Contrario a lo que muchos católicos piensan la
cuaresma no finaliza el Domingo de Ramos o de la Pasión sino más bien el Jueves
Santo antes de la Misa Vespertina de la Cena del Señor. El Triduo Pascual da inicio con la Misa
Vespertina de la Cena del Señor hasta las Vísperas del Domingo de Pascua del
Señor.
Esto es muy importante tenerlo
presente especialmente si tenemos que hacer alguna corrección (siempre con
caridad fraterna) a algún hermano(a) que esté equivocado en estos temas.
La palabra triduo sin duda alguna nos
dejara saber que se trata de algo alusivo al número tres. De hecho el Diccionario de la lengua
española © 2005 Espasa-Calpe define triduo como “celebraciones
religiosas que se practican durante tres días”. Aunque el triduo más común que la Iglesia
celebra es el de la Pascua la Iglesia celebra otros tipos de triduos. Hay triduos para celebraciones marianas y de
algunos santos también. Aunque para
estos últimos dos es más común celebrar novenas (nueve días de oración) en vez
de triduos.
La palabra pascua (en hebreo pésaj significa
salto o paso) significa paso. El Triduo Pascual celebra el acontecimiento
más importante que tenemos los cristianos la Resurrección del Señor. Por eso nos dice San Pablo que: “si
Cristo no resucito, es vana nuestra predicación y vana es también la fe de
ustedes” (1Cor. 15, 14). Te recomiendo
que leas 1Cor. 15, 1-17.
Antes del Concilio Vaticano II (1962-1965) y su
renovación de la liturgia el Triduo Pascual se observaba a modo de preparación
de la Fiesta de Pascua. Los días del
Triduo en ese entonces eran jueves, viernes y sábado de la Semana Santa. Esta celebración era llamada “triduo de la
pasión”.
Después del Vaticano II el calendario litúrgico
tuvo algunos cambios en especial la visión de la celebración del Triduo Pascual
y las normas litúrgicas de la Semana Santa.
De aquí en adelante el Triduo Pascual se expone no como un tiempo de
preparación el tiempo de preparación desde entonces pasó a ser en la
cuaresma.
Con esta nueva renovación litúrgica el Triduo
Pascual se celebra como una sola cosa.
Este desde entonces además se le llama también el Triduo del
Crucificado, del Sepultado y del Resucitado.
Los días a considerarse del Triduo Pascual son viernes, sábado y domingo
y ya NO jueves, viernes y sábado.
¿Por qué eso es así? Esto es así porque el calendario judío es calendario
lunar nosotros (literalmente casi todo el planeta) tenemos el calendario solar
(específicamente el Calendario Gregoriano desde 1589 d.C.). Los días comienzan con la caída del sol o el
ocaso hasta la caída del sol del día siguiente.
Esto significa que el día sábado (Šhabbat) comienza en la caída del sol
del vienes y finaliza con el ocaso del sábado.
La Iglesia para su calendario litúrgico sigue el calendario lunar. Por eso es cuando vamos a la Santa Misa el
sábado por la noche (usualmente después de las 4:00 PM) ya estamos en Misa del
domingo.
Jueves Santo:
Como mencione previamente el Triduo Pascual comienza
con la Misa Vespertina de la Cena del Señor.
Este es el primer evento del triduo pascual. Nuestro Señor Jesucristo instituye este día
dos de los siete sacramentos y estos son la Eucaristía y Orden Sacerdotal. Además nos deja el legado y el ejemplo más
perfecto del amor y del servicio a los demás.
La Eucaristía no nació de la nada, como solía
decir un profesor de teología en mis años del seminario. La Eucaristía nace dentro del contexto de la
Pascua Hebrea por eso podríamos decir que la Pascua de Israel es la “madre”
de la Eucaristía. La Pascua es eje
centrar de la liturgia. La Iglesia
Aunque muchos no lo crean así la Santa Misa tiene
que ver mucho con ambas alianzas bíblica en especial la última la Nueva y
Eterna Alianza. Cada año con la Pascua
el hebreo sellaba la alianza hasta el siguiente año. En forma análoga podemos decir que cada
semana (cada domingo) sellamos la alianza (Nueva y Eterna) hasta la próxima semana.
