14 de agosto de 2020

Parto virginal y sin dolor de María…

 

Es sumamente impresionante cuán frecuente uno escucha, o ve videos sobre la discusión si el parto de la Virgen María fue sin dolor o con dolor.  Yo puedo entender que algún hermano protestante me ponga este tema. Lo que me cuesta entender que muchos católicos me hagan esa pregunta.

El predicador y misionero católico Rafael Díaz recientemente publicó un video sobre este tema.  Para el beneficio de todos lo incluyo en esta reflexión. 

Hay que entender que el parir con dolor es consecuencia del pecado.  El hagiógrafo o autor bíblico del Libro del Génesis nos dice: A la mujer le dijo: ‘Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus embarazos: con dolor parirás los hijos. Hacia tu marido irá tu deseo, y él te dominará’ (Gn. 3,16 énfasis añadido). 

Veamos en contexto inmediato (lo que sucedió antes y después del texto en cuestión).  Enemistad pondré entre ti y la mujer, entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar” (Gn. 3,15).  Al hombre le dijo: Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del árbol del que yo te había prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga sacarás de él el alimento todos los días de tu vida (Gn. 3,17). 

Veamos en contexto inmediato (lo que sucedió antes y después del texto en cuestión).  Enemistad pondré entre ti y la mujer, entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar” (Gn. 3,15).  Al hombre le dijo: Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del árbol del que yo te había prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga sacarás de él el alimento todos los días de tu vida (Gn. 3,17). 

Vemos que el versículo 15 es una promesa de esperanza.  Tanto los versículos 16 y 17 son consecuencias del pecado.  Como muy bien solía decir mi abuelo primero viene lo bueno pero después viene el trancazo.  Hay que entender además que Eva antes del pecado era lo que es la Virgen María o sea inmaculada.

Vemos que el versículo 15 es una promesa de esperanza.  Tanto los versículos 16 y 17 son consecuencias del pecado.  Como muy bien solía decir mi abuelo primero viene lo bueno, pero después viene el trancazo.  Hay que entender además que Eva antes del pecado era lo que es la Virgen María o sea inmaculada.

Lo que mucha gente no entiende (lamentablemente incluyendo católicos) que al negar el parto virginal de María y por ende al negar el parto sin dolor de María está negando uno de los más importantes atributos de Dios, que es el ser omnipotente.  Nos dice San Lucas haciéndose eco del Génesis (ver y leer Gn. 18,14): “porque para Dios nada hay imposible” (Lc. 1,37). 

El Catecismo de la Iglesia Católica (CCE por sus siglas en latín Catechismus Catholicæ Ecclesiæ,) lo expresa de esta forma: “Lo que la fe católica cree acerca de María se funda en lo que cree acerca de Cristo, pero lo que enseña sobre María ilumina a su vez la fe en Cristo” (CCE # 487). 

Esto es lo que dicen algunos de los Padres y Doctores de la Iglesia: 

“Ni en la concepción se alejó de ti el pudor, ni en tu alumbramiento se hizo presente el dolor” (San AgustínSermón De Nativitate) Según nos indica San Agustín, Cristo pasó como la luz por el cristal al nacer de María Santísima. 

Tener que citar a Santo Tomas de Aquino equivale a citar la mitad (y hasta mucho más) de un libro grande.   

Este nos dice en su Suma Teológica“El dolor del parto en la mujer es consecuencia de la unión carnal con el varón. De donde (ver y leer Gn. 3,16) después de haber dicho “parirás con dolor”, se añade “y estarás bajo el dominio del varón”. Pero, como dice Agustín (Sermón De Assumptione Beatae Virginisde tal sentencia debemos excluir a la Virgen Madre de Dios, la cual, “por haber concebido a Cristo sin la coluvie (lodazal) del pecado y sin el menoscabo de la unión con el varón, engendró sin dolor, sin violación de su integridad y permaneciendo intacto el pudor de su virginidad. Cristo en verdad asumió la muerte pero por su propio deseo espontáneo, para satisfacer por nosotros, no como por necesidad emanada de aquella sentencia, porque El (Cristo Jesús) no era deudor de la muerte (Suma Teológica, parte III, cuestión 35, artículo 6. 

