15 de marzo de 2018

Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu… (Para meditar en las Siete Palabras)

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Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu, para que, guiados por tu Santo Espíritu...

Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu, para que, guiados por tu Santo Espíritu, nos examinemos y sepamos pedir perdón por todos los pecados en especial aquellos que no sabemos porque los hacemos.  Concédenos la gracia y el don de saber decir de todo corazón cuando nos ofendan “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.
Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu, para que, guiados por tu Santo Espíritu, actuemos a ejemplo del Buen Ladrón con plena confianza y fe certera.  De esta forma, podamos pedirte la entrada a tu Reino de Amor, Justicia y Paz.  Que podamos escuchar en tu ‘eterno hoy’  y con los oídos espirituales lo que le dijiste al Buen Ladrón, “hoy estarás conmigo en el paraíso”.
Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu, para que guiados por tu Santo Espíritu, seamos dóciles al mandato que nos diste en la cruz “mujer he ahí tu hijo, hijo he ahí tu madre”.  Danos las gracias no solo para acoger a tu Madre María Santísima en nuestra casa sino que además acogerla como algo nuestro y a quien atesoro con todo mi corazón y con todo mi ser.
Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu, para que guiados por tu Santo Espíritu, sepamos reconocer cuando estamos frustrados y nos sintamos desamparados.  Danos la gracia necesaria para siempre reconocerte y vivir en tu presencia.  Y cuando nos sintamos desolados que podamos buscarte Señor orando cómo nos dice el Salmo 22: “Dios mío, Dios mío porque me has abandonado”.  Y de esta forma seguir meditando este salmo y obtener la esperanza y la paz que tanto anhelamos.
Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu, para que guiados por tu Santo Espíritu, tengamos siempre hambre y sed de justicia.  Danos tu gracia para que siempre podamos saciar por medio de la caridad fraterna la sed de nuestros hermanos.  Que podamos decir a igual que Cristo Jesús: “Tengo sed”.  Sed de todas las cosas buenas y nobles, pero sobretodo que tengamos sed de Dios.
Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu, para que guiados por tu Santo Espíritu, sepamos siempre trabajar y luchar con celo apostólico hasta llegar a la perseverancia final.  Danos Señor tu gracia para que al final de este peregrinar en esta vida sepamos y podamos decir como San Pablo y Jesús, respectivamente: “He combatido el noble combate, he acabado la carrera, he conservado la fe”.  “Todo está cumplido”.
Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu, para que guiados por tu Santo Espíritu, oremos por la perseverancia final en nuestra fe, y la fe de nuestro prójimo.  Una fe que siempre tenga los cuatro pilares la Iglesia; que sea UNA, SANTA, CATÓLICA y APOSTÓLICA.
Que sea Una, cómo Tú y el Padre junto al Espíritu Santo por medio del Amor son siempre Uno. 
Que sea Santa cómo Tú y el Padre junto al Espíritu Santo son Santos entre los santos. 
Que sea Católica o sea universal cómo Tú y el Padre junto al Espíritu Santo siendo uno sé hacen Universal para toda la Creación.  
Que sea Apostólica  cómo Tú fuiste Apóstol del Padre y el Espíritu Santo sigue siendo tú Apóstol (Tú enviado)­ dentro de la única Iglesia.
--> Tú que fundaste la Iglesia Católica danos Señor tu gracia para que al final de nuestra vida podámonos decirle a Dios con plena certeza: “Padre en tus manos encomiendo mi espíritu”.
--> ¡AménAmén… & Amén!

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