¿Cuántas son las veces que nos quejamos de Dios? Y en este mismo contexto: ¿Cuántas son las
veces que nos quejamos de la Iglesia?
Como muchos sabrán estamos celebrando un Sínodo Extraordinario sobre la
familia. Cuyo tema es el siguiente: “Los
desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización”.
Detengámonos un momento en este tema de este extraordinario sínodo de
obispos y cuya cabeza (y cabeza visible) lo es el Santo Padre el Papa
Francisco.
No hay duda alguna que la pastoral familiar (y toda la pastoral de la
Iglesia) implica grandes riesgos y posee grandes obstáculos. Como el doctor en teología Fernando Casanova
ha mencionado en algunas de sus predicaciones “nosotros (los bautizados)
podríamos convertirnos en el peor enemigo de la Iglesia”. En este mismo contexto podríamos decir que
el peor enemigo de la familia podríamos ser nosotros (los miembros de la
familia) mismos. Y en caso de los males de la Iglesia como en
el de los males y problemas de la familia la raíz está en el pecado
Pero para los males tanto de la Iglesia como de la familia hay UNA solución
y la contestación y solución y esta problemática es Cristo Jesús y su Santo
Espíritu que nos concede su amor y su gracia para vivir en armonía con Dios ya
que fuimos creados a su imagen y semejanza.
En otras palabras fuimos creados para vivir en armonía (o sea santidad)
con nuestro Creador, omnipotente y omnisapiente.
Para Dios en cuanto se refiere a su relación con su más excelsa creatura
o sea nosotros los hombres, lo más importante es la familia. Ya que El mismo se eligió una familia para sí
mismo. Primero se designó una Madre, y
se la había elegido desde la eternidad como nos ensena la Iglesia (ver Lucas 1,
26-38). Luego para completar la
ecuación familiar se escogió también un padre (ver Mateo 1, 18-25).
Por esta y muchas más razones cada vez que la Iglesia hace un
pronunciamiento sobre la institución de la familia nos pone de ejemplo (de
santidad, de amor, de bondad, de dedicación, etc.) a la Sagrada Familia (Jesús,
María & José). Además muchas de la
acciones, milagros o signos (como los llama San Juan en su evangelio)
implicaban de una forma u otra a la familia.
Algunos ejemplos de estos son: la curación de la suegra de Pedro (ver
Marcos 1, 29-39), la curación de la hija de Jairo (ver Marcos 5, 21-43) y así
podremos encontrar muchos más en los textos neotestamentarios.
Quisiera ahora tocar aunque sea en lo mínimo y con gran simplicidad algunos puntos sobre este importantísimo
sínodo sobre la familia.
La primera parte de este sínodo que actualmente está en sección nos quiere exponer y comunicar algunos de los
retos del anuncio del evangelio de la familia hoy. Esto sin duda alguna nos compete a todos los
bautizados ya que esto es propio y primordial de nuestro compromiso bautismal.
Esta primera parte del sínodo comienza exponiéndonos cuál es el designio
de Dios para el matrimonio y la familia. Hoy en día es muy común el pensar en tener
pareja (o casarse) pero paradójicamente e incomprensiblemente decir que no
quieren tener hijos o familia. En libro
del Génesis nos habla de la misión que le Dios a la primera pareja (Adán =
primer hombre & Eva = primera mujer) de que crezcan (algunas versiones
bíblicas dicen “sean fecundos”) y multiplíquense (ver Génesis 1,
27-31). Para evidenciar el designio de
Dios en el matrimonio y la familia el sínodo nos expondrá los distintos textos
bíblicos y los documentos eclesiales que nos hablan de este tema.
Personalmente yo considero que muchas veces a los cristianos y todo ser
humano en general en nuestro tiempo se nos olvida la base fundamental de la
familia quien es el mismo Dios. Además
se nos olvida el legado (textos bíblicos y documentos de la Iglesia) que la
Iglesia posee para darle luz a este importantísimo tema que es la familia. Por eso es menesteroso que la Iglesia y su
Magisterio (quien reafirma su unión y comunión con el Santo Padre) nos
recuerden lo esencial y fundamental para el crecimiento cristiano de la
familia.
Te invito a que veas y estudie sobre este tema de esta SÍNODO DE LOS OBISPOS III ASAMBLEA GENERAL EXTRAORDINARIA (da un “click” a este enlace) sino lo puedes conseguir también
en la Página Web del Vaticano (da un “click” a este enlace).