Este día también el Señor estableció el Orden
Sacerdotal. No debemos preguntar si este
sacramento se trata de una orden ¿Qué orden le dio Jesús a los Apóstoles? Para esto vallamos al primer relato eucarístico
del Nuevo Testamento. San Pablo le
explica a la Comunidad de los Corintios que el Señor la noche en que fue
entregado, tomo pan pronuncio la acción de gracias (= eucaristía) y se lo paso
a los discípulos y luego le dice “hagan esto en memoria mia” (ver
1Cor. 11, 26-32 & Lc. 22, 19). En
ese hagan es que estriba la orden que dio Jesús a sus apóstoles. Por eso es que el Sacramento del Orden está íntimamente
relacionado a la Eucaristía.
Además de los Sacramentos de la Eucaristía y del
Orden, Jesús nos deja el mejor legado del servicio y la caridad fraterna. Con el lavatorio de los pies el Señor es el
primero en ponerse a nuestro servirse.
Por eso Él nos dirá: “Hagan como el Hijo del Hombre, que no vino a
ser servido, sino a servir y dar su vida como rescate por muchos” (Mt. 20,
28).
Aquí podemos apreciar que el verdadero servicio requiere
la más exigente de las entregas. De esto
nos dieron ejemplo reciente las mártires de Yemen, las cuatro religiosas
miembros de la Misioneras de la Caridad de la Beata (próximamente a ser
canonizada) Madre Teresa de Calcuta en Adén (Yemen). Me imagino al Señor lavándole los pies a
estas sus siervas allá en el Cielo.
Como preparación para el Jueves Santo, yo considero
que es muy importante, además de leer las lecturas correspondientes a ese día, leer
y reflexionar en capítulo 6 del Evangelio de San Juan. Primero Jesús de comer a la muchedumbre (ver
Jn. 6, 1-12). Luego nos dice que Él es
el Pan de Vida Eterna (Jn. 6, 35-47; Jn. 6, 48-58). Para que esto suceda es de suma importancia
creer en el Enviado del Padre (ver Jn. 6, 29; Jn. 6, 35; Jn. 6, 47). Jesús nos deja su cuerpo y su sangre para
alimentos para la vida eterna (ver Jn. 6, 55-58).
Viernes Santo:
Desde pequeño yo solía escuchar a mucha gente decir
“yo voy a Misa solamente el Viernes Santo”. Yo desde ese mismo tiempo en mi vida sabia
distinguir que los Vienes Santo y los Sábados Santos era los únicos días que la
Iglesia no celebra la Santa Misa sino más bien celebra la Liturgia de la
Palabra con la Sagrada Comunión y con esta la Adoración a la Santa Cruz. En esta celebración litúrgica se lee la Pasión
del Señor.
Además en muchas parroquias o comunidades
eclesiales se suele celebrar un Vía Crucis Viviente. Aunque no necesariamente tiene que ser así. Hay lugares donde por distintas razones
pastorales solamente se suele rezar el Vía Crucis y meditar en cada una de sus
estaciones. Tal como sea el caso, de una
forma u otra es de vital importancia mantener no solo un orden sino además (y más
importante) llevar un digna devoción.
Otra práctica del Vienes Santo lo es la Predicación
de la Siete Palabras (o Frases) de Jesucristo en la Cruz. Personalmente es una práctica que extraño mucho
ya que en mi parroquia no se suele hacer. Este servidor está preparando una serie de
videos cortos para ponerlos en YouTube. Próximamente
les daré más detalles.
