En algún
momento en que hayas leído tu Biblia te has preguntado cómo llegaron los capítulos
y versículos a la misma. Antes de contestar
esto es muy necesario tener claro ciertos puntos aclaratorios.
Cómo
buenos y santos católicos que deseamos ser: ¿Cuáles son las Fuentes de la
Sagrada Revelación? Estas son la Sagrada
Tradición o Tradición Apostólica o sea la Palabra no escrita y la Palabra
Escrita o Sagradas Escrituras que comúnmente llamamos Biblia.
Veamos
lo que nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica (CIC): “La Tradición y la
Sagrada Escritura ‘están íntimamente unidas y compenetradas. Porque surgiendo
ambas de la misma fuente, se funden en cierto modo y tienden a un mismo fin’
(DV # 9). Una y otra hacen presente y fecundo en la Iglesia el misterio de
Cristo que ha prometido estar con los suyos ‘para siempre hasta el fin del
mundo’ (Mt 28,20)” (CIC # 80). El mismo
CIC resumiendo ese capítulo nos dice: “‘La santa Tradición y la sagrada
Escritura constituyen un único depósito sagrado de la palabra de Dios’ (DV #
10), en el cual, como en un espejo, la Iglesia peregrinante contempla a Dios,
fuente de todas sus riquezas” (CIC # 97).
Además
de esto es muy importante tener en cuenta los cinco pasos que sé dieron para que
sé formara la Biblia cómo la tenemos hoy en día. Estos fueron los Eventos (AT sé dieron en
unos 2000 años y en el NT sé dieron en unos 100 años), la Tradición Oral, la Tradición
Escrita, la Edición y la Canonicidad.
En
los siguientes enlaces podrás ver cómo explico cada uno de estos pasos.
Los
primeros en realizar un intento en dividir en secciones la Ley (es decir los primeros
cinco libros del AT que suelen ser llamados Pentateuco) fueron los judíos. Al regresar del Destierro de Babilonia con
Esdras y Nehemías sé inician las sinagogas en ese entonces no cómo lugar de
culto sino más bien cómo lugar de estudio de la Torah en especial para aquellos
que sé le hacía más difícil llegar al Templo de Jerusalén.
Es allí
en las sinagogas donde esta primera división en secciones de la Ley o Torah. A esta división de la Torah le llamaban en
hebreo ‘perashiyyot’ que significa divisiones. Estas separaciones estaban anotadas
en el margen de los manuscritos, con la letra ‘p’. De aquí en adelante esta será la división en secciones que sé usaran en las
reuniones cultuales.
Los
judíos solían o trataban de leer toda la Torah en un año por eso fue dividida
en 54 secciones (o las semanas que tuviera dicho año en particular). Hay que recordar que el calendario judío siempre
ha sido lunar y que por ende habían años que podían tener más de 54 semanas.
Los
Profetas no fueron divididos con la misma cantidad de semanas por año. Esta división de los profetas en trozos era
llamada ‘haftarot’ que significa despedidas.
Desde
los inicios apostólicos en la Iglesia los cristianos usaban en la celebración litúrgica
de la Eucaristía rollos de la Ley, los Profetas y los libros del Nuevo
Testamento divididos en secciones o capítulos similar a cómo los tenían los judíos.
Existen
manuscritos que datan del siglo V con estas divisiones bíblicas. Por ejemplo, con esta antigua clasificación los
evangelios tenían la siguiente cantidad de capítulos Mateo 68, Marcos 48, Lucas
83 y Juan 18.
Con
esta clasificación obtuvo beneficios pero solo en el aspecto litúrgico. Lo que implica que esta clasificación no era
beneficiosa para el estudio bíblico. Esto
no quiere decir que no sé estudiara la Biblia por el contrario ejemplo de eso
fueron los Padres de la Iglesia.
Iniciado
ya el siglo XIII fue Stephen (Esteban) Langton (n 1150 – m 1228) Cardenal y
Arzobispo de Canterbury (Inglaterra).
Este realizo una división en una versión corregida de errores de transcripción
de la Biblia Vulgata.
Esta
división más tarde sería copiada a la Biblia Hebrea y a la Biblia de los
Setenta que era (y es) la versión griega del Antiguo Testamento que siempre ha
usado la Iglesia Católica. Ya para
cuando muere Langton las librerías en Paris, ya este fue profesor de teología en
la Sorbona (Francia) divulgaban su creación con una nueva versión de la Biblia
Latina (Vulgata) que llamaban ‘Biblia Parisiense’ (o Parisina) que fue la
primera Biblia divida en capítulos.
Esta
división en capítulos de Langton tuvo una aceptación muy sobresaliente. En
1525 el rabino judío Jacob Ben Hayyim (o Jayim) publicó una versión de Canon
Hebreo en Venecia. Desde ese entonces la Biblia Hebrea ha tenido esta misma clasificación de
Langton.
Aunque
esta clasificación no fuera perfecta ya hasta cierto grado sé hacía más fácil el
estudio bíblico. Eventualmente esta división
también tuvo que ser mejorada. Aquí es
que entramos a la división de los capítulos en versículos.
En
1541 el judío converso Santos Pagnino (Luca, Italia) quien luego ingresaría a
la Orden de los Predicadores conocida cómo los Dominicos fue el primero en
dividir los capítulos en versículos numerados.
La impresión de esta Biblia fue realizada en Lyon, Francia. Sin embargo no fue este quién fuera el autor
de la división de versículos cómo la tememos actualmente sino al editor
protestante Roberto Stefano. Este usó la
división de Pagnino añadiéndole unas pequeñas modificaciones.
Por
razones desconocidas al el dominico Pagnino no puedo realizar la división en versículos
de los Libros Deuterocanónicos (Tobías, Judit, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc, I
y II Macabeos) asumiendo la tarea Stefano de realizar dicha división. Según narraba y atestiguó el hijo de Stefano
esa primera división de versículos no fue de su agrado realizando este una
segunda mientras este iba viajando a caballo de París a Lyon.
Stefano
dio publicación al Nuevo Testamento en el 1551.
En 1555 es cuando publica la Biblia con ambos testamentos. De esta forma este sé convirtió en ser al
autor de ser el autor de publicar la Biblia Vulgata (en latín). La Biblia Hebrea no vendría a ser publicada
con versículos hasta el 1572.
El
Papa Clemente VIII fue quién tomó la iniciativa para que sé publicara una nueva
edición en bíblica (Vulgata) en latín para el uso oficial de la Iglesia la fue
realizada en el 1592. Esta fue la
primera versión bíblica que finalmente adopto la Iglesia Católica con capítulos
y versículos.
Hay
que recordar que de la misma manera que la Iglesia y su Magisterio nos
recuerdan continuamente el hacer reflexión con examen de conciencia por
nuestras fallas y errores de la misma forma esta (con su magisterio) esta
haciendo continuo “examen de conciencia” y reparar las imperfecciones humanas
de sus textos. Cómo sería en el corregir
detalles de uno u otro lado sobre la división de capítulos y versículos de las
versiones bíblicas.
¡Que
quede muy claro que aquí no hablo de los textos ya que esos son infalibles!
¡Que
Dios y su Espíritu Santo quién es el Autor Infalible de toda la Palabra de Dios
nos guíe siempre a comprender y a serles obediente tal cómo nos lo propone la
Iglesia, ya que esta siempre ha tenido la vocación de ser Madre y Maestra!
María
Santísima Madre del Verbo Encarnado fuente y origen de la Revelación Divina ora
e intercede para que siempre le seamos obedientes y fieles a Hijo muy Amado y
la Única Iglesia que EL fundó la Iglesia Católica.
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