Consulta:
Quiero
que me hable sobre el casamiento de Isaac, quiero una breve catequesis sobre el
siervo que mensaje nos deja este capítulo del Génesis.
Respuesta:
Hermanita Y…
Espero en Cristo Jesús que estés muy bien junto a tus
familiares y seres queridos. Agradezco
que me hayas consultado sobre ese tema.
Antes de entrar en detalles de tu pregunta sería muy
conveniente aclarar algunos puntos sobre la Palabra de Dios como entender esta
y como interpretarla. La primera
regla de oro es que NADIE (y aquí
nadie significa NADIE) puede interpretar
la Palabra de Dios para su propio beneficio.
El Magisterio de la Iglesia
(el Santo Padre y los Obispos en comunión
con el Papa) son los que tienen la potestad y encomienda de parte de Jesucristo
Nuestro Señor para interpretar con plena autoridad la Palabra de Dios.
Otra regla de oro es que
no podemos interpretar la Palabra de Dios con mentalidad del siglo 21,
ya que nos perderemos y desviaremos del verdadero sentido y significado que
tiene la Palabra de Dios. Siguiendo con
las reglas de oro hay que indicar QUE LA BIBLIA NO ES UN
LIBRO DE DATOS SINO MAS BIEN UN LIBRO (una colección de libros) DE REVELACIÓN.
¿Sabes qué diferencia hay entre un católico y un “hermano
esperado” (a.k.a. hermano protestante) al momento de interpretar la Palabra
de Dios? Nuestros hermanos esperados suelen ser
fundamentalistas o sea que suelen hacer una interpretación literal sin tener
en cuenta los distintos contextos que se presenta en la lectura bíblica.
Por otro lado estamos llamados a ser contextualistas al
momento de leer e interpretar la Palabra de Dios. Pero antes de definir qué es ser
contextualistas hay que hacer la distinción que los católicos la Revelación
Divina (la Palabra de Dios) tiene dos fuentes: la Tradición Apostólica y
la Palabra Escrita conocida como la Biblia.
El Catecismo de la Iglesia Católica
[CIC] citando al Concilio Vaticano II
(Constitución Dogmática Dei Verbum sobre
la Divina Revelación [DV]) nos dice lo siguiente
sobre este tema: “Para descubrir la intención de los autores sagrados
es preciso tener en cuenta las condiciones de su tiempo y de su cultura,
los ‘géneros literarios’ usados en aquella época, las maneras de
sentir, de hablar y de narrar en aquel tiempo. ‘Pues la
verdad se presenta y se enuncia de modo diverso en obras de diversa índole
histórica, en libros proféticos o poéticos, o en otros géneros literarios’ (DV
12,2)” (CIC # 110).
El INTÉRPRETE
por excelencia de la Palabra de Dios lo es el Espíritu Santo. El CIC nos dice que la Sagrada Escritura
tiene dos sentidos o formas que la Iglesia utiliza para interpretar la Palabra
de Dios: el sentido literal
y el sentido espiritual. “Todos los sentidos de la Sagrada
Escritura se fundan sobre el sentido literal” (Santo Tomas de Aquino
(S.Th., 1, q.1, a. 10, ad 1/CIC # 116).
El sentido espiritual
se subdivide en otros 3 sentidos: sentido alegórico, sentido
moral, & sentido anagógico. La
letra enseña los hechos, la alegoría lo que has de creer, el sentido moral lo
que has de hacer, y la anagogía a dónde has de tender.
Sentido alegórico:
la palabra alegoría (del griego) significa literalmente hablar figuradamente. Nos da una comprensión más profunda
para buscar su significación en Cristo Jesús; por ejemplo, el que el
Pueblo de Israel pasara por el mar Rojo es un signo de la victoria de Cristo y
por ende también es signo del Bautismo (ver 1 Cor 10, 2).
Sentido moral: la moralidad
nos indica y dictamina que es malo y que es bueno. La Palabra de Dios nos enseña como obrar
en justicia y en santidad. La Palabra de Dios fue escrita para instruirnos y acercarnos cada vez
más a Dios (ver 1Cor 10, 11-12; Heb.
3, 4; Heb. 4, 11). Este sentido nos debe ayudar por
medio de las virtudes y los dones del Espíritu Santo (que son sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios), a crecer en nuestra
de santidad y por ende en nuestra vida espiritual.
