21 de marzo de 2018

Las Siete Palabras de Jesús en la Cruz: Quinta Palabra…

VBlog: Catequesis, Apologética & Predicación: Las Siete Palabras de Jesús en la Cruz – Quinta  Palabra…
Quinta Palabra: “Tengo sed” (Jn. 19, 28).

Invocación al Espíritu Santo
Oración de San Agustín
Ven a mí, Espíritu Santo, Espíritu de sabiduría: dame mirada y oído interior para que no me apegue a las cosas materiales, sino que busque siempre las realidades del Espíritu.
Ven a mí, Espíritu Santo, Espíritu de amor: haz que mi corazón siempre sea capaz de más caridad.
Ven a mí, Espíritu Santo, Espíritu de verdad: concédeme llegar al conocimiento de la verdad en toda tu plenitud.
Ven a mí, Espíritu Santo, agua viva que lanza a la vida eterna: concédeme la gracia de llegar a contemplar el rostro del Padre en la vida y en la alegría sin fin.  Amén.
Quinta Palabra: “Tengo sed” (Jn. 19, 28).
Lo primero que viene a mí mente fue esa Bienaventuranza de Jesús que nos dice: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados” (Mt. 5, 6).   Veremos que esta vez la sed del Señor no es saciada.   Pero durante el transcurso de esta reflexión veremos que somos corresponsables (o sea responsables con los demás bautizados) de saciar esta sed del Señor.
Yo usualmente tengo que tomar muchos medicamentos por me condición de la espalda (y otros padecimientos médicos) mí garganta sé reseca de tal forma que tengo que levantar varias veces a tomar agua.  Este ejemplo que he puesto es una leve comparación comparado con esta quinta palabra donde Jesús expresa que tiene sed.
En el caso de Cristo la sed física ocurrió debido a la pérdida de sangre.  Aunque ustedes no lo crean, ese fue sin duda uno de los más duros y rigurosos tormentos que el Señor tuvo en el suplicio de la cruz.  Sino pregúntele a un paramédico o profesional de la salud cuan peligroso puede ser la perdida de la sangre en una persona.
Es este momento solo un soldado que mojo una esponja que empapada en vinagre puesta en una vara de hisopo sé la acercaron a la boca (ver Jn. 19, 29).   No hay duda, que Jesús tuvo sed en el sentido humano pero esta palabra tiene otras significaciones más distintas y trascendentales.
En primer lugar, Jesús tuvo sed de hacer la voluntad del Padre que lo había enviado (ver Jn. 6, 38) o sea tenía sed de beber el cáliz que le había dado el Padre (ver Jn. 18, 11).  En este sentido podemos decir que Jesús fue el misionero del Padre (el que fue enviado del Abba-Dios).   Si, hermanos el Señor tenía sed también de realizar la misión que le había encomendado el “Abba-Dios”.
En esta misión que Padre le encomendó al Verbo Encarnado, la Segunda Persona Divina también tiene sed de que todas las almas sean redimidas y que sean salvadas.  Jesús tiene sed de darnos el Agua Viva o sea su Santo Espíritu (ver Jn. 4, 4-26) para vivir nuestra vida cristiana en santidad.  De esta forma, al darnos Jesús el Agua Viva por medio de la oración, los sacramentos, y el crecimiento en la fe vamos saciando la sed que estamos llamados a tener de NSJC y la Iglesia.
María Santísima, tú que muchas veces llevaste el cántaro de agua para saciar la sed de tu familia te pedimos hoy que con tu cántaro de la oración y de la intercesión sigas llenando la sed de todos los bautizados.  Pero durante el transcurso de esta reflexión veremos que somos corresponsables (o sea responsables con los demás bautizados) de saciar esta sed del Señor.

No hay comentarios.:

Consultas y Respuestas: Testimonios de Fe…

Las Bienaventuranzas como faro del examen de conciencia (Conclusión)

En estos tiempos en los medios de publicidad y de  “marketing”  (mercadeo) se nos presenta la felicidad temporera y efímera como si fuera  “...