4 de agosto de 2018

Preguntas & Respuestas: Contradicción en Citas sobre San Pedro en los Hechos de los Apóstoles…

Pregunta:
Mi duda es ¿Por qué si Pedro afirma en el primer versículo (Hch. 2, 38) que con el bautismo de Jesús se recibe el don del Espíritu Santo, en este otro texto (Hch.  8, 15-17) dice que aunque recibieron el bautismo de Jesús no recibieron el Espíritu Santo?  Me atrevo a decir que se contradice o que es lo que no logro entender.
Pregunta:
Me ayudan con la siguiente duda sobre el sacramento del bautismo y la confirma: El texto bíblico que respalda en parte la enseñanza del bautismo es “Pedro les contestó: ‘Conviértanse y que cada uno de ustedes se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para perdón de sus pecados; y recibirán el don del Espíritu Santo” (Hch. 2, 38).  Quiero que se centren la atención en que con el bautismo se recibe el don del Espíritu Santo.
Por otra parte el texto que respalda la enseñanza de la confirma es: “Estos bajaron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo; pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos; únicamente habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús.  Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo” (Hch.  8, 15-17).  En este caso dice que recibieron el bautismo de Jesús pero no recibieron el Espíritu Santo.
Mi duda es ¿Por qué si Pedro afirma en el primer versículo que con el bautismo de Jesús se recibe el don del Espíritu Santo, en este otro texto dice que aunque recibieron el bautismo de Jesús no recibieron el Espíritu Santo?  Me atrevo a decir que se contradice o que es lo que no logro entender.
Pregunta realizada vía Facebook por el Grupo: Preguntas Bíblicas Católicas
Respuesta:
Hace unos días atrás publiqué en mí Blog: Catequesis de Adultos una explicación que hice sobre cómo interpretar la Palabra de Dios correctamente. 
Resumiendo la reflexión antes presentada hay que tener en cuenta varias cosas.
Primero las Fuentes de la Revelación Divina según es enseñada en la Iglesia Católica que son la Tradición Apostólica y la Palabra Escrita o Biblia (Constitución Dogmática Dei Verbum {DV # 9}).
@ Luego que los Católicos nos dejamos llevar por el Magisterio de la Iglesia a quién el mismo Jesucristo la dejo la encomienda de enseñar la verdadera interpretación de las Escrituras (ver DV # 10).
@ Los católicos además a la hora de interpretar la Biblia nos dejamos llevar según los distintos contextos que sé nos presentan en la Palabra de Dios (ver Catecismo de la Iglesia Católica { DV # 12, 2; CIC # 110}).
@ Con todo esto, hay que conocer cuáles son sentidos que sé dan el la Palabra de Dios cómo lo son el sentido literal y el sentido espiritual.  Este último sé subdivide en tres distintos sentidos que son: sentido alegórico, sentido moral y el sentido anagógico (ver CIC # 117).
Es también muy beneficioso conocer las propiedades o características que sé encuentran en las Sagradas Escrituras que son la unidad, la inerrancia y la santidad.  De igual forma sería muy conveniente conocer al menos lo básico sobre los idiomas con que sé escribió la Biblia (en especial para con los términos más comunes o usados y su contexto literario) que son el hebreo, el arameo y el griego.
Recursos para la interpretación bíblica:
* Oración para la asistencia del Espíritu Santo… para recibir la gracia, los dones.
* Conocer las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia en especial la de los Papas…
* Biblia Católica (con una traducción fiable)…
* Biblia de Estudio “Didaje” CE España
* Diccionario Bíblico Católico
* Libro de Comentarios Bíblicos
* Catecismo de la Iglesia Católica
* Código de Derecho Canónico
* Padres de la Iglesia
* Conocer la Historia de la Iglesia
* Colección de los libros (3) “Jesús de Nazaret” (Benedicto XVI)…
El sentido literal no significa interpretar al pie de la letra el texto, sino tratar de buscar el sentido que le dio el autor mismo de ese texto, teniendo en cuenta la intención del autor, el auditorio a quien se dirigía, la situación de su tiempo y el género literario empleado. Este sentido literal requiere del uso de la crítica en sus dos vertientes: la literaria y la histórica.
