“Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consuelo” (Mt. 5,5).
¿Qué es el sufrimiento y qué implica para el cristiano? El sufrimiento es la sensación motivada por cualquier condición que someta a un sistema nervioso al desgaste. Esto es en cuanto a lo fisiológico se refiere. Le podríamos preguntar a un psicólogo o psiquiatra que tengan honestidad e integridad profesional o ética profesional y sin duda nos dirá que el sufrimiento abarca lo emocional y hasta lo espiritual.
Las causas del sufrimiento podrían ser literalmente infinitas. Pero lo que sí es común que estas sean a raíz del temor, la frustración entre otras. Además, es común que estas se den por no poder lograr alguna meta establecida como sostener económicamente a la familia, y muchas otras causas y factores.
Cualesquiera que sean las causas del sufrimiento siempre es muy saludable buscar consuelo. Este podría ser humano, emocional, y hasta espiritual. Cualquiera que sea el caso una conversación con alguna amistad o persona de confianza en la comunidad eclesial podría ser beneficioso. Lo que no se nos puede olvidar es que debe mantenerse en un estado confidencial.
A todo esto, debemos mantener una aptitud orante ya que no debemos olvidar que el Espíritu Santo es el CONSOLADOR por excelencia. Como bautizados el orar uno por los otros debe acrecentarse porque como muy bien me solía decir un director espiritual “la oración por mi prójimo es la mejor forma de demostrar que lo amas”.
El Catecismo de la Iglesia Católica (CCE) citando al Padre y Doctor de la Iglesia, San Agustin de Hipona nos dice: “Dios es infinitamente bueno y todas sus obras son buenas. Sin embargo, nadie escapa a la experiencia del sufrimiento, de los males en la naturaleza -que aparecen como ligados a los límites propios de las criaturas-, y sobre todo a la cuestión del mal moral. ‘¿De dónde viene el mal? Buscaba el origen del mal y no encontraba solución’ dice San Agustín (Confesiones, 7, 7.11), y su propia búsqueda dolorosa sólo encontrará salida en su conversión al Dios vivo. Porque ‘el misterio de la iniquidad’ (cf. 2Ts. 2,7) sólo se esclarece a la luz del ‘Misterio de la piedad’ (cf. 1Tm. 3,16)” (cf. CCE # 385).
El don del Espíritu Santo que corresponde a esta bienaventuranza es el don de ciencia. “A los que lloran se les ofrece el consuelo como conociendo lo que han perdido, y en qué cosas han tomado parte” (San Agustín de Hipona). Este don nos hace ver las cosas desde la perspectiva de Dios. Por el don de ciencia descubrimos la hermosura, majestuosidad, y dignidad de este mundo visible el cual al ser creación divina es también reflejo del mismo Dios.
Entonces ¿por qué es importante el don de ciencia? Es importante porque por medio de este don el Espíritu Santo perfecciona la virtud de la fe la cual junto con la esperanza y la caridad en nuestro bautismo.
He aquí algunas preguntas que nos podrán ayudar en discernimiento y examen de conciencia para esta bienaventuranza.
¿Cuán dispuesto estoy a consolar a los que lloran y sea en lo físico, emocional y hasta en lo espiritual?
¿Cuánto oro e intercedo ante Dios por aquellos que yo sé que están en situaciones difíciles?
¿Soy motivo de llanto y dolor para los míos y para otros?
¿Causa mi indiferencia dolor y llanto para los míos y otros hermanos?
¿Es mi vida un testimonio de consuelo para los que están desamparados y sin esperanza?
¿Le pido al Señor el don de ciencia y de esta manera que en mi ser de perfeccione la virtud de la fe?
Señor danos el don de ciencia para poder ver las cosas de esta vida terrenal desde la óptica divina, desde tu óptica. Que tu don de ciencia nos permita ver las cosas de mundo con lucidez sobrenatural y ver todo con los ojos y la mente de Cristo Jesús (ver y leer 1Cor. 2,16). De esta forma podamos hablar a los hombres sobre Dios y que seamos capaces hablarle a Dios de los hombres de sus virtudes y de sus vicios. De igual forma hablarle a los hombres de las virtudes (humanas y cristianas), de los dones con sus frutos y de los carismas que nos mueve a servicio de todos. ¡Que así sea hoy, mañana y siempre!
Espíritu Santo dador de las virtudes, los dones con los frutos y los carismas mueve al Pueblo de Dios en especial a su Magisterio siempre liderado por tu vicario visible en este mundo el Santo Padre el sucesor de Pedro. Guía a tu Iglesia para que seamos sal y luz de la tierra. ¡Así sea hoy, mañana y siempre!
¡María Madre Santísima de los que lloran y los que brindan consuelo ora e intercede por todos tus hijos que lloran en este valle de lágrimas!
Esperamos que estas reflexiones para cómo hacer un examen de conciencia con las bienaventuranzas les sean mucha ayuda y beneficio espiritual. Si tienes alguna duda, pregunta y/o petición de oración nos las puedes dejar saber.
Para su beneficio les dejo los enlaces de las siguientes partes de esta reflexión de cómo hacer un examen de conciencia con las bienaventuranzas.
Las Bienaventuranzas como faro del examen de conciencia (Hambre y Sed de Justicia – Parte 4)
Las Bienaventuranzas como faro del examen de conciencia (Los Misericordiosos – Parte 5)
Las Bienaventuranzas como faro del examen de conciencia (Los limpio de corazón – Parte 6)
Las Bienaventuranzas como faro del examen de conciencia (Los que trabajan por la Paz - Parte 7)
Las Bienaventuranzas como faro del examen de conciencia (Conclusión)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario