17 de junio de 2019

Preguntas y Respuestas: ¿es malo faltar o no ir a Misa el domingo (a la Iglesia)?

Pregunta:
“Yo pienso que no es malo que falte a la Iglesia en domingo para quedarme a descansar o ir a hacer otra cosa con la familia” (pregunta hecha o obtenida vía el Grupo de Facebook: “Catecismo, cada día aprendemos algo nuevo”).
Respuesta:
En primer lugar hay que analizar la logística en esta declaración. 
¿Cuántas horas tiene un día?  Seguramente dirás que tiene 24 horas (aunque muchas veces parecerá que necesitemos 26 o hasta 28 horas).  ¿Cuántas horas usas para tu descanso? Usualmente dormimos y descansamos entre 8 a 9 horas. 
Si decimos ir a un paseo y recorremos 160 millas sé suele hacer en 2 hora con 30 minutos (si paramos para un receso en el trayecto podríamos tardar unas 3 horas).  Digamos que ocupamos 5 horas disfrutando en esa ocasión. Hasta aquí nos quedan 7 horas.
¿Cuánto podría tardar la Santa Eucaristía?  Usualmente sé tarda (en nuestro Rito Latino) entre una hora a hora y 30 minutos (pero digamos que tarda 2 horas).  Nos sobran 5 horas que las podemos ocupar en otras cosas ya sea personalmente o con la familia.
Además los católicos le llamamos ‘Misa Dominical’ no cómo un mero título sin significado ni importancia.  Sino más bien, veamos el significado de la palabra ‘domingo’.  Esta proviene del latín ‘Dominus’ que significa Señor. Por eso los cristianos al domingo le llamamos ‘Día del Señor’.
Cuando llegamos a la Santa Misa no llegamos cómo meros espectadores sino que debemos participar activamente en la liturgia (acción o trabajo del pueblo).  La Misa no es solo de los sacerdotes (presbíteros) y algunos laicos comprometidos con la pastoral eclesial.
Esto es lo que nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) sobre la Eucaristía citando al Concilio Vaticano II: “La Eucaristía es ‘fuente y culmen de toda la vida cristiana’ (LG # 11). ‘Los demás sacramentos, como también todos los ministerios eclesiales y las obras de apostolado, están unidos a la Eucaristía y a ella se ordenan. La sagrada Eucaristía, en efecto, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua’ (PO # 5)” (CIC # 1324).
Ahora bien, aquí debemos preguntarnos algo que sumamente fundamental e importante para todos los bautizados en especial para los que somos católicos.  Aquí el problema estriba es en que la mayoría de los cristianos (y los seres humanos en general) no sabemos establecer prioridades según los logística de nuestra creación.  Ya que fuimos creado por Dios y para Dios.
¿Qué debe ser lo primero en nuestras vidas? Si me contestas que lo primero es Dios para tu vida te diré que vas por buen camino. Cuando nos preguntan ¿Por qué  vamos a Misa? Es equivalente a que nos pregunten, de forma indirecta, ¿Por qué eres cristiano y por qué eres católico? La respuesta debe brotar del corazón, en la oración, reflexión y por medio de un examen de conciencia.
Hoy en día, para ser un buen cristiano-católico no basta decir que Dios es lo primero en mí vida.  Esto debe sobre pasar la barrera u obstáculo de las palabras y del decir. Las palabras deben transformarse en obras y acciones.
La mayoría de los católicos están familiarizados de una forma u otra de los Mandamientos de la Ley de Dios (puedes leer en CIC en los numerales 2052 al 2082) pero una gran mayoría de católicos desconocen los Mandamientos de la Iglesia (puedes leer en el CIC # 2030 al 2043).
Aquí en esta reflexión me voy a limitar en el primer mandamiento de la Iglesia.  Te exhorto a que leas sobre los demás mandamientos de la Iglesia en el CIC en los numerales antes mencionados.
“El primer mandamiento (‘Oír Misa entera los domingos y demás fiestas de precepto y no realizar trabajos serviles’) exige a los fieles que santifiquen el día en el cual se conmemora la Resurrección del Señor y las fiestas litúrgicas principales en honor de los misterios del Señor, de la Santísima Virgen María y de los santos, en primer lugar participando en la celebración eucarística en la que se congrega la comunidad cristiana y descansando de aquellos trabajos y ocupaciones que puedan impedir esa santificación de esos días” (CIC # 2042).
