10 de octubre de 2018

¿Cómo realizar una catequesis efectiva?


Para los que tenemos la experiencia de ser o de haber sido catequistas siempre o con mucha frecuencia nos hemos preguntado ¿Cómo realizar una catequesis efectiva?

Sea el área o etapa que seamos o hayamos sido catequistas pregunta cómo estas siempre aparecerán en nuestra mente.  Una pregunta que sin duda debemos hacernos es la siguiente. ¿Cómo ser un catequista que proporcione una evangelización y formación en la fe trasmitidas de manera eficiente?
Estas y otras preguntas similares además sé podría aplicar para los que trabajamos en otras áreas de la evangelización cómo podría ser coordinar un grupo de jóvenes y hasta de adultos sea cuál sea el carisma y la vocación que estos tengan en particular.  Además sin duda alguna sé pueden aplicar a los que nos dedicamos al ministerios de la predicación y la apologética.  Ya que estos los realizo Jesús de una forma u otra.
Para comenzar a tener una idea básica sobre lo que es catequizar comencemos por algunas definiciones.  La palabra catequesis nos viene del latín ‘catechēsis’ que significa ‘instruir sobre la religión’.  Hay que recordar que algunas palabras en latín tienen su origen en el griego (especial griego koiné o griego del pueblo).  La ‘catechēsis’ viene del griego ‘katéchesis’ que significa ‘instruir a viva voz’.  Cuando leemos las paginas de los evangelios nos podremos dar cuenta que eso con íntimo amor y pasión es lo que hacía Jesús.
El modelo de catequista más adecuado nos lo da el mismo Jesús y por ende el perfil por excelencia para ser un excelente catequista lo tiene Él.  El mejor testimonio de esto es la misma Revelación Divina (o sea la Palabra de Dios no escrita que la Iglesia llama Tradición Apostólica y la Palabra de Dios escrita que solemos llamar Biblia).  Hay algo en su modo de hablar, interactuar y compartir el Reino de Dios, que son claves tan esenciales para nosotros que iluminaran nuestro ministerio catequético.
Personalmente creó que el Sermón de la Montaña (capítulo 5º del Evangelio de San Mateo) el cuál en la Biblia de Jerusalén Latinoamericana es llamado el ‘Discurso Evangélico’ más que una predicación es una catequesis.  Sin duda alguna las Bienaventuranzas (Mt. 5, 1-12) es el núcleo principal y fundamental de toda esta catequesis.
Propongo a continuación unos consejos o claves muy apropiados y que nos pueden ayudar a mejorar nuestra catequesis.  Tengamos en cuenta si queremos enseñar cómo Cristo Jesús enseñó, nuestra catequesis debe ser cristológica.  Además tengamos en cuenta de quién Jesús aprendió fue su Madre María por ende la catequesis debe ser mariológica también.

