Para los que tenemos la experiencia
de ser o de haber sido catequistas siempre o con mucha frecuencia nos hemos
preguntado ¿Cómo realizar una catequesis efectiva?
Sea el área o etapa que seamos o
hayamos sido catequistas pregunta cómo estas siempre aparecerán en nuestra
mente. Una pregunta que sin duda debemos
hacernos es la siguiente. ¿Cómo ser un catequista que proporcione una
evangelización y formación en la fe trasmitidas de manera eficiente?
Estas y otras preguntas similares además
sé podría aplicar para los que trabajamos en otras áreas de la evangelización cómo
podría ser coordinar un grupo de jóvenes y hasta de adultos sea cuál sea el
carisma y la vocación que estos tengan en particular. Además sin duda alguna sé pueden aplicar a los
que nos dedicamos al ministerios de la predicación y la apologética. Ya que estos los realizo Jesús de una forma u
otra.
Para comenzar a tener una idea básica
sobre lo que es catequizar comencemos por algunas definiciones. La palabra catequesis nos viene del latín ‘catechēsis’
que significa ‘instruir sobre la religión’.
Hay que recordar que algunas palabras en latín tienen su origen en el
griego (especial griego koiné o griego del pueblo). La ‘catechēsis’ viene del griego ‘katéchesis’
que significa ‘instruir a viva voz’.
Cuando leemos las paginas de los evangelios nos podremos dar cuenta que
eso con íntimo amor y pasión es lo que hacía Jesús.
El modelo de catequista
más adecuado nos lo da el mismo Jesús y por ende el perfil por excelencia para
ser un excelente catequista lo tiene Él. El mejor testimonio de esto es la misma
Revelación Divina (o sea la Palabra de Dios no escrita que la Iglesia llama
Tradición Apostólica y la Palabra de Dios escrita que solemos llamar Biblia). Hay algo en su modo de hablar, interactuar y
compartir el Reino de Dios, que son claves tan esenciales para nosotros que
iluminaran nuestro ministerio catequético.
Personalmente creó que
el Sermón de la Montaña (capítulo 5º del Evangelio de San Mateo) el cuál en la
Biblia de Jerusalén Latinoamericana es llamado el ‘Discurso Evangélico’ más que
una predicación es una catequesis. Sin
duda alguna las Bienaventuranzas (Mt. 5, 1-12) es el núcleo principal y
fundamental de toda esta catequesis.
Propongo a continuación unos
consejos o claves muy apropiados y que nos pueden ayudar a mejorar nuestra
catequesis. Tengamos en cuenta si
queremos enseñar cómo Cristo Jesús enseñó, nuestra catequesis debe ser
cristológica. Además tengamos en cuenta de
quién Jesús aprendió fue su Madre María por ende la catequesis debe ser
mariológica también.
La catequesis que
realizas da conocer a Cristo. Si evangelizar y catequizar tienen como tarea
central anunciar a Cristo, pues debemos conocerlo, amarlo y seguirle primero. ¿Qué piensas y qué crees sobre eso que he
dicho? Es una cuestión tan obvia que a
veces ha sido minimizada y olvidada.
Desde San Juan XXIII, Beato
Pablo VI, San Juan Pablo II, y los papas que han tenido la vocación Petrina después
de este último mencionado han enfatizado grandemente que ya no basta con ser católico
porque mí abuelita o mis padres eran católicos sino que por propia convicción y
teniendo un encuentro y relación personal con Cristo y con la única Iglesia que
Cristo fundó, la Iglesia Católica.
Conocerlo es encontrarse
con Él (esta es una palabra clave en la catequesis y todo tipo de
evangelización en general). Eso es una
respuesta a su iniciativa de amor. Recuerda
que Jesús te llama por tu nombre y te desafía a seguirle: “Saulo, Saulo, ¿Por
qué me persigues?” (Hch. 9, 4). Después de
conocerlo y encontrarnos con El nos toca en fidelidad y perseverancia
testimoniarlo con nuestra vida por amor a El y los hermanos. El problema muchas veces estriba que estas
toda esta terminología que es alusiva al seguimiento de Cristo y de la Iglesia
nos los hemos dejado ‘robar’ de las denominaciones protestantes en especial de
las sectas. ¿Qué nos toca hacer? ¡Sencillo, recuperarla!
La catequesis que
realizas te motiva formarte en la fe. Luego de conocer a alguien, es
posible amarlo. No hay mejor manera de
amar a alguien que siguiendo sus enseñanzas (ver y leer Jn. 14, 15). Si la catequesis comienza con el anuncio
kerigmático (la primera vez que escuchamos de Cristo y de la Iglesia) de que
Dios te ama, luego viene entonces el caminar catequético de la formación en la
fe, no temporal, sino permanente.