A mí personalmente a mí me encanta cuando algún  hermano de la comunidad parroquial me pregunta o me comenta que hace tiempo que no ve en Misa.  Mí esposa y este su servidor solemos ir a la Eucaristía en inglés porque solemos llevar a nuestra nieta pequeña. Más además, yo suelo colaborar en los ministerio litúrgicos de los MESC (Ministro Extraordinario de la Sagrada Comunión)y cómo lector (en ingles).  Por dicha razón, muchos hermanos en la parroquia no suele verme en las Misas en español.  Yo le doy gracias a Dios que hermanos en la parroquia sé preocupen por mí. ¡Gracias Padre Amado!
¿Por qué existen los Mandamientos de la Iglesia?  “Los mandamientos de la Iglesia se sitúan en la línea de una vida moral referida a la vida litúrgica y que se alimenta de ella. El carácter obligatorio de estas leyes positivas promulgadas por la autoridad eclesiástica tiene por fin garantizar a los fieles el mínimo indispensable en el espíritu de oración y en el esfuerzo moral, en el crecimiento del amor de Dios y del prójimo” (CIC # 2041). 
Aquí cabe preguntarnos ¿Cuál es la finalidad y meta del cristiano? La misma es obtener la salvación.  Es por eso por lo que el Sacramento del Bautismo es la puerta de la salvación.  La gracia santificante es la gracia que nos encaminan a la salvación.  Cómo católicos es muy importante entender que la gracia nos la dan los sacramentos.  La oración y los sacramentales (rosario, vía crucis, ángelus, etc.) nos ayudan a que nuestras gracia aumente según nuestra disposición. 
“‘La Santa Madre Iglesia instituyó, además, los sacramentales. Estos son signos sagrados con los que, imitando de alguna manera a los sacramentos, se expresan efectos, sobre todo espirituales, obtenidos por la intercesión de la Iglesia. Por ellos, los hombres se disponen a recibir el efecto principal de los sacramentos y se santifican las diversas circunstancias de la vida” (CIC # 1667).  Puedes leer más sobre los sacramentales en el CIC numerales 1667 al 1676.
Podríamos comparar la salvación y el Cielo cómo un “banco espiritual”. Una cuenta de ahorro sé abre con la finalidad de tener un dinero para obtener o comprar algo de gran importancia (ej. carro, unas vacaciones, etc.).  La gracia santificante es el “dinero” (sistema monetario) que nos da el Espíritu Santo.  Ese dinero espiritual los vamos poniendo en la cuenta de ahorro celestial.  Cómo dijimos o mencionamos que son los sacramentos los nos dan la gracia. 
¿Qué es el pecado? El pecado es toda acción u omisión voluntaria contra la Ley de Dios o de la Iglesia, o cualquier falta en el cumplimiento del deber y de nuestras obligaciones. El pecado mortal nos quita la gracia mientras que los pecados veniales van reduciendo la gracia lenta o sutilmente.
Hay tres condiciones que cuando estas sé dan el pecado es grave. “Para que un pecado sea mortal se requieren tres condiciones: ‘Es pecado mortal lo que tiene como objeto una materia grave y que, además, es cometido con pleno conocimiento y deliberado consentimiento’ (RP 17)” (CIC # 1857).  Estas tres condiciones son explicadas en el mismo Catecismo de la Iglesia Católica en numerales del 1846 al 1869.
Cuando falta alguna de estas tres condiciones el pecado podría ser venial o menos grave.  El pecado venial hiere nuestra relación con Dios aunque no la mata del todo. Los pecados veniales van debilitando la gracia de Dios en nuestra alma. Se podría decir la división entre mortal y venial es un hilo muy fino.
Hay dos numerales en el CIC que son de vital importancia para entender lo que es el pecado. 
“El pecado es una falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta; es faltar al amor verdadero para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos bienes. Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana. Ha sido definido como ‘una palabra, un acto o un deseo contrarios a la ley eterna’ (San Agustín, Contra Faustum manichaeum, 22, 27; San Tomás de Aquino, Summa theologiae, 1-2, q. 71, a. 6)” (CIC # 1849).
“El pecado es una ofensa a Dios: ‘Contra ti, contra ti sólo pequé, cometí la maldad que aborreces’ (Sal 51, 6). El pecado se levanta contra el amor que Dios nos tiene y aparta de Él nuestros corazones. Como el primer pecado, es una desobediencia, una rebelión contra Dios por el deseo de hacerse ‘como dioses’, pretendiendo conocer y determinar el bien y el mal (Gn 3, 5). El pecado es así ‘amor de sí hasta el desprecio de Dios’ (San Agustín, De Civitate Dei, 14, 28). Por esta exaltación orgullosa de sí, el pecado es diametralmente opuesto a la obediencia de Jesús que realiza la salvación (cf. Flp 2, 6-9)” (CIC # 1850).
