1Samuel 16,1b.6-7.10-13ª: David es ungido rey de
Israel
Salmo Responsorial 22: El Señor es mi Pastor,
nada me falta.
Efesios 5,8-14: Levántate de entre los
muertos, y Cristo será tu luz
Juan 9,1-41: Fue, se lavó, y volvió
con vista
Los primeros dos domingos de esta cuaresma los
evangelios (San Mateo) nos han estado llevando a la conversión. Primero la liturgia muy sabiamente nos pone
las tentaciones del Señor para ensenarnos que Dios permite las pruebas para
llegar a la meta que es la vida eterna gozando de las grandezas de Dios. En segundo término tenemos la
transfiguración del Señor como primicia de la gloria que nos espera. El domingo pasado San Juan nos narraba la
conversación de Jesús con la mujer samaritana. Aquí Jesús se nos presenta y se nos ofrece
como el agua viva o sea como el don de la gracia o de la vida de Dios dentro de
nuestros corazones y nuestros seres.