21 de marzo de 2018

Las Siete Palabras de Jesús en la Cruz: Sexta Palabra…

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VBlog: Catequesis, Apologética & Predicación: Las Siete Palabras de Jesús en la Cruz – Sexta  Palabra…
Sexta Palabra: Todo está cumplido” (Jn 19, 30).

Invocación al Espíritu Santo
Oración de la Liturgia Bizantina
Rey celestial, Consolador, Espíritu de la verdad, que estás presente en todas partes y lo llenas todo.
Tesoro de todo bien y Fuente de vida, ven y haz de nosotros tu morada, purifícanos de toda mancha y salva nuestras almas, Tú que eres bueno.  Amen… Amen… Amen
Sexta Palabra: Todo está cumplido” (Jn 19, 30).
Jesús consiente de que la misión que le dio el Padre había finalizado, dice desde su altar mayor de la cruz nos dice “Todo está cumplido”.  Nos sigue diciendo el texto joánico que después que el Señor dijo esta sexta palabra nos dice: E inclinando la cabeza y entregó su espíritu (Jn. 19, 30).
Si yo le pregunto a usted hermano(a) ¿Qué vino a realizar en esta vida Jesús de Nazaret? Unos sin duda me dirían que vino a hacer milagros (signos), otros quizás me dirían vino a sanar a los enfermos, y otros me dirían vino a redimirnos y a salvarnos. 
No hay duda de que el Señor realizo todas estas cosas en especial las últimas dos que acabo de mencionar (la redención y la salvación) pero hay algo que hemos pasado por alto y que fue lo principal que Jesús realizo en su vida terrena.  ¿Qué fue dinos ya?  El Señor vino a realizar la voluntad del Padre (del Abba-Dios).
Si el Verbo Encarnado no hubiese realizado la voluntad del Padre no hubiese hecho nada de lo que mencione previamente (milagros {signos}, sanación, redención y salvación) nada de esto hubiese sucedido.  Y vemos el Señor hizo hasta el final la voluntad del Abba-Dios, sin peros.; (sin excusas) sino con dedicación y entrega fidedigna con una gran comunicación en la oración con el Padre durante toda su vida terrena.
En varias veces nos dice que el vino a este mundo a cumplir la voluntad de quién lo envió (ver Jn. 6, 38), el Padre Dios.  Y no solo eso, sino que además dio testimonio del Padre. Podemos ver cómo Jesús les dice a sus discípulos cuando estos les insistían que comiera: Mi alimento es hacer la voluntad de aquel que me ha enviado y llevar a cabo su obra (Jn. 4, 34).
En los momentos donde la prueba es más fuerte Él le pide al Abba en oración que se haga la voluntad del Padre y no la de Él (ver Mt. 26, 39).  También vemos cómo Felipe le dice al Señor muéstranos al Padre (ver Jn. 14, 8-14) a esto sigue toda una catequesis de parte de Jesús a sus discípulos y apóstoles.
La Carta a los hebreos nos da versículos parecidos a estos último que acabo de mencionar.  No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo cómo nosotros menos en el pecado.  Por eso, comparezcamos confiados ante el trono de la Gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia para un auxilio oportuno (Heb. 4, 15-16).
Cuantas veces que muere un familiar o pariente cercano ya sea de sangre (o una amistad íntima) estos cuando están preparados porque han perseverado en la fe hasta el momento culminante de esta vida terrena podrán decir cómo San Pablo: He combatido el noble combate, he acabado la carrera, he conservado la fe.  Por lo demás, me está reservada la corona de la justicia, que el Señor, juez justo, me dará aquel día; y no solo a mí, sino también a los que hayan aguardado con amor su manifestación (2Tim. 4, 7-8; ver 1Cor. 9, 26).
El Señor con su muerte ha puesto el punto final al viejo mundo del odio, de la injusticia, la discordia y el pecado por medio de la fe, de la esperanza y de la caridad fraterna (virtudes teologales que adquirimos en nuestro Bautismo) comenzamos un nuevo mundo donde reina el amor, la justicia, la paz y la gracia de Dios.  Sé ha cumplido plenamente los tres sustantivos con los cuáles el Señor de definió: el Camino, la Verdad y la Vida (ver Jn. 14, 6).
--> Cómo buen hijo quiero pedirle a María Santísima junto a su amado Hijo que supo combatir el noble combate, supo correr la carrera de la vida y conservar integra la fe, le esta reservada  la corona no solo de la justicia sino además la corona de Reina de la Jerusalén Celestial.  Ella estará junto a su Hijo cuando este premie a los que hayan aguardado con amor su manifestación por todo eso y mucho más le pedimos que ore e interceda por todos los bautizados sus hijos.



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