26 de febrero de 2015

“¡Fortalezcan sus corazones!” (St. 5, 8). Domingo 2º de Cuaresma – Ciclo B

Génesis 22, 1-2.9-13.15-18: Dios le puso una prueba a Abraham y le dijo: “¡Abraham, Abraham!” Él respondió: “Aquí estoy”.
Salmo Responsorial 115: R. / Siempre confiaré en el Señor.
Romanos 8, 31b-34: Dios no perdonó a su propio Hijo.
Marcos 9, 2-10: Éste es mi Hijo amado, escúchenlo.
“¡Fortalezcan sus corazones!” (St. 5, 8) es el título que el Papa Francisco escogió para su Mensaje de Cuaresma de este año 2015.  Sin duda alguna esta es la disposición y resolución que experimentaron los personajes de las lecturas que nos proponen la liturgia para la cuaresma en este ciclo B (en especial las primeras y la segundas lecturas).  Esto sin duda alguna lo podemos apreciar detalladamente en las lecturas de este segundo domingo de cuaresma.

20 de febrero de 2015

¿Qué provecho le podemos sacar a la tentación? Domingo 1º de Cuaresma – Ciclo B

Génesis 9, 8-15: Pondré mi arco iris en el cielo, como señal de mi alianza con la tierra.
Salmo Responsorial 24: R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Pedro 3, 18-22: El agua del diluvio es un símbolo del bautismo, que nos salva.
Marcos 1, 12-15: Fue tentado por Satanás y los ángeles le servían.
Hoy el Santo Evangelio que ha sido proclamado por nuestros presbíteros (o diáconos, donde quiera que los hayan) en nuestra Eucaristía dominical nos presenta las tentaciones que el diablo le pone en la mente de Jesús.  Pero nos debemos preguntar: ¿Cuál es la idea central del mensaje que nos deja este Evangelio de San Marcos? Debemos aclarar que la idea central no son las tentaciones sino más bien lo son la superación y el vencimiento de estas u otras tentaciones.

17 de febrero de 2015

¿Por qué se nos impone ceniza al comenzar la Cuaresma? Miércoles de Ceniza – Ciclo B

Nos podríamos cuestionar por qué titular esta reflexión con ésta pregunta: “¿Por qué se nos impone ceniza al comenzar la Cuaresma?”  Todos los años los miércoles de cenizas vemos como los templos católicos se aglomeran.  Este día (como es el caso del Viernes Santo) vemos gente que comúnmente no vemos en Misa el resto del Año Litúrgico. 

13 de febrero de 2015

¡Señor cura mi lepra! Domingo 6º T O – Ciclo B

Levítico 13, 1-2. 44-46:            El leproso vivirá solo, fuera del campamento.
Salmo Responsorial 31:            R/. Perdona, Señor, nuestros pecados.
1 Corintios 10, 31-11, 1:            Sean imitadores míos como yo lo soy de Cristo.
San Marcos 1, 40-45:                Se le quitó la lepra y quedó limpio.

La Iglesia y su liturgia ponen como protagonista a un enfermo doliente, estigmatizado y humillado el cual  tanto ayer (bíblica e históricamente hablando) como hoy (según nos dicta la sociedad) solemos descartar y hasta marginalizar.  El evangelio de hoy es un testimonio vivo de lo que Jesús diría en el evangelio que “no es la gente sana la que necesita médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a los pecadores” (Mc. 2, 17).

8 de febrero de 2015

¡Si confiamos en el medico humano, por qué no confiar en el Medico Divino! Domingo V T O – Ciclo B


Job 7, 1-4. 6-7:                        Se me han asignado noches de dolor.
Salmo Responsorial 146:         R/. Alabemos al Señor, nuestro Dios.
1 Corintios 9, 16-19. 22-23:    ¡Ay de mí, si no anuncio el Evangelio!
San Marcos 1, 29-39:               Curó a muchos enfermos de diversos males.
Hoy en día en cualquier parte del mundo es increíble ver lo sobre saturado que se ponen las salas de emergencias.  Por consecuencia lógica el tiempo para que suban o ubiquen a un paciente a un cuarto de pacientes que van a ser hospitalizados se torna en largas horas.  Esta es una realidad que yo pude percibir personalmente cuando estuve hospitalizado en hospital en Puerto Rico hace varias semanas atrás cuando fui a mi Borinquén de vacaciones.  Son muchos los textos bíblicos donde se nos narra que Jesús de alguna forma u otra sanara a un enfermo.  Aun en los hospitales católicos se ha ido perdiendo de perceptiva de que Cristo tiene el poder para sanar cualquier enfermedad o dolencia.

1 de febrero de 2015

¡Señor, que no seamos sordos a tu voz! 4º Domingo T O – Ciclo B

Deuteronomio 18,15-20: ¡El Señor Dios hará surgir en medio de ustedes, entre sus hermanos, un profeta como yo!
Salmo Responsorial 94: R. / ¡Señor, que no seamos sordos a tu voz!
1Corintios 7, 32-35: ¡Se lo digo… para que puedan vivir constantemente y sin distracciones en presencia del Señor!
San Marcos 1, 21-28: ¡Enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas!
¡Ojala escuchemos hoy (y siempre) su vos, no endurecemos nuestros corazones! (ver [en sus Biblias] Sal. 95, 7–8). Hoy la liturgia nos presenta a Jesús de Nazaret como el Profeta anunciado por Moisés.  Además, el evangelio resalta su autoridad para proclamar el mensaje del Reino de Dios o sea el mensaje de la salvación prometida por el mismo Dios y anunciado por los profetas.  Jesús el Mesías (mesías significa el ungido) entre los mesías (reyes de Israel desde David) y el Profeta (aquel que anuncia y denuncia) entre los profetas (desde Moisés y Samuel hasta llegar a Juan el Bautista).

Consultas y Respuestas: Testimonios de Fe…

Las Bienaventuranzas como faro del examen de conciencia (Conclusión)

En estos tiempos en los medios de publicidad y de  “marketing”  (mercadeo) se nos presenta la felicidad temporera y efímera como si fuera  “...