8 de octubre de 2014

¡El Evangelio puede sanar a la familia!

¿Cuántas son las veces que nos quejamos de Dios?  Y en este mismo contexto: ¿Cuántas son las veces que nos quejamos de la Iglesia?  Como muchos sabrán estamos celebrando un Sínodo Extraordinario sobre la familia.  Cuyo tema es el siguiente: “Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización”

Detengámonos un momento en este tema de este extraordinario sínodo de obispos y cuya cabeza (y cabeza visible) lo es el Santo Padre el Papa Francisco.
No hay duda alguna que la pastoral familiar (y toda la pastoral de la Iglesia) implica grandes riesgos y posee grandes obstáculos.   Como el doctor en teología Fernando Casanova ha mencionado en algunas de sus predicaciones “nosotros (los bautizados) podríamos convertirnos en el peor enemigo de la Iglesia”.   En este mismo contexto podríamos decir que el peor enemigo de la familia podríamos ser nosotros (los miembros de la familia) mismos.   Y en caso de los males de la Iglesia como en el de los males y problemas de la familia la raíz está en el pecado
Pero para los males tanto de la Iglesia como de la familia hay UNA solución y la contestación y solución y esta problemática es Cristo Jesús y su Santo Espíritu que nos concede su amor y su gracia para vivir en armonía con Dios ya que fuimos creados a su imagen y semejanza.  En otras palabras fuimos creados para vivir en armonía (o sea santidad) con nuestro Creador, omnipotente y omnisapiente.
Para Dios en cuanto se refiere a su relación con su más excelsa creatura o sea nosotros los hombres, lo más importante es la familia.  Ya que El mismo se eligió una familia para sí mismo.  Primero se designó una Madre, y se la había elegido desde la eternidad como nos ensena la Iglesia (ver Lucas 1, 26-38).   Luego para completar la ecuación familiar se escogió también un padre (ver Mateo 1, 18-25).
Por esta y muchas más razones cada vez que la Iglesia hace un pronunciamiento sobre la institución de la familia nos pone de ejemplo (de santidad, de amor, de bondad, de dedicación, etc.) a la Sagrada Familia (Jesús, María & José).  Además muchas de la acciones, milagros o signos (como los llama San Juan en su evangelio) implicaban de una forma u otra a la familia.
Algunos ejemplos de estos son: la curación de la suegra de Pedro (ver Marcos 1, 29-39), la curación de la hija de Jairo (ver Marcos 5, 21-43) y así podremos encontrar muchos más en los textos neotestamentarios.
Quisiera ahora tocar aunque sea en lo mínimo y con gran simplicidad  algunos puntos sobre este importantísimo sínodo sobre la familia. 
La primera parte de este sínodo que actualmente está en sección  nos quiere exponer y comunicar algunos de los retos del anuncio del evangelio de la familia hoy.  Esto sin duda alguna nos compete a todos los bautizados ya que esto es propio y primordial de nuestro compromiso bautismal.
Esta primera parte del sínodo comienza exponiéndonos cuál es el designio de Dios para el matrimonio y la familia.   Hoy en día es muy común el pensar en tener pareja (o casarse) pero paradójicamente e incomprensiblemente decir que no quieren tener hijos o familia.  En libro del Génesis nos habla de la misión que le Dios a la primera pareja (Adán = primer hombre & Eva = primera mujer) de que crezcan (algunas versiones bíblicas dicen “sean fecundos”) y multiplíquense (ver Génesis 1, 27-31).  Para evidenciar el designio de Dios en el matrimonio y la familia el sínodo nos expondrá los distintos textos bíblicos y los documentos eclesiales que nos hablan de este tema.
Personalmente yo considero que muchas veces a los cristianos y todo ser humano en general en nuestro tiempo se nos olvida la base fundamental de la familia quien es el mismo Dios.  Además se nos olvida el legado (textos bíblicos y documentos de la Iglesia) que la Iglesia posee para darle luz a este importantísimo tema que es la familia.  Por eso es menesteroso que la Iglesia y su Magisterio (quien reafirma su unión y comunión con el Santo Padre) nos recuerden lo esencial y fundamental para el crecimiento cristiano de la familia.
Te invito a que veas y estudie sobre este tema de esta SÍNODO DE LOS OBISPOS III ASAMBLEA GENERAL EXTRAORDINARIA (da un “click” a este enlace) sino lo puedes conseguir también en la Página Web del Vaticano (da un “click” a este enlace).