Sentido anagógico:
dentro de la hermenéutica (interpretación, o exégesis [interpretación
crítica y completa de un texto], de la Sagrada Escritura) la anagogía es
la interpretación con un sentido místico (sentido espiritual
profundo) de los textos sagrados por la cual se pasa del sentido
literal a un sentido espiritual esto frecuentemente con el fin de
dar una noción y una perspectiva de la bienaventuranza
eterna; por extensión se denomina anagogía al sentimiento por
el cual se considera que el alma se engrandece contemplando la
Divinidad y sus obras.
Un dístico (un pareado o dístico
es una estrofa de dos versos que riman entre sí) medieval resume la
significación de los cuatro sentidos:
La
letra enseña los hechos,
la
alegoría lo que has de creer,
el
sentido moral lo que has de hacer,
y
la anagogía a dónde has de tender.
La
letra (lo que dice literalmente) nos enseña los hechos (eventos). Estos (hechos/eventos) es el primer paso (de
los 5 pasos por los cuales se formó la Biblia: eventos,
tradición oral, tradición escrita, edición
y la canonicidad). Esto lo expliqué en mi disertación de 5
partes que se titula: “¿Qué sabemos de la Biblia?” Más adelante veras los enlaces de las 5
partes de esa disertación.
La alegoría (por medio de símbolos nos presenta una
parábola o comparación) para indicarnos que necesitamos creer. El sentido moral (nos presenta la moralidad
para determinar que está bien o que está mal) de esta forma discernir qué debemos hacer. La anagogía (por medio de la interpretación
buscamos su significado espiritual) para determinar que hemos de tender
o sea aspirar.
Te invito a que leas la disertación (contiene cinco partes)
que hice varios años atrás (para unas de mis clases de teología) sobre cómo se
formó la Biblia que se titula: “¿Qué sabemos de la Biblia?” Aquí
veras como la Palabra de Dios fue oral antes de estar escrita.
Voy a tratar de reflexionar en el texto bíblico lo mejor
posible sobre el tema en base a sus sentidos literal y espiritual
(con su subdivisión: los sentidos alegórico, moral & anagógico).
Este evento del casamiento de Isaac está en el capítulo
24 del Libro del Génesis. Veamos
entonces unas reflexiones cortas sobre todos los sentidos antes mencionados.
Sentido Literal:
Abraham envió a su siervo y mayordomo Eliezer a que le
buscara una esposa a su hijo Isaac. Este
mandato tiene unas cláusulas o especificaciones muy importantes y especiales. Abraham hace que Eliezer jurara (poniendo la
mano sobre el muslo de su amo) que no buscara entre las mujeres cananeas una
esposa para Isaac. Sino que le indico
que fuera a su país (Ur de los Caldeos)
a su clan o parientes y dentro de estos eligiera la que sería
posteriormente la esposa de Isaac.
Luego de Eliezer expone la situación a la madre de y al
hermano de Rebeca. Estos llegan al
acuerdo que Rebeca fuera desposada con Isaac.
El mayordomo de Abraham le entrego los obsequios que había traído con me
propósito de darle a los padres de Rebeca.
Esta se puso en camino a Canaán donde vivía Abraham y como dice el texto
bíblico al final de este capítulo 24 del Génesis Isaac introdujo a Rebeca a su
tienda la hizo su esposa y el la amo.
Veamos ahora el sentido espiritual el cual se
subdivide en: el sentido alegórico, el sentido moral, & el sentido
anagógico.
Sentido alegórico:
De ante mano hay que destacar la obediencia del siervo (o
mayordomo) Eliezer para con su amo Abraham.
¿Cómo comienza esta obediencia del siervo para con su amo? Abraham le pide que ponga su mano debajo
de su muslo como signo (sacramento es un signo sensible y
palpable) visible (gesto externo) de una realidad interna
(promesa) que trasciende y sobre pasa grandemente al gesto
exterior.
De esta forma actúan los siete Sacramentos que Jesús nos dejó
en la Iglesia Católica. Con la única diferencia
que estos nos confieren la gracia santificante y la gracia sacramental.
Esta promesa y obediencia de Eliezer se puede interpretar
(figurativamente) como la alianza (alianza de amor) que Dios había
hecho con Abraham y sus descendientes (Pueblo Elegido). Esta
alianza de amor requería de parte del Pueblo de Israel fidelidad y obediencia.
Eliezer como siervo es prefiguración de Jesucristo. Hay que recalcar que toda la Palabra de Dios
y en este caso va enfocado a la promesa de redención que Dios mismo realizo
desde el inicio del Libro del Génesis (ver Génesis 3, 15).
El Profeta Isaías nos presenta los poemas del Siervo
Sufriente (Is. 42, 1-7; 49, 1-9; 50, 4-11; 52, 13-53).
Esto nos brinda una clara descripción funcional de lo que a ejemplo de Cristo
Jesús debe ser un servidor en la Iglesia.
