11 de julio de 2015

Evangelio y Reflexión del día: Ser “mathetes” verdaderos nos lleva a ser “sugkléronomos” con Cristo y en Cristo…

Como podrán visualizar el título de esta reflexión tiene dos palabras que nos parecerán palabras sumamente extrañas. La verdad son palabras en griego que significan respectivamente discípulos y coherederos. Estas dos palabras veremos que tienen una íntima relación. En esta reflexión no únicamente veremos estas palabras están estrechamente relacionadas sino también que implica ser discípulo de Jesucristo.

Como he mencionado en algunas ocasiones es muy conveniente recordar que los primeros idiomas del cristianismo lo fueron el arameo (y el hebreo, los textos sagrados estaban escrito en hebreo), griego koiné (griego del pueblo).  De estos tres idiomas Jesús hablaba los primeros dos, aunque hay peritos en teología y tradición judía que están convencidos que el Señor hablaba el griego también (Poncio Pilato hablaba el griego).  
Como mencionaba anteriormente la palabra “mathetes” (griego) significa discípulo.   En el latín discípulo se traduce como discipulu. Este término se le aplica frecuentemente a una persona que está aprendiendo y asimilando cualquier arte o ciencia bajo la enseñanza de otra persona que se ha distinguido por sus logros al cual se le suele llamar maestro.
En los evangelios descubrimos el ejemplo perfecto de maestro en Jesús.  Este siempre invita a sus discípulos a la reflexión. Ya sea mediante preguntas desafiantes o con planteamiento que los obligan a decidirse por una posición. Los discípulos de Jesús le hacen preguntas al Maestro, muchas veces intrigados por las obras o por las decisiones de éste.
Debemos preguntarnos: ¿Cómo seremos verdaderos discípulos del Maestro?  Jesús nos dice en el texto evangélico de hoy que no debemos tener miedo.  En otras palabras la valentía es requisito para ser discípulo de Jesús.  Cristo nos recuerda que el Padre Dios conoce todo lo que necesitamos y si le provee nido a los pajaritos y le da lo necesario a otras creaturas del “reino animal” con mayor razón nos dará lo que necesitamos.  Solo necesitamos tener fe, esperanza (confianza) y caridad fraterna.
Enfáticamente nos dice nuestro Mesías y Redentor que seremos perseguidos, criticados, ridiculizados y hasta martirizados por nuestra fe en Cristo Jesús.  Esto sigue sucediendo en los países donde el islam fanatizado y radical (Egipto, Irak, etc.) donde la sangre de los mártires sigue corriendo como un rio.  
Pero por otro lado estos hermanos y hermanas que dieron su máximo testimonio (mártir = testigo) de la fe están en la Iglesia Triunfante orando e intercediendo por nosotros los que estamos en la Iglesia Peregrinante.
Como discípulos debemos tener el cuidado de no caer en la tentación que somos más que el Maestro.  Cuando actuamos y queremos buscar nuestra propia comodidad entonces estamos diciendo (aunque no sea verbalmente) que somos más que Jesús.  Cuando la doctrina de la Iglesia a la cual Cristo le dejo por medio de los Apóstoles y sus sucesores el depósito de la fe nos parece que no cuadra con mi forma de pensar y no la sigo, entonces estamos diciendo que somos más que Jesús.
Pero estamos consiente que como discípulos (como verdadero discípulos) tenemos una herencia y porque Cristo pago con su misterio pascual (pasión, muerte y resurrección del Señor) somos coherederos con Él, nos debemos preguntar: ¿Estamos actuando para ser dignos coherederos con Cristo Jesús?  En buen examen de conciencia (con una conciencia recta) nos dará la contestación a la pregunta antes hecha.
Debemos preguntarnos: ¿Cuál herencia queremos? La que nos ofrece Cristo Jesús o la que nos ofrece con aparentes lujos y pompas.  Yo no sé sobre ustedes mis muy queridos hermanos pero yo quiero la herencia de Cristo.  Como dice San Pablo, al final de mi vida terrena yo quiero decir he corrido la carrera y he llegado a la meta, solo me espera la corona merecida. 
En eso pongo mi fe, mi esperanza y para eso encamino toda la caridad (= amor hecho acción) fraterna que pueda realizar.
Hoy es la Memoria de San Benito Abad, ¡pidamos que junto a María la Madre Dios intercedan por nosotros para ser dignos discípulos dando un testimonio pleno con todas sus consecuencias!

¡Que así nos ayude Dios!

No hay comentarios.:

Consultas y Respuestas: Testimonios de Fe…

Las Bienaventuranzas como faro del examen de conciencia (Conclusión)

En estos tiempos en los medios de publicidad y de  “marketing”  (mercadeo) se nos presenta la felicidad temporera y efímera como si fuera  “...