22 de diciembre de 2015

La era de los sacrilegios y las profanaciones

 
Compiten en barbarie y odio contra la fe Europa y los Estados Unidos. Incendios de iglesias y de imágenes religiosas en Europa, seguidos del levantamiento de una gigantesca estatua en honor a Satanás en Estados Unidos.

Luego, sacrilegios eucarísticos "artísticos" o sin excusa estúpida, en España, seguidos de un sacrilegio contra una imagen de la Virgen María en Oklahoma, con ocasión de la Navidad.
El promotor de esta última ofensa, Adam Daniels, quien ha recibido permiso de realizar su acto de escarnio en frente de la catedral católica de San José, en Oklahoma City, dice abiertamente que ha escogido degradar esa imagen de la Virgen porque "ella es un emblema de la Iglesia Católica".
Este es el tipo de sociedad "desarrollada" a la que miramos los países "atrasados" o "en vías de desarrollo." Este es también el mundo que tus hijos van a conocer. Y si tus hijos son cristianos, serán odiados. Demencialmente odiados.
Que yo me calle no arregla nada. Que los sacerdotes no despertemos la conciencia sobre este tema no arregla nada. Que los sacerdotes nos dediquemos sólo a dar palmadas en la espalda y a decirle a la gente que sea buena persona NO ES SUFICIENTE.
Los repetidos y asquerosos actos de blasfemia que se han presentado varias veces en la catedral de Buenos Aires demuestran que esto se va a extender pronto a todas partes.
Y repito: el buenísimo, y el decirle a la gente que Dios bendice sus planes NO ES SUFICIENTE.
Requerimos una muy sólida formación que nos ubique en por qué el mundo está en lo que está. Preparen a sus hijos para el combate.  Pero tendrán que ser muy inteligentes al combatir. Cualquier error facilitará las cosas a los enemigos de la fe.
Personalmente no creo que esta sea la batalla del fin de los tiempos.  Pero es que la razón para luchar no es si se trata o no del fin de los tiempos sino si se trata o no de la gloria de Dios.
¡Viva Cristo Rey!
Autor: Fray Nelson Medina O.P.
Consultas a Fray Nelson: amigos@fraynelson.com
Nota Personal de (Daniel Ben Rosali / Daniel Caliz Facebook)
Sin duda alguna estoy de acuerdo con Fray Nelson.  Nuestro Bautismo nos hace cristianos no solo por las aguas bautismales sino además porque fuimos ungidos con el Santo Crisma.  Precisamente las palabras cristo (del griego) y mesías (hebreo) significan aquel que fue ungido.
El Espíritu Santo por medio de esta unción con el Crisma de los Catecúmenos (= candidatos al bautismo) nos concede lo que la Iglesia llama la Triple Misión de Cristo de ser sacerdotes, reyes y profetas.
El sacerdocio ministerial u ordenado y el “sacerdocio común de los fieles” participan de Sacerdocio de Cristo Jesús quien es el Sumo & Eterno Sacerdote, según el Rito del Melquisedec (ver Hebreos 9, 11-28).  Junto al Sacrificio del Alfa & Omega en el Altar (Sacrificio Mayor, Banquete del Reino y Sacrificio de los Sacrificios) que preside el presbítero en la comunidad eclesial nos permite además de ofrecer sacrificios (de nuestra propia vida y familiar) nos permite interceder unos por otros y santificar.
El cristiano está llamado a servir como lo hizo Cristo por medio del servicio (Mc. 10, 45).  La Iglesia ha reconocido esta vocación del servicio dándose oblativamente a todo ser humano en especial aquellos más necesitados y maginados (ver Mt. 25, 14-30; Mt. 25, 31-40).  Como dice la canción “amar es entregarse (por medio del servicio) olvidándose de sí, buscando lo que al otro pueda hacer feliz”.
La función del profeta NO ES adivinar el futuro sino más bien anunciar y denunciar.  Si nos fijamos eso fue lo que realizaron (anunciar & denunciar) los profetas del Antiguo Testamento y Juan el Bautista en el Nuevo Testamento.  Nuestra vocación profética nos interpela a anunciar la gracia, la justicia, y todo lo que agrada a Dios.  Por otro lado, esta vocación exhorta a denunciar el pecado, la inmoralidad, y todo lo que desagrada a Dios.  Una definición de lo que es ser profeta que hace mucho leí en algún libro es: “el(la) profeta es aquel(lla) que habla con Dios de los hombres y que le habla a los hombre de Dios”.
¡Que en este Año de la Misericordia que llevemos fielmente ese llamado de la Triple Misión que un día Dios nos hizo desde las aguas y la unción en el Bautismo para ser sacerdotes, reyes y profetas!  

Dios… Bendiga… Amén O:)  

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