El dogma de la Maternidad
Divina de María establece que María sin duda alguna es la Madre de Dios que en
griego se dice “Theotokos”. Al
menos esto fue así hasta que Lutero dividió la cristiandad en Occidente.
La Palabra de Dios tiene una “regla
universal” por excelencia y esta es la garantía de la inerrancia bíblica. Esta es una doctrina (verdad de fe) que
garantiza la falta de error o de fallas en las Sagradas Escrituras y que por
ende estas son inspiradas por Dios mismo y que por lo tanto siempre dicen la
verdad, y no se equivocan.
El Evangelio de San Lucas nos
presenta la Visita de la Virgen María a su prima Isabel. El evangelista nos narra que Isabel estaba
llena del Espíritu Santo (ver Lc. 1, 41) y esta le dijo (a gritos le dijo) a María:
“¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿de dónde a mí que venga a mí la madre de mi
Señor?” (Lc. 1, 43).
Vayamos paso a paso o por partes. Primero Isabel estaba llena del Espíritu
Santo. Esto implica que quien estaba hablando no era Isabel como tal sino más bien y fundamentalmente era el mismo Espíritu Santo quien estaba hablando.
Santo. Esto implica que quien estaba hablando no era Isabel como tal sino más bien y fundamentalmente era el mismo Espíritu Santo quien estaba hablando.
“La madre de mi Señor”. Como podemos distinguir la palabra señor esta
con letra mayúscula ya esto de por si nos da una valiosísima pista. En toda la Sagrada Escritura para quien solo
se escribe Señor con letra mayúscula es para Dios. Además, aunque San Lucas escribió en griego,
el idioma de Maria e Isabel era el hebreo. La palabra en este idioma para ‘el Señor’ era ‘Adonai’ el cual era (y sigue siendo) un título exclusivo para Dios.
el idioma de Maria e Isabel era el hebreo. La palabra en este idioma para ‘el Señor’ era ‘Adonai’ el cual era (y sigue siendo) un título exclusivo para Dios.
Esto nos demuestra que María
no solo es la madre de Jesús, sino que a la misma vez es la Madre de Dios. Esta verdad de la fe
cristiana fue solemnemente definida en el Concilio de Éfeso en el año 431
d.C. Además, fue ratificado este dogma
mariano en los Concilios Ecuménicos de Calcedonia y los de Constantinopla en el
431, 451 y 553 respectivamente.
El Papa Emérito Benedicto XVI
en la Audiencia General del miércoles 2 de enero del 2008 nos decía: “la
solemne fiesta de María, Madre de Dios, la Theotokos, es el título que se
atribuyó oficialmente a María en el siglo V […] pero que ya se había
consolidado en la devoción del pueblo cristiano desde el siglo III, en el
contexto de las fuertes disputas de ese período sobre la persona de Cristo”.
Esto último que nos indica
Benedicto XVI es de suma importancia entenderlo. Como ya mencioné previamente este dogma fue
definido en el Concilio de Éfeso. Es de
suma importancia además describir como este concilio definió este dogma: “Si
alguno no confesare que el Emmanuel (Cristo) es verdaderamente Dios, y que, por
tanto, la Santísima Virgen es Madre de Dios, porque parió según la carne al
Verbo de Dios hecho carne, sea anatema” (o sea que sea maldito).
Son muchos los protestantes y
le siguen muchos católicos en hacerse la siguiente pregunta. “¿Cómo puede ser María la Madre de Dios, si Dios ya existía antes de
que ella naciera?” En el
diccionario encontramos que “madre” es la mujer que engendra. Se dice que es madre del que ella engendró. Si
aceptamos que María es madre de Jesús y que Él es Dios, entonces María es Madre
de Dios.
En el Credo proclamamos que
Jesucristo es engendrado, no creado. Nos
debemos preguntar: ¿engendrado por quién? Ya habíamos dicho que madre es la que
engendra entonces tenemos que decir que María quien engendro a Jesús y Jesús es
Dios (segunda persona divina de la Santísima Trinidad) por lo tanto María es
Madre de Dios.
Como podemos visualizar con
este simple ejercicio de lógica podemos dar la respuesta a esa pregunta. Como podemos deducir también no hay que ser
un gran o experto teólogo para responder esta pregunta.
Para que no nos quede duda
alguna sobre la anterior pregunta veamos que nos dice el Catecismo de la
Iglesia Católica (CIC) sobre este dogma. “Llamada en los Evangelios ‘la Madre de
Jesús’ (Jn. 2, 1; 19, 25; cf. Mt 13, 55, etc.), María es aclamada bajo
el impulso del Espíritu como ‘la madre de mi Señor’ desde antes del nacimiento de su hijo
(cf. Lc 1, 43). En efecto, aquél que ella concibió como hombre, por obra del
Espíritu Santo, y que se ha hecho verdaderamente su Hijo según la carne, no es
otro que el Hijo eterno del Padre, la segunda persona de la Santísima Trinidad.
La Iglesia confiesa que María es verdaderamente Madre de Dios [Theotokos]
(cf. Concilio de Éfeso, año 649: DS, 251)” (CIC # 495).
El Concilio Vaticano II en su
Constitución Dogmática Lumen Gentium (LG) hace la siguiente referencia sobre este dogma: “desde los tiempos más
antiguos, la Bienaventurada Virgen es honrada con el título de Madre de Dios, a
cuyo amparo los fieles acuden con sus súplicas en todos sus peligros y
necesidades” (LG # 66).
Espero que esta información
les sea de gran ayuda y beneficio. No
dudes en consultarme si tienes alguna duda o pregunta sobre este dogma o
cualquier otro tema sobre la fe cristiana.
Puedes consultarme a las
siguientes formas:
¡Que Dios en su infinito amor
y misericordia los bendiga a todos!
Tu hermano en Cristo Jesús y
Santísima, Daniel Cáliz…
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