Cuando somos fieles veremos que Dios nos sostiene y nos da
su espíritu para llevar a cabo nuestra misión.
“He aquí a mi siervo a quien yo sostengo, mi elegido, al que escogí
con gusto. He puesto mi Espíritu sobre
él, y hará que la justicia llegue a las naciones” (Is. 42, 1).
Todos los bautizados recibimos lo que se llama la Triple
Misión de Cristo de ser sacerdotes, reyes y profetas.
Como sacerdotes (sacerdocio común de los fieles)
junto con el Sacrificio de los sacrificios (Eucaristía, Santa Misa, la Cena del
Señor, Banquete del Reino, etc.) que presiden los presbíteros (a.k.a.
sacerdotes ordenados) ofrecemos a Dios el sacrificio de
nuestra propia vida y de nuestra familia, o sea para
interceder por la familia y los hermanos en la comunidad
eclesial.
Como reyes siguiendo el ejemplo de Cristo reinamos
para servir (ver Mateo 20, 28; Marcos 10, 45) y buscar a
realizar el bien común con la familia y con la comunidad (más aun esto lo
debemos hacer con el prójimo donde quiera que estemos).
Somos profetas para anunciar
la gracia, el amor, la justicia, la paz y denunciar
el pecado, el odio, la injusticia, la discordia. Una definición muy bella del profeta
es “el (la) que habla con Dios de los hombres y habla a los hombres de Dios”.
Sentido moral:
La palabra moral viene del latín morris
y significa costumbres. La
moral es parte de la teología (estudio sobre Dios) que estudia
los actos humanos, considerándolos en orden y su fin sobrenatural guiada por la
Revelación Divina (Tradición Apostólica y la Palabra Escrita o Biblia). La ética (viene del griego “ethos” significa
costumbres) por su parte estudia la conducta humana, pero basándose
en la razón natural (es parte de la filosofía), y busca a ordenar los
pensamientos y actos del hombre hacia el bien tanto personal como comunitario.
La moral nos debe ayudar a saber discernir que nuestros
actos van a ser los más correctos y que no van a perjudicar a nadie. La moral me va ayudar a elegir el bien y
rechazar el mal. Esto es algo que
debemos realizar cada uno en particular nadie puede elegir por nosotros (aunque
si podemos ser aconsejados y dirigidos espiritualmente al final del asunto la
decisión es nuestra).
En Eliezer se puede notar las siguientes cualidades: la
integridad, la lealtad, la rectitud y la honestidad. El
cumplió cabalmente lo que Abraham le había pedido. Estas son cualidades que podemos usar diariamente
en nuestra vida cristiana.
Sentido anagógico:
Como mencione previamente no podemos interpretar la Palabra
de Dios con mentalidad del siglo 21.
Esto suele desviar nuestro en entendimiento, interpretación y la
significación del texto bíblico.
¿Qué finalidad tenia
este arreglo matrimonial?
Como podríamos notar no era por amor aunque si se logró en este
matrimonio pero la finalidad era preservar la raza. Aquí se podría aplicar la expresión que dice:
“Dios dice ayúdate que Yo te ayudare”.
Ellos (Abraham, Eliezer, Isaac y Rebeca) hicieron su parte pero de ahí
en adelante Dios realizo su promesa. Esta
aptitud de realizar lo que esté a nuestro alcance (siendo honestos con nosotros
mismos) la debemos asumir todos los cristianos.
Cristo nos dejó su Nueva
Alianza de Amor pero esta alianza no es solamente algo personal sino
que también es una alianza comunitaria, o sea una alianza pera toda la Iglesia. Esta es una alianza que brota desde las aguas
bautismales y que a la Iglesia y al Magisterio le corresponde custodiar.
Como bautizados que somos y como iglesia que somos nos toca
a cada uno de los cristianos no solo velar por esta alianza sino promoverla y
anunciarla (como debemos anunciar el Reino de Dios) en primer lugar con nuestro
testimonio de vida cristiana.
Cuando podamos y tengamos los medios nos toca proclamar a
viva voz (o a viva letra) esta Nueva Alianza que es el motor principal y
fundamental del Reino de Dios que un día será nuestra morada eterna junto y en
la Presencia Beatifica del Dios Altísimo e Omnipotente.
Espero que esta información te sea de gran utilidad. Si tienes alguna duda o pregunta no dudes en
consultarme. Quisiera dejarte el enlace
del Blog:
Catequesis de Adultos ahí tengo reflexiones de
distintas áreas de catequesis, apologética y teología.
Dios… Bendiga… Amén!!!
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