La catequesis que realizas da conocer a Cristo.  Si evangelizar y catequizar tienen como tarea central anunciar a Cristo, pues debemos conocerlo, amarlo y seguirle primero.  ¿Qué piensas y qué crees sobre eso que he dicho?  Es una cuestión tan obvia que a veces ha sido minimizada y olvidada.
Desde San Juan XXIII, Beato Pablo VI, San Juan Pablo II, y los papas que han tenido la vocación Petrina después de este último mencionado han enfatizado grandemente que ya no basta con ser católico porque mí abuelita o mis padres eran católicos sino que por propia convicción y teniendo un encuentro y relación personal con Cristo y con la única Iglesia que Cristo fundó, la Iglesia Católica.
Conocerlo es encontrarse con Él (esta es una palabra clave en la catequesis y todo tipo de evangelización en general).  Eso es una respuesta a su iniciativa de amor.  Recuerda que Jesús te llama por tu nombre y te desafía a seguirle: “Saulo, Saulo, ¿Por qué me persigues?” (Hch. 9, 4).  Después de conocerlo y encontrarnos con El nos toca en fidelidad y perseverancia testimoniarlo con nuestra vida por amor a El y los hermanos.  El problema muchas veces estriba que estas toda esta terminología que es alusiva al seguimiento de Cristo y de la Iglesia nos los hemos dejado ‘robar’ de las denominaciones protestantes en especial de las sectas.  ¿Qué nos toca hacer?  ¡Sencillo, recuperarla!
La catequesis que realizas te motiva formarte en la fe.  Luego de conocer a alguien, es posible amarlo.  No hay mejor manera de amar a alguien que siguiendo sus enseñanzas (ver y leer Jn. 14, 15).  Si la catequesis comienza con el anuncio kerigmático (la primera vez que escuchamos de Cristo y de la Iglesia) de que Dios te ama, luego viene entonces el caminar catequético de la formación en la fe, no temporal, sino permanente. 
Dios cómo Trinidad Santísima es el Misterio de los misterios de fe cristiana.  Que implica esto que un día, una semana, un mes, un año, una decena (10) de años o hasta un centenar (100) de años no son suficientes para conocer la fe y los misterios de fe cristiana.   Aunque muy bien sé dice en teología (estudio sobre Dios) que “los misterios no son para verlos sino más bien para creerlos”. 
Recordemos lo que nos dice San Pedro que debemos “dar razón de nuestra esperanza” (cf. 1Pe. 3, 15) a todo aquel que nos pregunte de una forma u otra.  Reconociendo que “no podemos dar lo que no tenemos” la formación permanente en la fe es de suma importancia para todos los católicos.  Cada día, Dios de una forma u otra nos brinda la oportunidad de aprender algo nuevo sobre la fe cristiana. ¿Si o no?  ¡Ya lo creó que si!
La formación en la fe nunca ha de terminar.  Jesús le dijo a Pablo: “Ahora levántate, entra en la ciudad y allí te dirán lo que debes hacer” (Hch. 9, 6).  Esa es la verdadera formación, ir con nuestra Santa Madre Iglesia que tiene las enseñanzas de Cristo a que nos digan lo que debemos hacer.  Un ejemplo de esto último que he mencionado lo es en nuestros días el Catecismo de la Iglesia Católica (CIC).  Además este contiene
La catequesis que realizas usa la Biblia (Palabra de Dios).  Decía San Jerónimo: “Quien no conoce las Escrituras, no conoce a Cristo”.  Esta es una verdad importantísima y de mucha trascendencia.  Lo pudiéramos parafrasear de la siguiente manera ‘no hay una excelente catequesis si no hay en ella el uso de las Escrituras’.  
No deja de sorprenderme y la misma vez preocuparme muchísimo como es que un(a) catequista sea capaz de enseñar su clase de la catequesis sin usar las Escrituras y más aún sin conocerlas.
¡Hermanos seamos claros!  No es de justificar una sesión o clase con una frase bíblica, se trata más bien de reconocer la autoridad que tiene en nuestro ministerio y de empapar nuestras vidas de la Palabra de Dios para poder cumplirla. ¡Pidamos los dones de conocer y saber interpretar la Palabra de Dios tal cómo enseña la Iglesia (quién es Madre y Maestra)! (ver y leer CIC # 110).
La catequesis que realizas te motiva a la oración (antes, durante y después).  ¿Has ido alguna ocasión a una sesión catequética en donde se hace de todo, menos oración? Hablamos de la oración en los términos de Santa Teresita de Lesieux: “La oración no es una cuestión de hablar mucho, sino de amar mucho”.
Cuando cambia el paradigma, modelo o prototipo tradicional de creer que la oración significar hablar bonito, auto complacerse o hacer por hacer, entonces nos damos cuenta de que la oración se expresa, si vive y se comparte en cada momento. Jesús les enseñó a sus discípulos a orar con el Abba Nuestro (Padre Nuestro) que es todo un proyecto de vida (ver y leer Mt. 6, 9-13).  Asistir a algún retiro ocasionalmente donde sé fomente en silencio y la oración es grandioso beneficio espiritual. 

