que no se llevaba nada que no necesitara.  Además de su ropa solo se llevaba su Biblia y una libreta con las notas de sus predicaciones.  Sus cosas las solía poner en una bolsa de papel.  Para mi ese gesto decía muchísimo que no podía ser expresado en palabras.
“Lo que recibieron gratis, gratis lo deben dar” (ver Mt. 10, 8b).  Hoy en día y “parece mentira” pero es una realidad, que hayan predicadores y cantantes católicos exijan cobrar miles y miles de dólares cuando llegan a alguna comunidad eclesial.  Otra cosa es que la comunidad le dé a este hermano(a) una donación, que muchas veces caen “como anillo al dedo”
Yo se dé predicadores y cantantes que en realidad tienen necesidades económicas en su familia y no cobran nada y le dejan esa necesidad a los pies del Señor.  Cuando terminan los días de misión predicando y/o cantando el Señor ha movido grandemente los corazones de la comunidad en amor y en caridad fraterna.  Esa necesidad se cubrió no solo con dinero sino con amor y bendiciones que dicha comunidad le ha dado muchas veces sin saberlo o estar consciente de ello.
“Curen a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos y echen fuera a los demonios” (Mt. 10, 8a).  Nos debemos preguntar: ¿Qué significa esto de curar enfermos, resucitar muertos y echar demonios?  En primer lugar esto significa que el poder del mal puede ser vencido.  Pero para lograr eso nuestra fe debe estar fortalecida, nuestra fe debe ser una fe firme y perseverante.   Segundo que nosotros solo somos meros instrumentos es Dios quien sana, es Dios quien resucita, es Dios quien hecha demonios (aun los sacerdotes exorcistas son instrumentos de Dios, es Dios quien echa afuera los demonios).  Muchas veces pretendemos ser los primeros en la fila cuando en realidad es Dios el que esta y debe estar primero en la fila.
Los apóstoles que fueron los timones que Cristo puso para la Iglesia tenían un principal timón que le fue delegado a Pedro por el mismo Jesucristo.  En la actualidad este mismo timón de Pedro sigue siendo movido por el Papa Francisco para llevar a su nave (la Iglesia) hacia puerto seguro que solo encontramos en Cristo Jesús y su Espíritu Santo.
Como bautizados y Pueblo de Dios que somos es nuestro deber el orar por el papa y los obispos (sucesores de los apóstoles) para que sepan enseñar, santificar y gobernar a la Iglesia como el mismo Cristo lo haría.
¡María Santísima Reina de los Apóstoles, ruega e intercede por nosotros!

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