Varios papas en su Magisterio Pontificio afirman la virginidad perpetua de María: 

Propia y verdaderamente la Madre de Dios, la Santa y siempre Virgen María (...) concibió sin semen viril, del Espíritu Santo, al mismo Verbo de Dios, y de manera incorruptible dio a luz” (Papa Martín I). 

María permaneció siempre en la integridad de su virginidad, a saber, antes del parto, en el parto y después del parto, por obra de Dios omnipotente (Papa Pablo IV, contra la herejía de los socianos1555). 

Esto nos dice el CCE (aquí puedes leer desde los numerales 484 al 507) sobre la virginidad de María (antes, durante y después) 

“La profundización de la fe en la maternidad virginal ha llevado a la Iglesia a confesar la virginidad real y perpetua de María (cf. Concilio de Constantinopla II: DS, 427) incluso en el parto del Hijo de Dios hecho hombre (cf. San León Magno, c. Lectis dilectionis tuae: DS, 291; ibíd., 294; Pelagio I, c. Humani generis: ibíd. 442; Concilio de Letrán, año 649: ibíd., 503; Concilio de Toledo XVI: ibíd., 571; Pío IV, con. Cum quorumdam hominumibíd., 1880). En efecto, el nacimiento de Cristo lejos de disminuir consagró la integridad virginal de su madre (LG 57). La liturgia de la Iglesia celebra a María como la Aeiparthénon, la siempre-virgen (cf. LG 52) (CCE # 499). 

“María es virgen porque su virginidad es el signo de su fe no adulterada por duda alguna (cf. LG 63) y de su entrega total a la voluntad de Dios (cf. 1 Co 7, 34-35). Su fe es la que le hace llegar a ser la madre del Salvador: Beatior est Maria percipiendo fidem Christi quam concipiendo carnem Christi (Más bienaventurada es María al recibir a Cristo por la fe que al concebir en su seno la carne de Cristo (San Agustín, De sancta virginitate, 3: PL 40, 398)) (CCE # 506). 









En el sentido dogmático (dogmas de fe) no hay nada establecido sobre este tema de forma absoluta.  Hay que recordar que los dogmas en la Iglesia sé suele declarar por el papa o por un concilio cuando ese sé suele negar de forma categórica o parcial por algunos teólogos y hasta por sacerdotes y obispos.  Pero esto no quiere decir que la Iglesia y su Magisterio no hayaestado enseñando sobre esa doctrina al Pueblo de Dios. 

A la hora de analizar y hacer una reflexión seria, ¿a quién le voy a creer a los Padres y Doctores de la Iglesia o a un teólogo que dice lo que le viene en ganas por sus propios caprichos?  Cuando analizamos el contenido de los Padres y Doctores de la Iglesia veremos que casi es unánime desplegarse la balanza por el parto virginal y cómo consecuencia lógica el parto sin dolor de la Bienaventurada Virgen María.  Algo de suma importancia tener muy presente es que no debemos confundir opiniones teológicas con la doctrina (oficial) de la Iglesia. 

La Virgen que guardaba la Palabra en su corazón nos ayude a comprender las maravillas que Dios hizo en ella. Guardemos la unidad en la verdad y la caridad” (Padre Jordi Rivero). 

Para recapitular y haciendo un ejercicio de lógica podemos decir y asegurar.  Si el parto con dolor es consecuencia del pecado (ver y leer Gn. 3,16) la que Dios guardó y libró de todo pecado sin duda alguna debió tener su único parto sin dolor.  Más otro punto a considerar quién nació de María (Jesús = Dios Salva) no podía haber nacido del dolor.

¡Ven Espíritu Santo y envía por medio de tu Amor y de la Gracia Santificante la luz que tanto necesita nuestra vida cristiana!
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Revisado y editado: Enero 16, 2021.

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