Cuando
uno comienza a la universidad o una escuela técnica antes de estudiar una materia
se suele dar cursos introductorios a dichos cursos. Digamos por ejemplo “introducción a la mecánica”, “introducción a la teología”, “introducción a las matemáticas”, etc., etc.
Usando
este mismo concepto quisiera proponer en cierta forma una introducción a la Cuaresma. Para esto voy a dejarme llevar por el
calendario litúrgico en especial usar para esto los evangelios de los últimos dos
domingos antes de iniciar la Cuaresma el Miércoles de Ceniza.
El Séptimo
Domingo del Tiempo Ordinario (T O)/Ciclo B (Domingo 24 febrero, 2019) la
liturgia nos propuso para reflexionar el Evangelio de San Lucas. Ese domingo los presbíteros, diáconos u obispos
que proclamaron el evangelio dominical en nuestro Rito Latino lo hicieron del capítulo
6 en los versículos 27 al 38 (ver y leer Lc. 6, 27-38).
Nuestra
liturgia usualmente nos pone una lectura paralela al tema que nos suele proponer
la lectura del evangelio. Usualmente
dicha lectura suele ser la primera lectura la cual suele ser (en su gran mayoría
del calendario litúrgico del Antiguo Testamento).
La primera
lectura de ese Octavo Domingo del T O fue de 1º Samuel capitulo 26 (ver y leer 1 Sam. 26, 2. 7-9. 12-13.
22-23). Este texto nos narra qué estando Saúl y su ejercito durmiendo y estando este al alcance de David para disponer
de su vida. Este decide no tomar acción
contra Saúl diciéndole a Abisay (aliado de David): “No lo mates. ¿Quién puede
atentar contra el ungido del Señor y quedar sin pecado?” (1Sam. 26, 9). Es que David conocía muy bien la Torah o Ley
Mosaica (ver y leer Ex. 34, 6-7). Vemos
que aquí David obra en misericordia y clemencia tal como lo hace Dios con
nosotros.
Volvamos
nuevamente el evangelio de ese domingo (Lc. 6, 27-38). “Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que
los aborrecen, bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los difaman”
(Lc. 6, 27-28). Por demás esta decir que esto no es nada de fácil. Por
eso el mismo Jesús más adelante les dice a los discípulos: “Sean
misericordiosos, como su Padre es misericordioso” (Lc. 6, 36).
No podemos
olvidar que Dios nos ha dejado unas herramientas. Primero tenemos que Cristo Jesús nos ha
dejado su única Iglesia ([B] UNA, SANTA, CATÓLICA y APOSTÓLICA [B]). El Protagonista Principal de la Historia de
la Iglesia Católica, el Espíritu Santo que es el principal don del Padre y del
Hijo y viceversa. Esto gracias a los Sacramentos pero primer lugar al
Sacramento del Bautismo. Además gracias también
a los sacramentos pero en especial ese primer sacramento (Bautismo) tenemos la
Gracia (santificante y sacramental).
La Oración
y Caridad Fraterna (limosna)que la Iglesia nos brinda y exhorta a realizar en
todo momento pero con gran intensidad en la cuaresma como parte de la preparación
de la Pascual vienen a ser como las ‘vitaminas o suplemento’ alimenticio espiritual.
Estas con los sacramentos cómo el plato
fuerte nos ayudan a tener la ecuación perfecta de la cuaresma.
El Octavo
Domingo del T O la liturgia nos presenta a San Lucas (ver y leer Lc. 6, 39-45). En este texto lucano el Señor nos presenta
una parábola o tres parábolas o ejemplos cortos en una sola parábola.
“¿A
caso puede guiar un ciego a otro ciego?” (Lc. 6, 39). Sin duda alguna, cada uno de nosotros
contestaremos ‘claro que no’. Es que
sabemos que en las cosas de la vida eso no es posible. ¿Pero qué sucede cuando hablamos de las cosas
espirituales? Claro que sabemos cuál debe
ser la respuesta pero el que podamos aplicar esa respuesta en nuestra vida eso
es lo más duro y difícil.
Hace unas
semanas atrás yo estaba ayudando en las platicas o clases pre-bautismales que
ofrece mi parroquia todos los meses a los padres y padrinos que van a bautizar
a sus hijos o ahijados, tal cómo sea el caso. Les hablaba de la gran importancia que tiene
el testimonio cristiano en los padres (y padrinos) para con los hijos (y
ahijados). Les decía que no esta bien
que un padre que este tomando una cerveza y le diga al hijo ‘ve con tu madre a
la Misa’. Porque sin duda alguna esto es
un anti-testimonio. De esto se trata
esta primera parte de esta parábola.
Un día
estaba predicando un misionero en una ciudad.
Estaba hablando como una comunidad eclesial puede creer en el amor (caridad)
fraterno. Un joven que estaba sentado al
frente se levanto y comenzó a salir del templo.
El misionero le pregunta ‘¿joven por qué se va?’ Este le respondió ‘es que aquí todos son unos hipócritas’. El misionero le dice: 'no se apure por eso venga y siéntese que aquí
siempre hay asiento para uno más’. Puede ser que este joven no se preocupó por
sacar la viga de su vida espiritual antes de criticar a la comunidad.
Alguna
vez has escuchado o leído la siguiente expresión: “Árbol que nace torcido,
jamás su tronco endereza”. Bueno tengo
que decirte que hay UNO que sí puede enderezar tu tronco y ese es
Cristo Jesús que con su AMOR y su GRACIA. Entonces nos debemos preguntar y hacer un
examen de conciencia ¿Quién es árbol bueno?
¿Quién es árbol malo? O mejor ¿Qué
nos hace árbol malo y qué nos hace árbol bueno?
Árbol
malo es todo aquel que dice ‘ah yo no necesito de Dios, ni mucho menos de la
Iglesia (en especial la El fundó)’. En
otras palabras, renunciar a Dios, a su amor y a su gracia y obstinarse de que
todo eso es cosa de gente anticuada.
¿Cuidado? Ya que no llegamos a ser arboles malos de la
noche a la mañana. Sino que hoy reniego
de esto, mañana de aquello y cuando venimos a ver estamos en un enorme hoyo del
cual por nosotros mismos no podemos salir.
Solo Cristo Jesús con su amor, con su gracia y con su Iglesia nos podrá sacar
de ese profundo hoyo. Hay miles y miles
de hermanos que pueden dar testimonios de esta índole.
Al
igual que el domingo anterior a este la primera lectura (ver y leer Sir. 27, 5-8) sirve
de complemento a la lectura del evangelio. Este libro suele ser llamado como el Eclesiástico
o Sirácida. Vamos a ver que su hagiógrafo
o autor bíblico nos pone frases como: “al agitar el cernidor aparece la basura”
(Sir. 27, 5) “la prueba del hombre está en su razonamiento” (Sir. 27, 5) “la
palabra muestra la mentalidad del hombre” (Sir. 27, 7). Estas son una pistas como discernir una
persona. A la misma vez, nos pueden
ayudar a auto-evaluarnos para así ver que debemos mejorar en nuestras vidas.
Cómo podemos
ver las lecturas de estos dos últimos domingos del T O nos pueden servir como forma
introductoria para iniciar la cuaresma. Espero
que le sean de gran ayuda para comenzar a vivir la cuaresma.
¡Que
todos tengan una santa cuaresma para tener con mayor razón una Santísima Pascua
de Resurrección!
¡Santa
María Madre Cuaresmal (María Madre del Camino a la Pascua) ora e intercede por
nosotros!
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