Dios cómo Trinidad Santísima
es el Misterio de los misterios de fe cristiana. Que implica esto que un día, una semana, un
mes, un año, una decena (10) de años o hasta un centenar (100) de años no son
suficientes para conocer la fe y los misterios de fe cristiana. Aunque muy bien sé dice en teología (estudio
sobre Dios) que “los misterios no son para verlos sino más bien para creerlos”.
Recordemos lo que nos
dice San Pedro que debemos “dar razón de nuestra esperanza” (cf. 1Pe. 3, 15) a
todo aquel que nos pregunte de una forma u otra. Reconociendo que “no podemos dar lo que no
tenemos” la formación permanente en la fe es de suma importancia para todos los
católicos. Cada día, Dios de una forma u
otra nos brinda la oportunidad de aprender algo nuevo sobre la fe cristiana. ¿Si
o no? ¡Ya lo creó que si!
La formación en la fe
nunca ha de terminar. Jesús le dijo a Pablo:
“Ahora levántate, entra en la ciudad y allí te dirán lo que debes hacer” (Hch.
9, 6). Esa es la verdadera formación, ir
con nuestra Santa Madre Iglesia que tiene las enseñanzas de Cristo a que nos
digan lo que debemos hacer. Un ejemplo
de esto último que he mencionado lo es en nuestros días el Catecismo de la
Iglesia Católica (CIC). Además este
contiene
La catequesis que
realizas usa la Biblia (Palabra de Dios). Decía San Jerónimo: “Quien no
conoce las Escrituras, no conoce a Cristo”. Esta es una verdad importantísima y de mucha
trascendencia. Lo pudiéramos parafrasear
de la siguiente manera ‘no hay una excelente catequesis si no hay en ella el
uso de las Escrituras’.
No deja de sorprenderme
y la misma vez preocuparme muchísimo como es que un(a) catequista sea capaz de
enseñar su clase de la catequesis sin usar las Escrituras y más aún sin
conocerlas.
¡Hermanos seamos claros!
No es de justificar una sesión o clase
con una frase bíblica, se trata más bien de reconocer la autoridad que tiene en
nuestro ministerio y de empapar nuestras vidas de la Palabra de Dios para poder
cumplirla. ¡Pidamos los dones de conocer y saber interpretar la Palabra de Dios
tal cómo enseña la Iglesia (quién es Madre y Maestra)! (ver y leer CIC # 110).
La catequesis que
realizas te motiva a la oración (antes, durante y después). ¿Has ido alguna ocasión a una sesión
catequética en donde se hace de todo, menos oración? Hablamos de la oración en
los términos de Santa Teresita de Lesieux: “La oración no es una cuestión de
hablar mucho, sino de amar mucho”.
Cuando cambia el
paradigma, modelo o prototipo tradicional de creer que la oración significar
hablar bonito, auto complacerse o hacer por hacer, entonces nos damos cuenta de
que la oración se expresa, si vive y se comparte en cada momento. Jesús les
enseñó a sus discípulos a orar con el Abba Nuestro (Padre Nuestro) que es todo
un proyecto de vida (ver y leer Mt. 6, 9-13).
Asistir a algún retiro ocasionalmente donde sé fomente en silencio y la oración
es grandioso beneficio espiritual.
La catequesis que
realizas es creativa. El Papa Francisco en la Exhortación Apostólica Evangelii
Gaudium (EG) dice: “Invito a todos a ser audaces y creativos…en los métodos de
evangelización” (EG # 33). No hay peor
catequesis que aquella que es aburrida. Podríamos
hacer la prueba y preguntarles a nuestros niños y jóvenes. Estos sin duda alguna suelen ser honestos por
su propia naturaleza.
Busquemos maneras de
decorar el ambiente; integremos elementos musicales de realce; encontremos
videos relevantes para la presentación; usemos la tecnologías a nuestro favor;
hagamos una sesión interactuada y no monólogos; desafiemos y retemos a la audiencia
de cara a Cristo.
Me acuerdo de que el fin
de semana pasada fui a una parroquia hermana y vecina a colaborar en un día de formación
para los catequistas. El párroco un
sacerdote joven y muy dinámico les estaba hablando sobre algunas ideas que podían
incorporar con los niños de la catequesis el día Halloween. Cómo el pedir que representar a algún santo(a)
y que estos hablaran algo breve sobre estos.
Sobre esto yo le
explicaba que el día de Halloween no era en su origen un “día pagano” sino que
era “un día popular religioso” podríamos decir.