La crítica literaria analiza el género literario en que está escrito ese libro de la Biblia.  La crítica histórica trata de descubrir la historia literaria del libro o pasaje bíblico en cuestión, ubicando la época y cultura en que se escribió y de esta forma poder conocer la intención teológica del hagiógrafo o autor sagrado.
Ahora tratemos de aplicar lo antes mencionado sobre la interpretación bíblica.
¿Veamos cuál era la situación en ambos de estos textos de los Hechos de los Apóstoles?  Antes de hacer esto cabe mencionar que muchas veces en la Biblia para comprender un texto es muy recomendable leer antes y después de dicho texto.
En el primer texto es muy meritorio comenzar a leer desde Hch. 2, 12 y finalizar en Hch. 2, 41.  Enseguida nos daremos cuenta de que este texto nos habla de la predicación de Pedro tras la venida del Espíritu Santo en Pentecostés.  Aquí es ejemplar cómo Pedro acentúa la necesidad del perdón de los pecados para que llegue el Espíritu Santo.  El género literario de este texto es la homilía.
Vuelvo recalcar que si Felipe (uno de los 7 diáconos que ordenaron los apóstoles ) había bautizado lo más posible era que el al no ser apóstol no podía o sé limitaba de imponer las manos.  Esta sin duda alguna pudo ser una razón validad y fiable.
Hay que recordar que el signo externo de la realidad interna (espiritual) de recibir el Espíritu Santo era la imposición de la manos.  Además que los sacramentos desde los tiempos apostólicos fueron evolucionando hasta llegar a ser lo que son y representan en la actualidad.  Recordemos que hasta antes del Concilio Vaticanos II (o hasta un poco después) el Sacramento de la Confirmación el niño teniendo en 1 año a tres años de edad.
El segundo texto nos habla de cómo Pedro y Juan confirmaron la obra evangelizadora de Felipe con los samaritanos.  Aquí sin duda alguna es muy conveniente comenzar nuestra lectura en lo que sé nos dice que sucedió previamente a este evento en Hch. 8, 9 al Hch. 8, 25.  Aquí San Lucas nos presenta la situación que sufrió la comunidad cristiana de Samaria con el Mago Simón.  Este texto nos presenta el género literario de la narración.
Ya esto nos da una excelente pista porque el hagiógrafo Lucas nos dice que NO habían recibido el Espíritu Santo.  O sea que para que el Espíritu Santo llegue al bautizado es necesario la recta intención además la verdadera conversión para que Dios haga su obra en los que recibieron el bautismo.  Cómo mencione previamente hay que tener en cuenta los distintos contextos y en este caso el contexto histórico.
No podemos hablar sobre quién recibió o no el Espíritu Santo porque simplemente no lo sabemos solo Dios lo sabe.  Los magos de ese entonces tenían sus seguidores y estos muchas veces eran casi adorados cómo dioses (contexto histórico).  En el caso de que con Simón el Mago fuera así sin duda los seguidores de este no habían obtenido el Don del Espíritu Santo.  Recordemos que Simón (mago) asombró a muchos (ver Hch. 8, 9-12) o sea que sin duda tenía seguidores.  Aunque esto disminuyó cuando Felipe comenzó a predicar a los samaritanos (ver Hch. 8, 12-13).
Un detalle muy importante recordar es que no podemos quedarnos aquí con el sentido literario ya que el sentido espiritual busca o usa otras metodología para su reflexión ambas están de una forma u otra relacionada y hasta conectadas.
Veamos el sentido espiritual de estos textos.
¿Cuál es el sentido alegórico de esta cita bíblica?
Todo este primer texto nos va describiendo todo lo que sucedió con Jesús cómo el plan de Dios para darnos la salvación.   Aquí entran en juego dos pasos que Pedro utilizó para demostrar que Cristo Jesús es el Mesías y Salvador que desde siglos antes ya anunciaban los profetas (Is. 2, 2; Jl. 3, 1-5; Sal. 18, 6; Rm. 10, 9-13; 2Sam. 7, 12; Sal. 132, 11; Is. 57, 19).  El primero fue dar testimonio de Jesús y lo segundo fue la reacción de los oyentes.  “¿Qué tenemos que hacer, hermanos?” (ver Hch. 2, 37-39).
