19 de marzo de 2018

Las Siete Palabras de Jesús en la Cruz: Segunda Palabra…

VBlog: Catequesis, Apologética & Predicación: Las Siete Palabras de Jesús en la Cruz - Segunda Palabra

Segunda Palabra: Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso” (Lc. 23, 43).

Invocación al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en nosotros el fuego de tu amor.  Envía, Señor, tu Espíritu y renueva la faz de la Tierra.
Oh Dios, que llenaste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo; concédenos que, guiados por el mismo Espíritu, sintamos con rectitud y gocemos siempre de tus consuelos.  Por Jesucristo Nuestro Señor.  Amén.
Segunda Palabra: Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso” (Lc. 23, 43).
Nuevamente es San Lucas quién nos presenta esta segunda palabra.  En todos los records que hay sobre las crucifixiones que realizaban los romanos no hay ninguna donde se condene a una sola persona. 
Hay teólogos que dicen que si Barrabas no hubiese sido liberado también posiblemente hubiese sido crucificado junto a Jesús.  Claro está, esto es solo una especulación.  Pero no fue así porque debía cumplirse la voluntad del Padre Dios.
En los evangelios vemos cómo todos los presentes en la crucifixión desde los saldados hasta los líderes religiosos y el pueblo se burlaban de Jesús.   Esta vez fue uno de los ladrones crucificado junto a Jesús (ver Lc. 23, 39-42). 
“Uno de los malhechores que estaban crucificados con Jesús lo insultaba: ‘¿No eres tú el Mesías? ¡Sálvate a ti mismo y también a nosotros’” (Lc. 23, 39).  Entonces el otro ladrón, “el buen ladrón” cómo lo llama la Tradición de la Iglesia le dice al otro ladrón (que acaba de insultar al Señor): “¿No temes a Dios tú, que estás en el mismo suplicio?  Nosotros lo hemos merecido y pagamos por lo que hemos hecho, pero éste no ha hecho nada malo” (Lc. 23, 40-41).  Luego este le dice al Señor: “Jesús acuérdate de mí cuando llegues a tu reino” (Lc. 23, 42).
Esta es la única vez que Jesús le promete durante su vida terrena a alguien la entrada al Paraíso o al Cielo.
Aquí sale quizás la única persona que le dijera algo bueno y no fuera una ofensa o burla a Jesús.  San Pablo expresa este deseo de estar con Jesús en el Cielo o Paraíso (ver Fil. 1, 23; 2Cor. 5, 6-9).  Si nos fijamos bien antes que “el buen ladrón” le pidiera la entrada al reino el acepta sus culpas y sus consecuencias cómo lo fue en este caso la crucifixión.
Esto nos debes recordar que los pecados no solo sé nos son perdonados, (por medio del Sacramento de la Reconciliación) sino que debemos hacer retribución (para aquellos pecados que se puedan hacer retribución) de estos. 
Por los pecados que no puedan ser retribuidos la Iglesia nos exhorta a que hagamos penitencia y mortificación.  Lamentablemente, estas son dos palabras de las cuáles ya casi no sé hablan en la Iglesia.
Aquí vemos además la oración sencilla, pero a la vez directa.  Recordemos que la oración debe ser siempre con sencillez y con humildad.  La oración no debe tener soberbia ni orgullo ni mucho menos presunción.  Veremos que nuestra oración va a ser respondida (tarde o temprano) de la misma forma que lo fue con el buen ladrón.
Hoy quiero pedirle al buen ladrón que está con Jesús en el Paraíso que interceda por cada uno de nosotros.
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¡Que Dios en su infinito amor y misericordia los bendiga a todos!

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