9 de diciembre de 2019

Un Adviento para vivirlo y sacarle frutos…


La Iglesia Católica quién es Madre y Maestra nos presenta todo los tiempos litúrgicos con la finalidad de vivirlos y de sacarles frutos.  No me cabe la  menor duda que el FRUTO mayor entre todos los frutos que podemos adquirir los cristianos es el mismo Espíritu Santo.   Esto se da de manera especial en el adviento.

Para poder sacarles mejor el provecho litúrgico posible veamos cómo se compone teológica y litúrgicamente hablando el adviento.  A lo largo del año litúrgico nos daremos cuenta que la Iglesia en su más pura esencia es un adviento. ¿Pero veamos qué es el adviento?  La palabra ‘adviento’ en la latín sé dice ‘adventus’ pero esta palabra en latín es la que se usaba para traducir la palabra griega ‘parousia’ que significa ‘advenimiento’ o ‘llegada’.  De aquí en adelante cuando hablemos de la parusía lo haremos desde el aspecto teológico donde definimos la parusía como la Segunda Venida del Señor.  Claro está, entre cristianos y católicos es más conocido y sabido de la parusía como la Segunda Venida del Señor en gloria y poderío y no tanto su contexto lingüístico.
¿Quién dice amén?  Pues yo te lo digo, pero bien grande… AMÉN.
El adviento como tiempo litúrgico tiene tres direcciones o tres venidas de Cristo Jesús que no debemos pasar por alto.  La primera es la venida del Señor en su Encarnación o sea que nos preparamos para celebrar el memorial que solemos llamar la Natividad del Señor que sucedió en Belén de Judea.  En segundo lugar nos preparamos para celebrar la Navidad que celebramos en este año.  Esta con el propósito de darnos ese tiempo de que Cristo nazca en cada uno de nuestros corazones.  En tercer lugar paralelamente a las dos anteriores nos preparamos para Parusía o la Segunda Venida de Jesús como ya indiqué en gloria y poderío.  Este era el gran Maranatha que proclamaban los primeros cristianos.
Para este nuevo año litúrgico (2019-2020) que siempre comienza en nuestro Rito Latino (en sus formas ordinaria y extraordinaria) iniciamos con el Ciclo A, sé estará reflexionando en el Evangelio de San Mateo.  Recordemos que el adviento siempre tiene cuatro domingo (o sea cuatro semanas).  Cada uno de estos domingos (semanas) tiene un tema en particular.  Para el primer domingo tenemos el tema de la vigilancia.  En el segundo domingo tenemos el tema del juicio del Señor.  Durante la tercera semana se estará tratando el tema del gozo.  Y en el cuarto domingo le toca el tema de la preparación de la navidad.
Primer Domingo Adviento
La primera semana (domingo) de adviento nos presenta las siguientes lecturas:
Is. 2, 1-5
Salmo 121 (R: Vayamos con alegría al encuentro del Señor)
Rm. 13, 11-14a
Aquí en el Señor nos advierte que debemos estar vigilantes y preparados ya que ni sabremos ni el día ni la hora en que llegará el Juicio del Señor.  Cómo podemos apreciar el adviento no comienza con la preparación a la navidad.  Eso llegará más adelante durante el adviento.
Para más información para la reflexión de este tema: ¿Por qué esperar al Hijo del hombre? Tiempo de Adviento – Ciclo A
Segundo Domingo de Adviento
Para la segunda semana (domingo) de adviento se nos presentan las siguientes lecturas:
Is. 11, 1-10
Salmo 71 (R: Ven, Señor, rey de justicia y de paz)
Rm. 15, 4-9
Este segundo domingo de adviento tenemos como personaje central del evangelio a Juan el Bautista.  Aquí la aunque el tema es el juicio del Señor veremos que Juan nos pide arrepentimiento y conversión ya que estos son requisitos fundamentales del Reino de Dios.  Después de establecer su reino el Señor vendrá a Juzgar.  Nos podemos preguntar qué relación tiene el juicio de Dios con el arrepentimiento y la conversión la verdad que mucha.  Resulta que para que podamos ser juzgados en justicia y misericordia necesitamos la conversión y llevar una vida de conversión.  Ya que la verdadera conversión es la que nos llevará a la Justicia Divina.
Tercer Domingo de Adviento
      Is. 35, 1-6a. 10
      Salmo 145 (R: Ven, Señor, a salvarnos)
      Sant. 5, 7-10
      Mt. 11, 2-11
El tercer domingo de adviento celebramos  lo que la Iglesia llama el “Domingo del Gaudete” o sea el “Domingo de la Alegría”.  La palabra ‘gaudete’ que nos viene del latín significa ‘regocíjense’.  Nos podríamos preguntar porqué regocijarnos.  Esto es lo que nos dice San Lucas sobre la “alegría divina”: “Habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que vuelve a Dios que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de convertirse” (Lc. 15,7).  Cuando realmente Jesucristo llega a nuestras vidas y hacemos el firme propósito y opción por vivir según enseña Jesús y por ende la Iglesia, no tenemos otra alternativa que gozarnos grandemente y a la vez querer hacer que otros vivan de ese inmenso entusiasmo y exaltación que estamos viviendo.  Esta es la propuesta de la Iglesia hoy, lo fue ayer y lo será siempre.
Aquí dejo el enlace de la reflexión de esta tercera semana de adviento: ¡La Alegría de Dios… que espera abrir sus puertas para nosotros! Tercer Domingo de Adviento – Ciclo A
Cuarto Domingo de Adviento
La cuarta semana (domingo) de adviento nos presenta las siguientes lecturas:
      Is. 7, 10-14
     Salmo 23 (R: Ya llega el Señor, el rey de la       gloria)
      Rm. 1, 1-7
      Mt. 1, 18-24
En esta cuarta semana de adviento la liturgia nos presenta el anuncio o presentación mesiánica de San Mateo.  “Emmanuel es uno de los nombres (títulos) de Cristo pero es también la expresión de la perfección de la nueva alianza: nosotros con Dios y Dios con nosotros” (Fray Nelson Medina O.P.).  Sin duda alguna Fray Nelson tiene toda la razón.  Podemos ver como toda la relación de Dios (tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento), para con el ser humano se ha querido manifestar por medio de una alianza y una alianza de amor.  En esto se ha centrado la relación Dios-hombre y por ende lo debe ser viceversa.
Si gustas leer la reflexión de este cuarto domingo de adviento aquí dejo el enlace:  Emmanuel el Dios-Con-Nosotros - Cuarto Domingo de Adviento – Ciclo A
Espero que teniendo una idea más clara de lo que es e implica el adviento en este nuevo año litúrgico que está iniciando podamos vivir mejor este adviento.  Aunque eso no depende de esta reflexión espero como ya dije que sí nos ayude.
¡Que María Santísima la Nueva Eva, la Mujer de la espera perfecta ore e interceda por todos los bautizados!





¡Espíritu Santo que anunciaste por medio de los profetas hasta llegar a Juan el Bautista el advenimiento del Mesías esperado en Jesús guíanos e ilumínanos para vivir mejor este adviento y así lograr los frutos que tanto necesitamos!
¡DiosBendigaAmén!
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