Estos son fruto de tu infinito amor redentor
para nuestra salvación. Te damos
infinitas gracias, Padre, porque los Sacramentos transforman nuestras vidas de
forma tal que aún nadie puede comprender. Te damos gracias, Padre, porque a través de
ellos podemos descubrir que no hay nada más gratuito que Tú Amor.
¡Te damos infinitas gracias, Señor,
porque a través de los Sacramentos nos revela que tu amor liberador y creador
se manifiestan de manera auténtica y nos invitas a la transformación personal!
¡Te damos infinitas gracias por el Sacramento
del Bautismo ya que por este comenzamos la filiación más importante y trascendente
que pueda existir, la filiación divina! Gracias
Padre amado porque ese mismo día de nuestro bautismo comenzamos a ser hijos de
la única Iglesia que tu Único Hijo fundo la Iglesia Católica. Te damos infinitas gracias por el Sacramento de
la Confirmación porque a través de este nos invitas a reafirmar y madurar al compromiso
de ser perseverantemente “miles Christi” (latín para “saldados de Cristo”) que un día habíamos
adquiridos en nuestro Bautismo y de esta forma caminar en plena madures hacia la
salvación.
¡Te damos infinitas gracias por el Sacramento
del Perdón que nos permite reconciliarnos
y re-establecer la amistad y la gracia contigo y la unión de caridad fraterna con
toda la Comunidad Eclesial! Te damos
infinitas gracias por el Sacramento de la Unción de los Enfermos ya que por
medio de este sacramento de sanación se fortalecen los enfermos y sanan de las
secuelas del pecado.
¡Te damos infinitas gracia por el Sacramento
del Matrimonio ya que como Sacramento de servicio a la comunidad nos permites
vivir la realidad cotidiana del amor y crecer en lo personal y comunitariamente!
Te damos infinitas gracias por el Sacramento
del Orden por el que permites que tantos varones vuelquen su vocación para
servir a ejemplo de Cristo Jesús al Pueblo de Dios.
¡Te damos infinitas gracias por el gran Sacramento
de la Eucaristía por el que nos invitas a todos a participar activamente del
gran milagro cotidiano de tu presencia real entre nosotros y anticipar el gran
ágape que nos espera en el Reino del Amor y en el que todos los sacramentos
confluyen!
¡Gracias, Jesús, Amigo y Maestro porque
Tú eres el verdadero Sacramento de Salvación!
¡Tú eres el que da la vida, la esperanza, el perdón y la caridad
fraterna, y porque todos los sacramentos convergen y desembocan de tus manos
redentoras! ¡Gracias, Jesús, Amigo y Maestro porque por
medio de los sacramentos tenemos la oportunidad de tocar y estar cada vez más cerca
de tu redención y la salvación y de esta forma llegar un día a la Patria
Celestial!
¡Gracias, Señor Jesús, los Sacramentos
nos dan día a día tu amor y tu misericordia de forma inmensurable!
¡Por el Dios que siendo Uno es Trino; Amén…
Amén… y Amén!
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