Si la Eucaristía es un sacramento podríamos decir que es el SACRAMENTO entre los sacramentos.  Además ya mencionamos que los sacramentos nos da la gracia santificante (que nos encamina a la salvación).  Por lo tanto, cuando peco dependiendo la gravedad puedo perder parte la gracia (Banco Espiritual) o hasta completa cuando el pecado es mortal.
Cuando yo comulgo, sin estar en pecado mortal o sea estando en gracia voy adquiriendo más gracias que van al “deposito directo” del “banco espiritual”. Hay que entender que ya no somos niños pequeños o adolescentes que quizás solíamos ir a la Santa Misa (Iglesia) a “regaña dientes” o porque nos obligaban. “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño” (1Cor. 13, 11).
Un argumento que suelen usar muchos y estos suelen decir: “yo no voy a Misa o la Iglesia porque soy libre”.  El problema estriba en que sé suele confundir la libertad y el libre albedrio con el libertinaje y viceversa.  Hay que distinguir que estas primeras dos aunque son similares son muy fácil de confundir con lo que es el libertinaje. 
¿Qué es el libre albedrío?  El libre albedrío es la base que nos permite sin ninguna coacción poder elegir a Dios, escoger a realizar el bien en vez del mal, optar por lo correcto sobre el mal.  ¿Por qué  esto es así?  Lo que esta mal y por ende la maldad y el pecado llega por el abuso a la libertad que sé le llama libertinaje.  Recordemos además que muchas veces este cambio o transición entre la libertad al libertinaje muchas veces suele ir sucediendo sutilmente y por ende muchas veces no percatamos hasta cuando ya suele ser tarde.
Dios que es VIDA (y vida eterna) nos ha creado libres, nos ha creado para la vida (no para la muerte) pero no ajenos a Él sino para vivir en comunión con EL.  La libertad que nos ha sido dada por el mismo Dios siempre (y siempre aquí significa SIEMPRE) debe obrar para el bien.  Dios es la plenitud del bien y de la bondad podemos decir y tener la máxima confianza de cuanto más cerca estamos de Dios más libre somos y por lo tanto nuestro obrar siempre será realizado en plena libertad.
El libertinaje es el abuso del libre albedrío y de la libertad. El libertinaje en vez de hacernos libre nos hunde y nos hace más y más esclavos no solo física o fisiológicamente y más aún en lo espiritual.
Nuevamente es indispensable hacer un examen de conciencia y reflexionar cuáles son mis prioridades y determinar si Dios es parte de esas prioridades.  Este examen nos debe hacer responder a la interrogante si Dios el lo primero o no en mis prioridades.
Si Dios de verdad es lo primero en vida antes de mí esposa y mis hijos (o nietos) ¿Cuan cabal y leal soy a mí compromiso bautismal?  Hoy en día no basta con ir a Misa porque sea un mandamiento o norma sino que debe ser algo que debemos hacer con profunda convicción.
Aunque la Iglesia tiene la potestad de establecer normas o mandamientos ya que Cristo mismo lo estableció en su evangelio. El Señor en su vida publica le dio el poder de ‘atar’ y ‘desatar’ a Pedro y los demás apóstoles (ver y leer Mt. 16, 18-19; Mt. 18, 15-20).
Jesús da también a Pedro la autoridad de ´atar´ y ´desatar´. Para los judíos ´atar y desatar´ significa declarar lo que es prohibido y lo que es permitido. Por tanto le corresponde a Pedro declarar lo que es permitido y lo que no es permitido en la Iglesia de Cristo. 
Hoy en día el Santo Padre (Papa Francisco) junto al Magisterio de la Iglesia continúan ejerciendo la potestad de atar y desatar.  Esto no es realizado por puro capricho sino más bien para el bien espiritual de toda la Iglesia o sea todos los bautizados.
¡Que el mismo Espíritu Santo sea nuestro mejor aliado y nos ilumine para siempre ser perseverantes en la fe cristiana participando activamente en la Iglesia y en el amor a Dios y al prójimo!
¡Santa María Madre de Dios y de la Iglesia, ora e intercede para siempre seamos dóciles a Dios y la Iglesia!

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