El sentido alegórico del segundo texto es básicamente el mismo que el del primer texto.  Pero además de eso, este texto resulta ser un espejo en el cuál nos debemos mirar.  ¿Cuan opaco o claro me veo o cuan opaco o claro sé ve mí comunidad parroquial ante este espejo?
Nuestro segundo texto nos presenta la gran trascendencia de la salvación que no hay riquezas en este mundo que la pueda comprar.  Los sacramentos y los dones del Espíritu Santo son instrumentos que Dios pone para nuestra salvación. 
Hay que tener mucho cuidado en no confundir ingenuamente los milagros los cuáles siempre son obras de Dios y que se dan en ocasiones para respaldar y avalar la predicación de la Iglesia.  Más importante es no confundir la verdadera religión (religar o tratar con Dios) con la magia, la brujería y la nueva era (que de nueva no tiene nada) ya que estas ultimas mencionadas suelen dejar cierto asombro artificial y de falacia.
Veamos el sentido moral…
La moral siempre nos encamina a realizar el bien y lo que es justo.  Nos podrimos preguntar ¿Dónde entra la dinámica del pecado en la moral?  El pecado de por si es una injusticia además de ser una ofensa a Dios.  La salvación en la mentalidad de Dios es el mayor y más sublime bien.  Las salvación junto al Amor de Dios la es lo más trascendentalmente justo que pueda existir.  Este primer texto aunque no lo diga por escrito, implícitamente lo expone vivamente.
De estos eventos (segundo texto expuesto) en los Hechos de los Apóstoles nace lo que sé le suele llamar la simonía.  ¿Qué es la simonía?  Básicamente es el querer comprar o vender vienes espirituales por medio de material o monetario.  Este es el primer fruto pecaminoso e inmoral que nace de esta situación.  De aquí podemos deducir que los sacramentos no son varitas mágicas sino que nuestra intención recta e integra van a depender mucho de cuál efectivo y fructíferos sean los sacramentos.
Sentido Anagógico…
Aquí es indispensable entender que Cristo Jesús les deja los sacramentos a los apóstoles y a la Iglesia para la salvación.  En esta trascendencia estriba el sentido anagógico de este primer texto de los Hechos.  El primero de estos textos de los Hechos nos presenta el perdón de los pecados y el don del Espíritu Santo cómo los primeros frutos para la salvación en el Bautismo.
El sentido anagógico busca descubrir la significación eterna de los textos bíblicos.  La salvación sin duda alguna entra en ese renglón de las significaciones eternas.  Ya que la salvación nos quiere llevar al plano de la eternidad.  La simonía y la corrupción espiritual destruyen y atrofian esa meta final (salvación) que poseemos todos los bautizados.  Este segundo texto nos muestra esa problemática.
Es muy importante ver las características pecaminosas que presentó Simón para aprender de ellas:
@ Careció de la verdadera fe
@ No supo buscar la unión y relación íntima con Cristo
@ Solamente sé enfoco (debido a su vanidad y ambición) en los poderes de los milagros sin tener en cuenta la esencia de estos que es el mismo Dios.
Es necesario un examen de conciencia tanto en lo personal cómo en lo comunitario y eclesial.  Ya que de alguna u otra forma todos podríamos ser ese Simón.  En especial cuando somos anti-testimonio.  Es muy importante pedirle a Dios en oración que aumente y fortalezca nuestra fe.
Cómo sé puede apreciar lo que aparenta ser una contradicción no necesariamente finaliza cómo tal.  Recordemos que Dios sé revela con un lenguaje humano.  Aquí lo importante es que Dios es infalible en su Palabra Divina en todo lo que sé refiere a la fe, la moral y más aún en cuanto a la salvación sé refiere.
¡Santa María Madre de la Iglesia ruega por nosotros!

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