Ahora bien: ¿Cómo el Evangelio y la Palabra de Dios puede sanar la familia y el matrimonio?  Sencillamente tenemos que decir que lo hace porque es un Dios que es todo e infinito Amor (ver 1Juan 4, 7-21).  Además porque Él amó (y ama) a todos sus hijas e hijos hasta la muerte y como nos enseña San Pablo “y una muerte de Cruz”.   La muestra de amor más sublime es que se quiso quedar con nosotros en la Iglesia por medio de su cuerpo y su sangre bajo las especies del pan y del vino.  La Iglesia como familia y comunidad eclesial en Cristo Jesús, ha realizado y seguirá realizando este Memorial tan como el mismo Señor Jesús le ordeno a la Iglesia. 
En las culturas bíblicas (y en nuestros países hispanos o latinos) el hijo mayor tenía (y tiene en nuestro caso como hispanos) una responsabilidad no solo para ser el sucesor del padre sino para ser el responsable de que el legado del padre se siga perpetuando.
En este mismo contexto podríamos visualizar a Jesús (como Hijo del Padre Dios y nuestro Hermano Mayor) dándonos el mensaje y misión que recibió del Padre.  Por eso en la Eucaristía nos dice: “hagan esto en memoria mía” (ver 1Cor. 11, 23-28).
Además Jesucristo está presente en la Iglesia o sea en sus miembros que formamos el Cuerpo Místico de Cristo quien es la Iglesia.  En estas últimas presencias reales de Cristo en la Eucaristía y en la Iglesia la familia juega un papel súper transcendental.   Sabemos que María Santísima (según la tradición de la Iglesia) estuvo en el Cenáculo en Pentecostés.   Lo que conocemos como la “Ultima Cena” o sea la Cena Pascual  de Jesús y sus Apóstoles su preparación no salió de la nada.  Esta como toda cena familiar era confeccionada por las mujeres.  Podemos inferir que María (al igual que en Cana) estaría trabajando arduamente en la preparación de esta Cena Pascual.
En esta misma línea de pensamiento es conocido por la Tradición de la Iglesia que María la Madre del Señor influyó grandemente (ya fuera por su modelo de santidad) en las primeras comunidades cristianas.  Esta misma identificación con María, Josu y Jesús o sea la Sagrada Familia que guardaron los primeros cristianos hacia ellos la Iglesia la ha seguido cultivando a través de los tiempos en su historia.  De esto es testimonio los documentos de los Santos Padres, los documentos oficiales de la Iglesia y los escritos de los doctores y santos(as) de la Iglesia.
Yo estoy casi seguro que en casi todas (por no decir todas) nuestras comunidades eclesiales sabemos de testimonios donde Dios por medio de su Santa Palabra ha restaurado matrimonios y familias completas.  Al menos yo te puedo hablar de los testimonios que yo conozco de mi parroquia.  Yo sé que tú me puedes hablar de los de tu comunidad. 
Aprovecho esta oportunidad para alabar, bendecir y dar gracias a Dios por estos testimonios de matrimonios y familias restauradas por el amor, la gracia y la bondad de Dios.  Tengo que confesarles que también estoy mentado en este barco donde Dios hace grandes cosas por el bien de la familia.  Honestamente y desde lo más profundo de mi corazón doy gracias (además de alabarlo y bendecirlo) por como Él ha obrado y segué obrando en mi matrimonio y en mi familia.
Si alguna vez tenemos la tentación de quejarnos de Dios recordemos con un examen de conciencia justo y sincero cuantas veces Dios nos ha ayudados (de una u otra forma) a cada uno de nosotros y a nuestras familias.  Yo sé que podríamos llenar las páginas de los más grandes libros de este tipo de testimonios. 
También si alguna vez tengamos la osadía de quejarnos de la Iglesia recordemos cuanto bien le hace al mundo y cada uno de nuestros países a la familia en especial aquellas más necesitadas.   En esta misma línea pensemos y analicemos cuan bien le hacen nuestras diócesis y/o parroquias a nuestras comunidades.  En nuestras diócesis y parroquias y muy notable como entidades como lo son las Caridades Católicas, Sociedad San Vicente de Paul, los Caballeros de Colon y muchas más similares a estas hacen todo cuanto pueden cuando la familia, la sociedad y nuestros países se ven en situaciones sumamente difíciles.  La prueba a todo esto la podemos encontrar en los medios de comunicaciones (ya sean católicos y/o seculares).
Recuerda que como cristianos y católicos es nuestro deber es orar por el Papa Francisco y por nuestros obispos y en esta ocasión orar también por este sínodo sobre la familia, el cual es un tema tan fundamental e importante para la Iglesia y el mundo. 

Que Dios en su infinita misericordia mire siempre a las familias con amor y les de la gracia de ser instrumento generosos y testimonio vital para la realización plena de la evangelización en este mundo.  

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