Para los que hemos hecho en afamado
retiro Juan XXIII (Movimiento de Retiros Parroquiales Juan XXIII) antes de
hacer él mismo cada vez que le preguntábamos algo sobre dicho retiro a
cualquier otro “Juanito” o retirista nos decían “eso está previsto”. Aunque a este su servidor no me causaba
ninguna intriga yo sé de mucho les causaba muchos “dolores de cabeza” por no decir otra cosa.
En él tiempo los profetas mesiánicos (Isaías,
Natán, Miqueas, etc.) y aquí llego al ‘punto
casi prefigurado’ si les preguntaban sobre él Mesías de Israel seguramente
les dirían “está previsto”. Aunque yo no juraría de tanto que debe de
haberles preguntado yo no dudaría que alguno de ellos lo hubo de hacer. Gracias a Dios, todo aquello que estaba
prefigurado ya debemos de saberlo. Sino
a estudiar un poco de los profetas, al menos lo básico.
Él Segundo Libro de Samuel nos presenta
la profecía de Natán quién le deja saber que no era la voluntad de Dios que rey
David le construyera una ‘casa’ (‘bayit
Adonay’ o lugar donde habita el Señor) donde él Altísimo habría donde
habitar.
Él rey David le dice a Natán: “¿Te has dado cuenta de que yo vivo en
una mansión de cedro, mientras el arca de Dios sigue alojada en una tienda de
campaña?” (2Sam. 7, 2). A lo que él profeta responde: “Anda y
haz todo lo que te dicte el corazón, porque el Señor está contigo” (2Sam. 7, 3). Claro está Natán había dicho lo anterior sin discernir
(cómo nos suele pasar a cada uno de nosotros).
Luego de
eso él Señor le dice al profeta que le diga a David: “¿Piensas que vas a ser tú el que me construya una casa, para que yo habite
en ella?” (2Sam. 7, 5). Más adelante continua él oráculo que comienza
en él versículo 8b (aunque lo que sería él versículo 8a no está en nuestros
leccionarios): “Yo te
saqué de los apriscos y de andar tras las ovejas, para que fueras el jefe de mi
pueblo, Israel. Yo estaré contigo en todo lo que emprendas, acabaré con tus
enemigos y te haré tan famoso como los hombres más famosos de la tierra” (2Sam. 7, 8).
Este sería el comienzo del mensaje de Dios a David que sería resumiendo él
siguiente. Tu dedícate a cumplir mí voluntad
que Yo me ocupare de ti. Ya para
finalizar está primera lectura viene lo que sé centra la alianza davídica, de
que Dios establece su alianza con David y su reino será sin días sin términos.
Sé preguntaran
porque le he dado tanto énfasis a esta primera lectura. Esto ha sido así ya que si entendemos bien está
primera lectura mejor podremos entender él Santo Evangelio de San Lucas de este
cuarto domingo de adviento.
De la
segunda lectura (Rm. 16, 25-27)
quisiera mención de varios puntos que considero importantes para la reflexión. Inicia Pablo, la epístola haciendo mención de
“aquel que puede darles
fuerzas para cumplir el Evangelio que yo he proclamado, predicando a Cristo” (Rm. 16, 25). ¿De
quién habla Pablo aquí? Sin duda alguna
habla del Espíritu Santo. Ya que sé nos
predica en Evangelio de Cristo Jesús, pero quién lo lleva a su cumplimiento es él
Espíritu Santo.
Por otro
lado, es también el Espíritu Santo quién desvela misterios. Aquí (cómo ya explicado otras veces) es muy
conveniente definir que es él misterio dentro del cristianismo. Él misterio (contrario a lo que nos quiere
hacer ver la sociedad y los medios de comunicaciones seculares que él misterio
es aquello que está completamente oculto) es todo aquello que Dios nos va
revelando pero que no podemos comprender del todo. Por eso cómo dice Pablo “démosle gloria, por Jesucristo, para siempre” (Rm. 16, 27).
En él Evangelio de este Cuarto Domingo
de Adviento (Lc. 1, 26-38) nos presenta al ángel Gabriel llegar a Nazaret una
ciudad de la Galilea para anunciarle a María, que estaba desposada con José de
la estirpe de David, que ella sería la Madre del Mesías e Hijo de Dios. Cuyo nombre habría de ser Jesús que
significa ‘Dios Salva’.
Él ángel saluda a María con estas
palabras: “Alégrate,
llena de gracia, el Señor está contigo” (Lc. 1,
28). Cuando se tradujo por primera vez
este texto al español (Biblias Nácar-Colunga, Jerusalén) en lugar de ‘alégrate’ lo que decía era ‘salve’.
¿Por qué? Porque los traductores no solo tradujeron
literalmente sino a la misma vez con su contexto histórico-cultural (ver CIC #
110). Ellos sabían que él ángel sé estaba
dirigiendo a la reina. En las culturas
antiguas la reina solía ser la madre del rey.
Cuando alguien llegaba donde la reina (ej. de visigodos, godos o
antiguos españoles) este se refería a la reina e inclinaba su rodilla izquierda. Ya que la inclinación de la rodilla derecha sé
le hacía solo al rey. Por eso no es de extrañar
que en Santísimo Sacramento hacemos una genuflexión (con la rodilla derecha) al
Rey de reyes y Señor de señores.
El domingo
pasado celebramos él Domingo del Gaudete o sea de la Alegría. Sin duda alguna estamos alegres e es él Señor
que nació hace de más de 2000 años atrás.
En está navidad tengamos la conciencia de que Cristo haya renacido en
cada uno de nuestros corazones.
Recordemos que sin Cristo (= Mesías) Jesús no puede haber navidad. Más aún ¿Ser está ‘una navidad más’ o la NAVIDAD? ¡Nos toca a cada uno de nosotros decidir! ¡Que así nos ayudé y guie él Espíritu Santo!
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