Cuantas veces vamos a Misa pero nuestra mente,
pensamientos, todo nuestro ser parece estar en mil lugares menos en la misma
celebración litúrgica de la Eucaristía.
Si fuésemos sacar estadísticas un alto porcentaje de los presentes “estamos en ese barco.” No mi intención criticar a los que por alguna
razón u otra estamos en esta descuidada (desinteresada, etc., etc.) postura en
Misa. Si bien leemos verán que uso la
forma gramática de tercera persona plural para incluirme a mí en esta descuida
disposición en la Santa Misa.
Ahora bien, para entrar en contexto del tema de
la “Eucaristía como Sacrificio” hay
que tener muy presentes la significación precisa de los términos que estoy
presentando. En primer lugar definamos
la palabra “eucaristía” y luego la
palabra “sacrificio.”
Eucaristía es una palabra que proviene del
griego (griego de la koiné o del pueblo) y significa “acción de gracias.” Para
poder entender esto es muy conveniente tener muy claro el contexto
bíblico. El canon de la Misa o las
palabras que pronuncia el sacerdote en la consagración de la Misa las podemos
leer en el Evangelio de San Mateo. “Mientras comían, Jesús tomó el pan,
pronunció la bendición, lo partió y
lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomen y coman, esto es mi Cuerpo». Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, diciendo: «Beban todos de ella, porque
esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos para la
remisión de los pecados” (Mt. 26,
26-28). Vamos a concentrarnos en la
parte que dice “dio gracias” (Mt. 26,
27). Cuando las primeras generaciones de
seguidores de Cristo (cristianos) celebraban la Fracción del Pan (Eucaristía)
la palabra que usaban por “dio gracia”
era “eucharistia” de esta
palabra en griego es que tenemos hoy en día la palabra eucaristía (en español).
La palabra “sacrificio”
por su parte proviene del latín “sacrificium.” Vamos a
dividir esta palabra para sacarle mejor sentido (y lógica por así
decirlo). “Sacri” ósea sacro, sagrado y/o santo. Esta primera parte de este termino seria santificar
y hacer lo sagrado. La segunda parte “facere” lo va a suceder. Literalmente “sacrificio” seria hacer santa (o santificar) las cosas. El sacrificio bajo ninguna circunstancia
implica la muerte o las tinieblas.
Podemos decir ciertamente que denota luz y vida. Por sacrificio se entiende en general como una ofrenda a
Dios para mostrar veneración
con el objeto de obtener comunión con El. Veamos el
contexto bíblico sobre el sacrificio.
Los Ritos del Sacrificio Sangriento
El ritual para el sacrificio sangriento es de especial
significación para comprender el concepto del sacrificio judío. Hay cinco
acciones que eran comunes a los diferentes sacrificios de los judíos:
1 – La presentación de la víctima – (Éxodo 29,42)
2 – La imposición de manos sobre la víctima – (Levítico 4,15)
3 – Matar la víctima – era el sacerdote quien las inmolaba (Levítico 1,15).
4 – Rociar la sangre – La verdadera función del sacrificio comenzaba con el cuarto acto, el rociado de la sangre que, según la ley, solo lo podían hacer los sacerdotes (Levítico 1, 5)
5 – La quema del sacrificio – (Deuteronomio 4,24; Levítico 9,24)
2 – La imposición de manos sobre la víctima – (Levítico 4,15)
3 – Matar la víctima – era el sacerdote quien las inmolaba (Levítico 1,15).
4 – Rociar la sangre – La verdadera función del sacrificio comenzaba con el cuarto acto, el rociado de la sangre que, según la ley, solo lo podían hacer los sacerdotes (Levítico 1, 5)
5 – La quema del sacrificio – (Deuteronomio 4,24; Levítico 9,24)
El Sacrificio Cristiano
En el cristianismo todo
sacrificio (de nuestra vida diaria) se une al Sacrificio que de Cristo. Jesucristo se ofrece a si mismo como cordero
Pascual, de manera sangrienta en la Cruz una vez para siempre. La Cruz es el
sacrificio definitivo que contiene todos los méritos necesarios para la
redención de los hombres. Pero para aplicarlos a cada persona, Cristo
mismo instituyó el Santo Sacrificio de la Misa, el cual es la continuación no
sangrienta y la representación del sacrificio sangriento del Calvario. Se trata de un continuo sacrificio y no de una
repetición.
Todos los antiguos
sacrificios eran solo un signo del único sacrificio que puede salvarnos o sea el
sacrificio de Jesús. Porque solo Él puede reparar ante el Padre como Dios y
hombre, ofreciéndole el perfecto sacrificio de amor y obediencia por nuestro
desamor y desobediencia (vida de pecado).
Querido Hermano(a) te invito a que me des tu opinión y consideración sobre este escrito (y los demás escritos) a calizd@hotmail.com
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Dios… Bendiga… Amen
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