Recordemos que la Biblia y toda la Palabra de
Dios o Revelación Divina (Tradición
Apostólica y la Palabra Escrita o Biblia)
se divide no solo en el Antiguo y Nuevos Testamentos sino también y en forma de
sinónimo o semejantemente se divide en Antigua y Nueva Alianzas. En medio de estos (y estas) está Jesucristo.
La primera (Antigua Alianza) estaba para ser la
antesala preparatoria de Cristo para nuestras vidas. La segunda está para mostrar y afianzar a
Cristo Jesús en nuestras vidas. La Nueva
Alianza y Eterna solo puede ser entendida desde perspectiva comunitaria y
eclesial.
Nos debemos preguntar: ¿Cuándo y cómo finalizó la
Antigua Alianza y cuándo y cómo comenzó la Nueva Alianza? La sexta de las siete palabras o frases de
Jesucristo en la Cruz, Jesús dijo: “Todo está consumado” (Jn. 19, 30). Nos dice la Palabra de Dios que cuando Cristo
murió en la Cruz el velo del templo de Jerusalén de rasgo (ver Mt. 27,
51). Esto nos debe llegar a preguntarnos:
¿Qué se consumó? Se ha consumado la
Antigua Alianza para comenzar la Nueva Alianza (ambas alianzas de amor). La Antigua
Alianza finalizo no porque fuera mala o perniciosa sino que su razón de ser
desde la perspectiva profética con Cristo Jesús ya se cumplió.
Sábado Santo:
Sábado Santo es un día alitúrgico o sea que no se
celebra la liturgia de la Santa Misa. Pero
algunos me dirán y que pasa con la Vigilia Pascual que se celebra sábado por la
noche. El calendario hebreo es un
calendario lunar. El día, en el
calendario hebreo, comienza con el ocaso (caída del sol), y culmina al próximo
ocaso del siguiente día.
La Iglesia en su calendario litúrgico sigue este
mismo espacio de tiempo. Por eso es
cuando vemos a Misa el sábado después de las 4:00 PM estamos yendo a Misa de
Domingo. La Pascua Judía en tiempo de
Jesús correspondía ser el sábado. Para
los judíos cuando una de sus fiestas caía en sábado, esta era considerada “doble
sábado o shabbaton”. Cuando
traducimos esta palabra shabbaton es significado en español es sábado
santo.
La Midrash (o sea la explicación de la ley o la
tradición de la ley) establecía que si por alguna razón de peso no se podía
celebrar la pascua (el día que fuera) se podía adelantar o atrasar un día. Pero no se podía comer el cordero, se ponía
un hueso del cordero. Como podrán deducir
Jesús tenía razones demás para adelantar su última pascua de su vida terrena.
Algo que es muy conveniente aclarar es que el tal
mencionado “sábado de gloria” dentro de la Iglesia y su calendario litúrgico
no existe. Este término fue inventado
por el comercio y los medios de comunicaciones seculares para tener la excusa
no solo terminar en triduo pascual antes sino que además comenzar (como solía
decir mi abuelito) el pachanga antes de tiempo.
Como podrán notar esto no más que una propaganda publicitaria para
opacar en verdadero sentido de la Semana Santa y por ende del Triduo Pascual.
Vigilia Pascual:
Como dije al iniciar esta reflexión sobre el
Triduo Pascual, este finaliza con las Misas de Pascuas del día, hasta llegar a
las Vísperas del Domingo de la Pascua. Hay que recalcar también que la Pascua de Resurrección
del Señor es el más grande de las festividades litúrgica en la Iglesia. Por eso San Pablo dice: “Y si Cristo no
resucitó, es vana nuestra predicación y vana también la fe de ustedes”
(1Cor. 15, 14). Te exhorto y recomiendo
que leas 1Cor. 15, 1-17. La liturgia de
la Iglesia nace por y en la Pascua del Señor.
El tiempo litúrgico de Pascua dura 50 días hasta Pentecostés.