Ahora bien: ¿Cómo el Evangelio y la Palabra de Dios puede sanar la
familia y el matrimonio? Sencillamente
tenemos que decir que lo hace porque es un Dios que es todo e infinito Amor
(ver 1Juan 4, 7-21). Además porque Él
amó (y ama) a todos sus hijas e hijos hasta la muerte y como nos enseña San
Pablo “y una muerte de Cruz”. La
muestra de amor más sublime es que se quiso quedar con nosotros en la Iglesia
por medio de su cuerpo y su sangre bajo las especies del pan y del vino. La Iglesia como familia y comunidad eclesial
en Cristo Jesús, ha realizado y seguirá realizando este Memorial tan como el
mismo Señor Jesús le ordeno a la Iglesia.
En las culturas bíblicas (y en nuestros países hispanos o latinos) el
hijo mayor tenía (y tiene en nuestro caso como hispanos) una responsabilidad no
solo para ser el sucesor del padre sino para ser el responsable de que el
legado del padre se siga perpetuando.
En este mismo contexto podríamos visualizar a Jesús (como Hijo del Padre
Dios y nuestro Hermano Mayor) dándonos el mensaje y misión que recibió del
Padre. Por eso en la Eucaristía nos
dice: “hagan esto en memoria mía” (ver 1Cor. 11, 23-28).
Además Jesucristo está presente en la Iglesia o sea en sus miembros que
formamos el Cuerpo Místico de Cristo quien es la Iglesia. En estas últimas presencias reales de Cristo
en la Eucaristía y en la Iglesia la familia juega un papel súper
transcendental. Sabemos que María
Santísima (según la tradición de la Iglesia) estuvo en el Cenáculo en
Pentecostés. Lo que conocemos como la “Ultima
Cena” o sea la Cena Pascual de Jesús y sus Apóstoles su preparación no
salió de la nada. Esta como toda cena
familiar era confeccionada por las mujeres.
Podemos inferir que María (al igual que en Cana) estaría trabajando
arduamente en la preparación de esta Cena Pascual.
En esta misma línea de pensamiento es conocido por la Tradición de la
Iglesia que María la Madre del Señor influyó grandemente (ya fuera por su
modelo de santidad) en las primeras comunidades cristianas. Esta misma identificación con María, Josu y
Jesús o sea la Sagrada Familia que guardaron los primeros cristianos hacia
ellos la Iglesia la ha seguido cultivando a través de los tiempos en su
historia. De esto es testimonio los
documentos de los Santos Padres, los documentos oficiales de la Iglesia y los
escritos de los doctores y santos(as) de la Iglesia.
Yo estoy casi seguro que en casi todas (por no decir todas) nuestras
comunidades eclesiales sabemos de testimonios donde Dios por medio de su Santa
Palabra ha restaurado matrimonios y familias completas. Al menos yo te puedo hablar de los
testimonios que yo conozco de mi parroquia.
Yo sé que tú me puedes hablar de los de tu comunidad.
Aprovecho esta oportunidad para alabar, bendecir y dar gracias a Dios
por estos testimonios de matrimonios y familias restauradas por el amor, la
gracia y la bondad de Dios. Tengo que
confesarles que también estoy mentado en este barco donde Dios hace grandes
cosas por el bien de la familia.
Honestamente y desde lo más profundo de mi corazón doy gracias (además
de alabarlo y bendecirlo) por como Él ha obrado y segué obrando en mi
matrimonio y en mi familia.
Si alguna vez tenemos la tentación de quejarnos de Dios recordemos con
un examen de conciencia justo y sincero cuantas veces Dios nos ha ayudados (de
una u otra forma) a cada uno de nosotros y a nuestras familias. Yo sé que podríamos llenar las páginas de los
más grandes libros de este tipo de testimonios.
También si alguna vez tengamos la osadía de quejarnos de la Iglesia
recordemos cuanto bien le hace al mundo y cada uno de nuestros países a la
familia en especial aquellas más necesitadas.
En esta misma línea pensemos y analicemos cuan bien le hacen nuestras
diócesis y/o parroquias a nuestras comunidades.
En nuestras diócesis y parroquias y muy notable como entidades como lo
son las Caridades Católicas, Sociedad San Vicente de Paul, los Caballeros de
Colon y muchas más similares a estas hacen todo cuanto pueden cuando la
familia, la sociedad y nuestros países se ven en situaciones sumamente
difíciles. La prueba a todo esto la
podemos encontrar en los medios de comunicaciones (ya sean católicos y/o
seculares).
Recuerda que como cristianos y católicos es nuestro deber es orar por el
Papa Francisco y por nuestros obispos y en esta ocasión orar también por este
sínodo sobre la familia, el cual es un tema tan fundamental e importante para
la Iglesia y el mundo.
Que Dios en su infinita misericordia mire siempre a las familias con
amor y les de la gracia de ser instrumento generosos y testimonio vital para la
realización plena de la evangelización en este mundo.
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