La catequesis que realizas es creativa.  El Papa Francisco en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (EG) dice: “Invito a todos a ser audaces y creativos…en los métodos de evangelización” (EG # 33).  No hay peor catequesis que aquella que es aburrida.  Podríamos hacer la prueba y preguntarles a nuestros niños y jóvenes.  Estos sin duda alguna suelen ser honestos por su propia naturaleza.
Busquemos maneras de decorar el ambiente; integremos elementos musicales de realce; encontremos videos relevantes para la presentación; usemos la tecnologías a nuestro favor; hagamos una sesión interactuada y no monólogos; desafiemos y retemos a la audiencia de cara a Cristo.
Me acuerdo de que el fin de semana pasada fui a una parroquia hermana y vecina a colaborar en un día de formación para los catequistas.  El párroco un sacerdote joven y muy dinámico les estaba hablando sobre algunas ideas que podían incorporar con los niños de la catequesis el día Halloween.  Cómo el pedir que representar a algún santo(a) y que estos hablaran algo breve sobre estos.
Sobre esto yo le explicaba que el día de Halloween no era en su origen un “día pagano” sino que era “un día popular religioso” podríamos decir.  Ya que esta palabra ‘Halloween’ viene del ingles antiguo “whole (or all) hallow eve” que significa ‘la víspera de los santos’.  Con el pasar de los tiempos esta celebración fue adquiriendo un sentido pagano (o neopagano).  En especial por la influencia de los medios de comunicaciones seculares.
Esto que este sacerdote estaba diciendo la Iglesia lo ha estado haciendo desde el mismo tiempo de los apóstoles y sé llama ‘evangelizar las culturas’.  Esto es algo que nos toca realizar con mayor énfasis en nuestros días.
Uno de los recursos que yo personalmente aprendí desde que trabajé cómo agente de pastoral juvenil en distintos lugares, diócesis y parroquias fue el uso de las dinámicas.  Esta sin duda alguna también son un gran recurso para la catequesis.  Hay distintos tipos de dinámicas dejos algunos enlaces donde más información sobre estas.
Sitios Web que pueden encontrar dinámicas para la catequesis:
La catequesis que realizas te anima a estudiar y aquí no hablo solamente de la preparación de las clases.  A diferencia de la formación en la fe que tiene una dimensión comunitaria inmediata, el estudio es en primera instancia, un crecimiento personal, pero que luego se debe proyectar hacia la edificación del pueblo.
El que no estudia, tarde que temprano se queda obsoleto.  ¡Eso es así de sencillo!  El estudio acompañado de la oración es una arma poderosísima que nos permite nutrir nuestra inteligencia y conocimiento. Veamos lo que solía decir San Juan Bosco: “Alegría, estudio y piedad, el mejor programa para hacerte feliz y que beneficiará tu alma”.
La catequesis que realizas te motiva a hacer uso de tus dones.  En conclusión pero no con menos magnitud o importancia, es conveniente e importante descubrir cuáles talentos Dios te ha dado.  Los talentos al igual que los carismas son para beneficio de la comunidad eclesial.  El discernimiento es importante, y en algunas ocasiones de manera natural, tú mismo(a) puedes darte cuenta de cuáles son tus potenciales.
Por ejemplo, si sabes cantar, sin duda alguna ese sería un grandioso don dentro de la evangelización (catequesis, pastoral parroquial, etc.) para la animación y motivación.  Estas dos son de vital importancia en la catequesis.  Si sabes hacer decoraciones, es una excelente idea usar ese talento o don para la catequesis.  Si sabes contar o narrar cuentos, lo podrías usar también.  Si sabes de tecnología, puedes implementar el uso de equipos electrónicos en tu clase  de catequesis y de esta forma podrás hacer la clase más dinámica.  
Invirtamos en nuestros dones y talentos como aquel siervo fiel: “Señor, me distes dos talentos, mira, he ganado otros dos talentos” (cf. Mt. 25, 22).  Mí abuelo solía decir que “un talento nos puede llevar a otro(s), solo que debemos discernir bien cómo usarlos bien y pedirle a Dios cómo ganar otros para el bien de los demás”.
En una reflexión que escribí para el Catholic.net hace algunos años atrás recomendaba (y aún las sigo recomendando tres fases que muy personalmente me han dado muchos frutos en la catequesis.  Estas son: Fase Informativa, Fase Inspiradora y la Fase compromiso.  Les dejo el enlace de dicha reflexión en mí Blog: CdeA (Catequesis de Adultos).
https://catequesisdeadultos.blogspot.com/2008/01/catequesis-de-adultos-un-reto-para-toda.html (Nota: Esta reflexión esta también en la Web del Catholic.net pero en mí blog tiene una ‘adiciones’ y ‘retoques’ que le hice a dicha reflexión.)
Quisiera concluir de la misma forma que finalice la reflexión antes mencionada.  Es nuestro deber tomar parte en esta extraordinaria función de la catequesis de una u otra forma.  Si quieres ser parte de esta importante ministerio dentro de la Iglesia, habla con el (la) director(a) de educación religiosa (o coordinador(a) de catequesis), con tu párroco o sacerdote en comunidad. Yo estoy completamente seguro de que tu aportación será de gran utilidad dentro de tu comunidad eclesial parroquial. 
¡Que el  Espíritu Santo que con su gracia y sus dones nos inspira y nos llama a ser cómo Cristo Jesús sacerdotes, reyes y profetas nos guíe siempre esta Triple Misión!
¡María Santísima Madre Sacerdotal, Madre de Realeza y Madre Profética ora e intercede siempre por todos los bautizados ya que somos tus hijos!
¡Dios... Bendiga... Amén!

No hay comentarios.:

Consultas y Respuestas: Testimonios de Fe…

Las Bienaventuranzas como faro del examen de conciencia (Conclusión)

En estos tiempos en los medios de publicidad y de  “marketing”  (mercadeo) se nos presenta la felicidad temporera y efímera como si fuera  “...