La Pascua de Resurrección de Cristo evoca y tiene
su prefiguración (o sea anunciar antes de) en la Pascua del Pueblo de Israel
cuando paso de la esclavitud en Egipto hasta llegar a su liberación definitiva
al llegar a “la tierra que mana leche y miel” (ver Ex. 3, 8) a lo que en
ese entonces era Canaán que después llegaría a ser Israel.
El triduo pascual es el cumplimiento cabal por
parte de Jesús de la voluntad del Padre.
Al morir Jesús destruye la muerte y al resucitar restaura la vida. Vivir en armonía plena con Dios era la
voluntad de Dios al crear a nuestros padres Adán y Eva pero esta fue tronchada
y quebrantada por su pecado de desobediencia.
La Pascua es el eje central de toda la
liturgia. De hecho la liturgia en la
Iglesia nace desde el acontecimiento de la Pascua de la Resurrección del
Señor. Por eso es que todos los domingos
son “domingos pascuales” (NO domingos de Pascua). Por esta razón es que en la Santa Misa
decimos: “anunciamos tu muerte proclamamos tu resurrección ven Señor Jesús”. Esto es así ya que San Pablo nos dice: “siempre
que coman este pan y beban esta copa, proclamarán la muerte del Señor hasta que
él vuelva” (1Cor. 11, 26).
Sería muy beneficioso ver algunos elementos de la
Pascua Hebrea que nos ayudara a entender la Pascua Cristiana en especial la
Eucaristía como Cena o Banquete Pascual.
La Pascua (o Pésaj) festeja la liberación del
pueblo judío de la esclavitud de Egipto obrada por Dios a través de Moisés. La Pésaj es celebrada en un espacio de siete
días (u ocho en la diáspora). Cristo
con su Resurrección y en la Eucaristía (y todos los sacramentos en especial la Reconciliación)
nos quieren llevar a la redención y a la salvación que en su profunda esencia
es liberación del pecado (cuya consecuencia es la muerte) a la vida plena y
eterna en Dios. El libro del Éxodo
relata la vocación de Moisés, quien fue elegido por Dios para liberar, redimir
y salvar a su pueblo (ver Ex. Cap. 6).
Hay una serie de símbolos en la pascua hebrea que
de una forma u otra encaminan o prefiguran a Cristo Jesús. Primero tenemos el cordero pascual. Veamos cuales son las características del
cordero pascual. Este tenía que ser
macho, de menos de un año y sin defecto.
El codero era sacrificado por el jefe de la familia quien usualmente era
el padre de la familia. Estas sin duda
alguna, en cierta forma se pueden aplicar a Jesús. Es de suma importancia entender que el
cordero pascual prefiguraba al Cordero de Dios que siendo Inmaculado se ofreció
y de donó personalmente (ver Jn. 10, 17-18) para ser sacrificado en el madero
de la Cruz por el Padre y que en Amor Puro e incalculable se nos da como
alimento espiritual en la Eucaristía.
Veremos que desde el inicio del ministerio (o
vida pública de Jesús) de Jesús fue Juan el Bautista quien lo presento al
pueblo como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (ver Jn. 1, 29). Estas palabras para nosotros actualmente
parecen sonar bonitas o “cool” (como suelen decir los jóvenes) pero para
la cultura hebrea sin duda era una palabras muy duras y difícil de
entender. A ningún hombre desde el
Antiguo Testamento y todo el Nuevo se había ni se llamó de esta forma.
Desde que se construyó el Templo de Jerusalén (en
tiempo del Rey Salomón hasta el tiempo de Jesús en esta tierra) el cordero solo
se podía sacrificar y comer en el templo (o en los alrededores del
templo). Los sacerdotes del templo eran
los responsables de verificar que cada cordero estuviera apto para ser
sacrificado. En tiempo de Jesús en su última pascua
(comúnmente llamada “Ultima Cena”) si nos fijamos bien en los textos
neotestamentarios, Jesús fue verificado por los sacerdotes y sumo sacerdotes para
determinar que fuera apto para el sacrificio.
