Hechos 2, 14. 22—33:
No era posible que la muerte lo retuviera
bajo su dominio.
Salmo
Responsorial 15: Enséñanos,
Señor, el camino de la vida.
1Pedro1,
17—21: Ustedes
han sido rescatados con la sangre preciosa de Cristo, el cordero sin mancha.
Lucas
24, 13—35: Lo
reconocieron al partir el pan.
Durante todo este tiempo de Pascua hemos podido
visualizar como Jesús se hacía encontrar por distintas circunstancias y en
distintos lugares con los primeros discípulos y Apóstoles. Hoy la Iglesia nos propone revisar el relato
de los discípulos de Emaús (Lc. 24, 13—35).
Este texto es sin duda es una catequesis de vida cristiana
inagotable. Hoy vemos como Jesús se hace
el encontradizo con los dos discípulos de Emaús. Nos
debemos preguntarnos ¿permito que Jesús me encuentre? ¿Uso yo las herramientas (sacramentos,
oración, dirección espiritual, etc.) que nos brinda la Iglesia para poder
encontrarme con Jesús?