Ya que esta palabra ‘Halloween’ viene del ingles antiguo “whole (or all)
hallow eve” que significa ‘la víspera de los santos’. Con el pasar de los tiempos esta celebración fue
adquiriendo un sentido pagano (o neopagano).
En especial por la influencia de los medios de comunicaciones seculares.
Esto que este sacerdote
estaba diciendo la Iglesia lo ha estado haciendo desde el mismo tiempo de los apóstoles
y sé llama ‘evangelizar las culturas’. Esto
es algo que nos toca realizar con mayor énfasis en nuestros días.
Uno de los recursos que
yo personalmente aprendí desde que trabajé cómo agente de pastoral juvenil en
distintos lugares, diócesis y parroquias fue el uso de las dinámicas. Esta sin duda alguna también son un gran
recurso para la catequesis. Hay
distintos tipos de dinámicas dejos algunos enlaces donde más información sobre
estas.
Sitios Web que pueden
encontrar dinámicas para la catequesis:
La catequesis que
realizas te anima a estudiar y aquí no hablo solamente de la preparación de las
clases. A diferencia de la formación
en la fe que tiene una dimensión comunitaria inmediata, el estudio es en
primera instancia, un crecimiento personal, pero que luego se debe proyectar hacia
la edificación del pueblo.
El que no estudia, tarde
que temprano se queda obsoleto. ¡Eso es
así de sencillo! El estudio acompañado
de la oración es una arma poderosísima que nos permite nutrir nuestra
inteligencia y conocimiento. Veamos lo que solía decir San Juan Bosco:
“Alegría, estudio y piedad, el mejor programa para hacerte feliz y que
beneficiará tu alma”.
La catequesis que
realizas te motiva a hacer uso de tus dones. En conclusión pero no con menos magnitud o importancia,
es conveniente e importante descubrir cuáles talentos Dios te ha dado. Los talentos al igual que los carismas son
para beneficio de la comunidad eclesial.
El discernimiento es importante, y en algunas ocasiones de manera natural,
tú mismo(a) puedes darte cuenta de cuáles son tus potenciales.
Por ejemplo, si sabes
cantar, sin duda alguna ese sería un grandioso don dentro de la evangelización
(catequesis, pastoral parroquial, etc.) para la animación y motivación. Estas dos son de vital importancia en la
catequesis. Si sabes hacer decoraciones,
es una excelente idea usar ese talento o don para la catequesis. Si sabes contar o narrar cuentos, lo podrías usar
también. Si sabes de tecnología, puedes implementar
el uso de equipos electrónicos en tu clase de catequesis y de esta forma podrás hacer la
clase más dinámica.
Invirtamos en nuestros
dones y talentos como aquel siervo fiel: “Señor, me distes dos talentos, mira,
he ganado otros dos talentos” (cf. Mt. 25, 22).
Mí abuelo solía decir que “un talento nos puede llevar a otro(s), solo
que debemos discernir bien cómo usarlos bien y pedirle a Dios cómo ganar otros
para el bien de los demás”.
En una reflexión que escribí
para el Catholic.net hace algunos años atrás recomendaba (y aún las sigo
recomendando tres fases que muy personalmente me han dado muchos frutos en la
catequesis. Estas son: Fase Informativa,
Fase Inspiradora y la Fase compromiso.
Les dejo el enlace de dicha reflexión en mí Blog: CdeA (Catequesis de
Adultos).
https://catequesisdeadultos.blogspot.com/2008/01/catequesis-de-adultos-un-reto-para-toda.html
(Nota: Esta reflexión esta también en la Web
del Catholic.net pero en mí blog tiene una ‘adiciones’ y ‘retoques’ que le
hice a dicha reflexión.)
Quisiera concluir de la
misma forma que finalice la reflexión antes mencionada. Es nuestro deber tomar parte en esta
extraordinaria función de la catequesis de una u otra forma. Si quieres ser parte de esta importante
ministerio dentro de la Iglesia, habla con el (la) director(a) de educación
religiosa (o coordinador(a) de catequesis), con tu párroco o sacerdote en
comunidad. Yo estoy completamente seguro de que tu aportación será de gran
utilidad dentro de tu comunidad eclesial parroquial.
¡Que el Espíritu Santo que con su gracia y sus dones
nos inspira y nos llama a ser cómo Cristo Jesús sacerdotes, reyes y profetas
nos guíe siempre esta Triple Misión!
¡María Santísima Madre
Sacerdotal, Madre de Realeza y Madre Profética ora e intercede siempre por
todos los bautizados ya que somos tus hijos!
¡Dios... Bendiga...
Amén!
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