Una vez destruido el templo hasta nuestros días se dejó de comer el
cordero y en la mesa de la cena pascual hebrea se pone un hueso del cordero (se
coloca en la fuente alegórica de la noche del Séder {séder en hebreo
significa orden}).
Para poder entender esto te recomiendo que veas
el video “La
Semana Santa”
donde el Apologista Frank Morera explica esto muy detalladamente.
Otro símbolo son los panes ácimos (sin levadura)
que se comen en los siete días que dura la Pésaj Hebrea. “Los panes ácimos que Israel come cada año
en la Pascua conmemoran la salida apresurada y liberadora de Egipto” (CIC #
1334). Esto debe ser entendido desde una
transcendencia eucarística por eso “Jesús instituyó su Eucaristía dando un
sentido nuevo y definitivo a la bendición del pan y del cáliz” (CIC #
1334). Considero muy importante leer y
reflexionar en capítulo 6 del Evangelio de San Juan.
Para concluir:
La Iglesia nos anima a vivir estos días del
Triduo Pascual como un camino de esperanza.
Esperanza que nos lleva al regocijo de tener a Cristo vivo en medio
nuestro. El fruto que nos deja el Triduo
Pascual que nos ha presentado de manera palpable, es el Misterio de Jesús de
Nazaret, Hijo de Dios y Redentor del hombre.
Estamos llamados a ser centinelas de la luz de Cristo. Como sucede con la fe que no es solamente algo
personal sino además es comunitaria. En forma
similar, el gran misterio del Triduo Pascual no se puede quedar en lo personal
sino que hay vivirlo desde ámbito comunitario.
“Como cristianos estamos llamados a ser
centinelas de la mañana, que saben ver los signos del Resucitado, como han
hecho las mujeres y los discípulos que corrieron al sepulcro al alba del primer
día de la semana” (Papa Francisco, Audiencia
General, 1 de abril de 2015). “Y en
la gran Vigilia pascual, donde resuena nuevamente el Aleluya, celebramos a
Cristo Resucitado centro y fin del cosmos y de la historia; velamos llenos de
esperanza esperando su regreso, cuando la Pascua tendrá su plena manifestación”.
En estos días del Triduo santo no
nos limitemos a conmemorar la pasión del Señor, sino que entremos en el
misterio, hagamos nuestros sus sentimientos, sus actitudes, como nos invita a
hacer el apóstol Pablo: ‘Tengan entre ustedes los sentimientos propios de
Cristo Jesús’” (Flp. 2, 5) (Ibíd.).
La Pascua de Cristo es el paso de la muerte a la
resurrección (vida) y de este modo, Él venció la muerte. En el Misterio Pascual está la dirección y el
culmen de la historia humana. “Por
ello, la Pascua no es simplemente una fiesta entre otras: es la ‘Fiesta de las
fiestas’, ‘Solemnidad de las solemnidades’, como la Eucaristía es el Sacramento
de los sacramentos (el gran sacramento). San Atanasio la llama ‘el gran domingo’ (Ep.
fest. 329) así como la Semana Santa es llamada en oriente "la gran
semana". El Misterio de la Resurrección, en el cual Cristo ha aplastado la
muerte, penetra en nuestro viejo tiempo con su poderosa energía hasta que todo
le esté sometido” (CIC # 1169). El
Beato “Boricua” (Puertorriqueño) Carlos “Charli” Rodríguez decía sobre
la Vigilia Pascual “vivimos para esa noche”.
Desde lo más profundo de mi corazón les deseo a
todos ustedes hermanos(as) en el Señor una Felices Pascua de Resurrección
del Señor Jesús. “¡Dios quien es Amor
Eterno &
Misericordia Infinita los Bendiga,
y que Dios
Padre de nuestro Señor Jesucristo, que
nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales
y celestiales!” (Ef. 1, 3).
Para dudas o preguntan consultas@catequesisdeadultos.com
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