1 de agosto de 2014

¡Sellare con ustedes una Alianza Perpetua! Domingo XVIII Tiempo Ordinario (Ciclo A)


Isaías 55, 1-3: Vengan a comer.
Salmo Responsorial 144: R/. Abres, Señor, tu mano y nos sacias de favores.
Romanos 8, 35. 37-39: Nada podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús.
San Mateo 14, 13-21: Comieron todos hasta saciarse.
 
Los contratos es algo que siempre ha estado (y estará) de moda.  El contrato es un acuerdo verbal o escrito entre dos o más personas.  Los contratos son revocables (y hasta se pueden romper) y se crean a proporción y/o medida de la conveniencia de las partes.  Pero no se puede confundir el contrato con una alianza.  Una alianza es un convenio o pacto entre dos o más personas, hecha a fin de prosperar en objetivos comunes y consolidar intereses en común.
En el Antiguo Testamento hace referencia al pacto que se estableció entre Dios y su pueblo.  Para esta alianza había algún personaje concreto (como Noé, Abraham, Moisés, Josué, etc.) representaba a todo el Pueblo Elegido.  Nosotros los cristianos hemos encontrado el valor de la Nueva Alianza en el acontecimiento de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo o sea su obra redentora que han sido las claves para este nuevo pacto de salvación.  Tanto los que llamamos Antigua Alianza como la Nueva Alianza han sido (y son) un pacto de amor.  Lo que hace diferente uno del otro es la forma particular y distinta de entender y sobrellevar esta alianza.
Hoy en día tenemos la “dañina tentación” de pensar en el matrimonio como un contrato.  Esto es algo que se da en los “matrimonios civiles”.   Para los católicos (y hasta otros credos cristianos, más cercanos a Lutero) el matrimonio es una alianza.  Debemos entender que la alianza no se puede romper así porque así.  En el caso del matrimonio la alianza crea o forma una institución.  Esta institución se llama matrimonio y su fruto principal son los hijos o sea su procreación.  Fijémonos en esta última palabra “procreación” esto significa estar a favor de creación y más allá que como cristiano debemos participar y ser cooperadores con Dios en su obra creadora.
La segunda parte o sección del Libro de Isaías (caps. 40-55) tiene un trasfondo histórico muy distinto a la primera parte de este libro (caps. 1-39).  Como contexto histórico de estos capítulos tenemos que el Pueblo judío estaba desterrado en Babilonia, y el profeta (anónimo) predicó u proclamó un mensaje de esperanza a los exiliados, anunciándoles su próxima liberación.  Los oráculos de este profeta fueron luego incorporados al libro de Isaías, y a su autor se lo designa habitualmente con el nombre de "Déutero Isaías" o "Segundo Isaías".
En la primera lectura está tomada del libro del profeta Isaías, Dios se manifiesta y revela a su pueblo como un educador recordándonos la promesa de una alianza eterna que había realizado con su pueblo.  El hagiógrafo nos advierte los peligros de buscar saciar nuestra sed y nuestra hambre en las fuentes equivocadas: “¿Por qué --nos dice profeta-- gastar dinero en lo que no alimenta, y el salario en lo que no da hartura?” (Is 55, 2).  Podemos apreciar que el profeta nos ofrece la salvación por medios de símbolos comerciales.
Este capítulo 55 del Profeta Isaías culmina con un llamado a la esperanza.  ¿No están cansados de todos los bienestares que adquirieron sin esfuerzo durante su destierro?  Es Dios quien nos da y siempre nos da primero.  Solamente El espera que le abramos la puerta de nuestro corazón y de todo nuestro ser.  Además nos propone el profeta que escuchando atentamente la Palabra de Dios obtendremos la vida y vida en el alma (vida eterna) como suelen decir otras versiones bíblicas.  Jesús nos ofrece el reposo (ver Mt. 11, 28), nos entrega el pan de vida (ver Jn 6) para la vida eterna, se nos da a sí mismo como “El” amigo (ver Ap. 3, 20) que nunca falla.
San Pablo en su Carta a los Romanos nos reafirma a grandes rasgos la esperanza cristiana.  Nos precisa que aunque hay un juicio Dios está de nuestro lado por dos razones.  En primer lugar porque Dios tiene una alianza con los cristianos.  Claro está nosotros respondemos o no a esta alianza amor.  Segundariamente porque Dios es infinitamente amoroso y misericordioso. 
El profeta Isaías, nos muestra por así decirlo, el negativo de la foto que nos muestra San Pablo.  “Está cerca el que me hace justicia: ¿quién me va a procesar?  ¡Comparezcamos todos juntos!  ¿Quién será mi adversario en el juicio?  ¡Que se acerque hasta mí!” (Is. 50, 8).  El profeta aquí nos proyecta una esperanza que esta intrínsecamente ligada a la fe en Dios como padre amoroso y lleno en misericordia.  Porque el amor es mucho más fuerte que la muerte y además nadie puede (ni podrá) separarnos de ese Amor.
Hoy el Santo Evangelio nos presenta la multiplicación de los peces y panes.  Uno de los puntos comunes de este texto y otros similares es el pan.  El pan era el alimento por excelencia, y comer el pan significaba servirse una comida esencial.  Estos textos han sido propagados y predicados oralmente durante algún tiempo, había ideas comunes y palabras-claves que ayudaban a encadenar y relacionar unos relatos con otros.  Este fue el trabajo fundamentas de los editores de la Biblia.  El texto mateano nos dice que se recogieron las sobras, como hizo Eliseo (ver 2Re. 4, 43); este detalle confirma que todos comieron hasta saciarse, como pasó con el maná en el desierto (Éx. 16, 12).

Recordemos Jesús es Pan de Vida y Pan de Vida Eterna.  Que crezca en cada uno de nosotros el amor y la devoción a Jesús Sacramentado.  De igual forma renovemos desde lo más profundo de nuestro interior esa Alianza de Amor que el mismo Jesús sello con su vida (llena de amor y servicio para todos), pasión (sufrimiento y angustia) muerte y resurrección  (obra salvadora y redentora).  De igual forma renovemos desde lo más profundo de nuestro interior esa Alianza de Amor que el mismo Jesús sello con su vida, pasión, muerte y resurrección. 

No hay comentarios.:

Consultas y Respuestas: Testimonios de Fe…

Las Bienaventuranzas como faro del examen de conciencia (Conclusión)

En estos tiempos en los medios de publicidad y de  “marketing”  (mercadeo) se nos presenta la felicidad temporera y efímera como si fuera  “...