28 de abril de 2013

¡Les doy un Mandato Nuevo! (Quinto Domingo de Pascua)


¿Cuántas veces le preguntamos a alguien o nos preguntan a nosotros si leemos la Biblia?  La respuesta más común es “sí.”  La palabra biblia significa colección de libros o biblioteca.  Como sabemos está compuesta por dos partes o secciones fundamentales el Antiguo y Nuevo Testamentos.  Es también conocido que la Biblia contiene lo que conocemos como la Palabra de Dios.  Hay que distinguir que la Palabra de Dios para los católicos no solamente está en lo que conocemos como Biblia o sea escrita.  Toda la Palabra de Dios o la Revelación Divina está contenida en la Biblia (escrita) y en la Tradición de la Iglesia que la Iglesia ha mantenido viva desde el mismo tiempo de los Apóstoles.
Podemos decir entonces que la Palabra de Dios es el pacto, testamento o alianza de amor que el mismo Dios le ha dejado a su creación los seres humanos.  Este Alianza de Amor comienza con el Pueblo de Israel (Antiguo Testamento) como pueblo elegido y base fundamental para hacer llegar este mensaje en el tiempo apropiado esa Palabra de Dios (Alianza de Amor) a las demás naciones.
Nos podemos preguntar si la Palabra de Dios desde sus inicios es una Alianza de Amor; ¿Cómo Jesucristo nos dice que es pacto (mandamiento) nuevo?  Recordemos lo que nos dice el Apocalipsis “Todo lo hago nuevo” (Ap. 21, 5).  ¿Cómo Cristo hace nueva esta alianza de amor?  Sin duda alguna la ha hecho nueva con su vida y testimonio especialmente su pasión, muerte y resurrección.  Por consecuencia podemos decir renueva o sea hace nueva esa alianza por sus propios méritos.  Ese Dios Uno y Trino que es Amor (ver 1 Jn. 4, 7-16) nos sigue mandando que nos amemos los unos a los otros.  “En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros” (Jn. 13, 35).
El amor al igual que la fe hay que demostrarlo con obras (y obras buenas).   Es de esta forma que le demostramos al mundo que somos cristianos o sea discípulos de Jesús.  Si somos discípulos de Jesús tenemos por ende que seguir su ejemplo.  Para conocer a Jesús hay que leer la Palabra de Dios, meditarla e internalizarla en nuestros corazones para entonces decidir en seguirlo de todo corazón.
Hoy es un bien día para reflexionar y hacer examen de conciencia en cuanto al Primer Mandamiento de la Ley de Dios “amarás a Dios sobre todas las cosas.”  Cuando le preguntaron a Jesús “¿Cuál es el mandamiento más importante?”  Jesús dijo: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente- Este es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a este: Ama a tu prójimo como a ti mismo.” (Mt. 22, 37–39).  Podemos decir entonces que amar a Dios y amar al prójimo es algo que no podemos desligar o separar.  Van el uno con el otro.  No podemos decir que amamos a Dios si no amamos a nuestro prójimo.
Renovemos nuestro compromiso de amar a Dios y nuestro prójimo.  Esto implica también el llevarles la Buena Nueva de Jesucristo que El mismo nos manda a llevar a todas las naciones y por ende a todas las personas.  Para esto hay que comenzar con nuestro prójimo o sea el próximo, quien está a nuestro lado. 
La Iglesia como Madre y Maestra nos guía y nos ayuda a canalizar el Amor de Dios por medios de los sacramentos, la oración.  ¡Que así nos ayude Dios a vivir en su amor según la Iglesia nos enseña!

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