Levítico
19, 1-2. 17-18: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Salmo
Responsorial 102: El Señor es compasivo y misericordioso.
1 Corintios
3, 16-23: Todo es de ustedes, ustedes son de Cristo y Cristo es de Dios.
San Mateo
5, 38-48: Amen a sus enemigos.

La santidad es querer ser y actuar como Dios sin
ser dioses. Antes de continuar nuestra
lectura pensemos por un instante en esa primera oración. ¿Qué implica el querer ser y el actuar? Sin duda alguna en primer lugar conlleva
tener la voluntad y por ende la libertad para realizarlo. En segundo término comprende comenzar a
cumplirlo. En tercera instancia se nos dice que la santidad implica no ser
dioses y más aún vivir solo para Dios.